El juez Eduardo Pereyra condenó a 12 años de cárcel a la joven que mató al novio de su prima de una puñalada “en el corazón”. Según recoge la sentencia, la mala relación entre las primas era de larga data y había empeorado desde que la prima menor se puso en pareja con la víctima. La condenada había estado "interesada" en él, afirmó un amigo. Mientras esperaba el juicio, cumplía arresto domiciliario puesto que es madre de una niña chica, pero tras la condena el juez Pereyra determinó que vaya a prisión hasta que la sentencia quede firme, confirmó El País.
El hecho ocurrió el 21 de diciembre de 2022 en el barrio La Teja. En un mismo predio, vivía, al frente, la prima de la acusada, su novio (la víctima, de 21 años) y la familia de ella. Al fondo, vivía la condenada, su familia y su novio. Por los constantes problemas de convivencia, los jóvenes varones se tomaron a golpes de puño en el patio.
En un momento, la condenada se metió en el enfrentamiento y le clavó un cuchillo de mango celeste a la víctima, quien terminó falleciendo horas después. Todo ocurrió frente a la novia de la víctima, prima de la condenada, que en ese momento tenía 17 años. La agresora, a esa fecha, tenía 21 años.
La tía de la acusada, que también fue testigo de los hechos, declaró en el juicio que tras haber cometido el homicidio, la joven le sonrió.
Aunque la relación entre las primas siempre fue mala, empeoró cuando la menor de ellas comenzó un vínculo sentimental con la víctima. Un amigo de él aseguró que antes había tenido un mínimo acercamiento con la acusada y que ella “siempre estaba atrás de él” pero que a la víctima “le interesaba la prima de ella”. Y luego afirmó que todo lo ocurrido fue “por celos”.
Lo mismo contó la novia de la víctima. “Ella siempre estaba buscando la forma de hacerme mal, de alguna forma u otra, sentía celos hacia mi. Cuando era chiquita me agarraba mis juguetes y me los rompía, justamente para causarme daño”, comenzó ejemplificando. “A medida de que fuimos creciendo me empezó a causar más problemas. Me amenazaba, me acosaba, me perseguía por la calle, me amenazaba de que me iba a matar múltiples veces”, sostuvo.
Cuando se enteró del noviazgo que había iniciado, le aseguró que le iba “a hacer la vida imposible” y después “lo logró”, según dijo en su declaración.
Así, relató una serie de hechos violentos que –aseguró–, cometió la condenada: desde ensuciar ropa, hasta querer quemarle una ventana, tomarse a golpes de puño con su propia madre e incluso intentar apuñalarla.
El abogado de la acusada, Santiago Alonso, intentó convencer al juez de que se trató de un caso de legítima defensa. Él decía que la víctima había empujado a su clienta y que, como ella tenía a su hija en brazos, sintió que debía defenderse por lo que repelió la agresión con el cuchillo. Es en ese marco que pedía la absolución de la imputada.
Pero el juez indicó que eso no surge de la prueba que se relevó en el juicio. De hecho, le dio la razón a la Fiscalía de Homicidios de 3er Turno, que estuvo representada por la titular Adriana Edelman y la adscripta Paula Goyeni, en que la joven no tenía a su hija en brazos cuando sucedió el crimen. Así, como que tampoco fue agredida por la víctima, sino que fue ella quien se aprovechó de que estaba desprevenido y le asestó la puñalada.
Además, Pereyra valoró que el novio de la acusada no corría ningún peligro extraordinario. Porque aunque se estaban golpeando mutuamente con la víctima, estaban en igualdad de condiciones.
La Fiscalía pedía que se la condenara a 13 años de cárcel por un delito de homicidio especialmente agravado por haberse cometido en presencia de menores de edad. Esto, debido a que lo llevó adelante frente a su prima, que en ese momento tenía 17 años. Ello fue comprobado por la detallada descripción que hizo la joven de cómo sucedieron los hechos y porque pudo, ante la pregunta de la Fiscalía, contar cómo era el cuchillo: "Celeste, largo y puntiagudo".
Finalmente, el juez aceptó la calificación jurídica pero fijó la pena en 12 años de prisión.
Del arresto domiciliario a la cárcel
Desde que fue detenida en diciembre de 2022, hasta que se dictó sentencia la semana pasada, la joven estaba con la medida de arresto domiciliario. Se le había concedido esta posibilidad, en lugar de la prisión preventiva, dado que no tenía antecedentes penales y tenía una hija chica de la que encargarse. A su vez, para la Justicia es inocente hasta que la condena quede firme.
Pero ante una condena de primera instancia, la Fiscalía decidió pedir su encarcelamiento preventivo, lo que fue concedido por el juez.
Aún está corriendo el plazo legal para que la defensa, si así lo quisiese, presentara un recurso de apelación para que un tribunal revea el caso.