LO BUSCA LA DEA DE ESTADOS UNIDOS

El capo narco uruguayo de 31 años, Sebastián Marset, estaba bajo la lupa de Inteligencia de Uruguay desde 2018, dijo a El País una fuente de la investigación. Su nombre, hasta hace pocos días desconocido en la esfera pública, ya era identificado por las autoridades como el posible responsable de varios cargamentos de droga que fueron incautados en el país.

“No se sabe cuánta cocaína traficó Marset por Uruguay. Lo que se incauta es una pequeña cantidad de lo que pasa. Hay una cifra oscura sobre la cantidad de droga que realmente pasa por el país”, aseguró la fuente.

El narcotraficante mantenía un perfil bajo en Uruguay y se desempeñaba como empresario —mayormente vinculado al mundo de la música— y contratista de fútbol.

Pero cuando viajó a Paraguay comenzó a ostentar una vida de millonario: era un conocido productor de espectáculos, tenía un taller de autos de alta gama y llegó a ser jugador de fútbol profesional en Deportivo Capiatá durante algunos meses. Desde la semana pasada, tanto Uruguay como Colombia, Paraguay y Argentina asisten a un escenario en el que “nuevas” organizaciones del narcotráfico surgen y donde una de ellas es liderada por Marset.

El nombre del uruguayo no solo figura en las direcciones de droga de estos países de Latinoamérica, sino que también lo busca la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).

El joven criminal se mudó definitivamente a Paraguay en 2020 junto con su esposa Giannina García Troche y sus dos hijos menores, según el informe de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay que difundió El Observador.

El traficante también visitaba Bolivia reiteradamente, uno de los tres mayores productores de cocaína a nivel mundial, junto a Colombia y a Perú.

En el documento se indica que Marset integró varias organizaciones criminales, algunas ya existían, tanto a nivel nacional como internacional. Participó en grupos encargados del transporte de grandes cantidades de cocaína. Fue así que se ganó el apodo de “gerente” de la hidrovía del Paraná por liderar el manejo de la droga por red fluvial para que llegue a Europa y África.

Marset fue escalando en los últimos años y pasó a estar bajo el radar de las autoridades policiales. Desde junio está requerido en la lista roja de Interpol por el tráfico de 16 toneladas de cocaína hacia Europa a través de la Hidrovía Paraná-Paraguay.

El líder del Primer Cartel Uruguayo (PCU) salió de las sombras de la clandestinidad porque protagonizó dos hechos que hicieron eco en los medios: por un lado, el fiscal de Flagrancia, Diego Pérez, determinó que el PCU fue el responsable de las amenazas a la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero y del atentado a la Brigada Antidrogas en 2020.

A su vez, la semana pasada Gustavo Petro, presidente de Colombia, acusó a Marset de ser el autor intelectual del homicidio del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, de 45 años, a quien asesinaron el 10 de mayo de este año durante su luna de miel en una isla cerca a Cartagena de Indias.

El 25 de abril también fue ultimado uno de los investigadores que aportó información a la operación del fiscal Pecci —A Ultranza Py— sobre el esquema liderado por Marset, según informó el medio paraguayo ABC.

Este fue el mayor operativo contra el crimen organizado y lavado de dinero en la historia de Paraguay.

El narcotraficante uruguayo antes de delinquir en las altas ligas, cometió otro delitos de común denominador: en 2012, cuando tenía 21 años, fue condenado por receptación y en 2013 por tenencia de estupefacientes. De todas formas, en 2013 se metió en el negocio de las drogas y se le adjudicaron tres delitos por tráfico ilícito de estupefacientes, en modalidad de organización y en calidad de coautor en dos casos.

En 2018 Marset comenzó a ser investigado por el homicidio de un amigo de su infancia que ocurrió en Las Toscas, Canelones. La víctima fue citada a la playa y un hombre le disparó de atrás de las dunas. Marset fue imputado y cumplió prisión preventiva, pero luego la Fiscalía determinó que no tenía pruebas para condenarlo.

Hace menos de un año el narco fue detenido en Dubái por falsificación de un pasaporte paraguayo. Desde allí, en setiembre 2021 pidió al gobierno uruguayo que le otorgara un pasaporte.

Los antecedentes judiciales que tenía en Uruguay habían extinguido y la legislación avaló que se le entregara el documento en noviembre de 2021. No era la primera vez que pedía el pasaporte uruguayo. En 2019, según plantearon legisladores del Frente Amplio, también lo solicitó y se le denegó.

La ministra de la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay, Zully Rolón, dijo que según un informe Marset y el también uruguayo Federico Ezequiel Santoro Vasallo “habrían viajado anteriormente a Dubái porque estaban explorando otros negocios y mercados”.

La ministra dijo que Santoro era dueño de una empresa de turismo y tenía antecedentes por trata de personas, que se remiten al 2009, 2013 y 2021.

Santoro también fue acusado de ser el encargado de trasladar a los tripulantes del avión iraní Emtrasur que estuvo en Paraguay, Argentina y que Uruguay no dejó aterrizar.

“Ezequiel Santoro es una persona de interés y sospechosa. Forma parte de la carpeta fiscal de A Ultranza Py y estaba muy vinculada con el grupo Marset”, indicó la ministra Rolón. En la carpeta se establece que Santoro conforma esquemas delictivos que permiten la circulación de grandes sumas de dinero a través de la Triple Frontera.