MINISTERIO DE DEFENSA

Un cabo perteneciente al Batallón de Infantería N° 7 de Salto denunció a un sargento, instructor de la unidad militar, por obligar a soldados a levantarse a la madrugada, bañarse con agua helada y utilizar una especie de picana eléctrica contra ellos.

En la denuncia realizada el pasado 7 de junio, ante sus superiores, aseguró que el instructor sometía a estas acciones a unos 15 reclutas. En su cuenta oficial de Twitter, el Ejército Nacional informó que al tomar conocimiento de un “acto inadmisible”, se procedió a realizar una investigación administrativa de urgencia y elevar el caso ante la Fiscalía General de la Nación.

El hecho tuvo lugar en un centro militar donde los soldados son entrenados por un superior para luego ingresar a las diferentes unidades del Ejército.

Fuentes de la cartera de Defensa indicaron a El País que en los últimos días allí se habían detectado casos positivos de COVID-19 y se realizó una burbuja para evitar contagios por el virus. En ese marco, el sargento al mando del grupo de reclutas comenzó a hacerlos entrenar en la noche y utilizaba unas linternas -que se activan como picanas- para dar descargas eléctricas sobre los soldados.

Luego de la denuncia del cabo, el Ejército comenzó una investigación interna de carácter urgente, por la cual se inició una indagatoria. Se hizo la consulta sobre lo sucedido a los reclutas y al propio sargento acusado. El Ejército concluyó que podía estar ante un “eventual delito”; aunque debe ser la Justicia la que determine si encaja por ejemplo dentro del abuso de funciones u otra figura.

El pasado sábado, el comandante en jefe del Ejército Gerardo Fregossi dio cuenta del resultado de la investigación al ministro de Defensa Javier García, que instruyó a que se realizara la denuncia.

Según supo El País, la misma fue elevada ayer a una seccional policial de la ciudad de Salto y está en manos de la Fiscalía de 3ª Turno, cuya titular es Natalia Altez. Fuentes del ministerio público indicaron que la investigación por parte de Fiscalía recién comenzará hoy.

Por estar en una etapa preliminar, en este momento no se puede establecer si hubo o no un delito. La fiscal Altez, quien fue comunicada verbalmente por el Ejército de lo sucedido pidió que se presentara la acusación por escrito.

Altez deberá, entre otras disposiciones, tomar declaración a los involucrados en el asunto para determinar las eventuales responsabilidades del sargento.

García dijo a El País que “en las Fuerzas Armadas no hay lugares para este tipo de conductas”. En ese sentido, el jerarca explicó que de confirmarse los hechos denunciados por el cabo “supondrá la baja inmediata de los responsables”.

“No vamos a permitir que una acción individual, por más excepcional que sea, manche el trabajo de miles de soldados que están dando todo por el país todos los días con su sacrificio”, agregó.

García añadió que el respaldo a los soldados, supone también “ser estrictos” con quien viola principios básicos de respeto a la ley y de los derechos humanos. “Me consta que el propio comandante ha sido muy exigente con esto y el Ejército está comprometido con estos valores”, finalizó.