El expresidente y exdirector de Ancap por el Frente Amplio Germán Riet afirmó ayer que los negocios del ente con la multinacional holandesa Trafigura y la petrolera estatal Petroecuador, ocurridos entre 2009 y 2011, se encuentran “dentro del giro comercial” de la empresa pública.
El 22 de enero de este año, El País informó que, en el marco de un juicio que se desarrolla en la Corte del Estado de Nueva York, dos de los implicados, que ya se reconocieron culpables, confesaron ante el jurado que desde Petroecuador utilizaron empresas estatales de Uruguay, China, Tailandia y Omán como una fachada para maniobras ilícitas.
Riet dijo a El País que desconocía la existencia de un juicio penal en Estados Unidos donde se investiga supuestas coimas a directivos de Petroecuador por parte de Trafigura y de otras compañías.
“El Directorio de Ancap (durante la administración frenteamplista) no hacía nada sin asesoramiento jurídico o técnico”, dijo Riet a El País en alusión al acuerdo firmado entre el ente y Trafigura en 2009.
El exjerarca recordó que los negocios entre Ancap, Petro-ecuador y Trafigura fueron denunciados ante la Justicia en 2016 por líderes de los partidos Nacional, Colorado e Independiente y agregó que la magistrada actuante no lo condenó.
Sí fue imputado el exvicepresidente de la República y expresidente de Ancap, Raúl Sendic, por los delitos de abusos de funciones y peculado por gastos con tarjetas corporativas.
Con respecto al negocio con Trafigura y Petroecuador, Riet explicó que “había cláusulas” de Ancap que le permitían participar en negociaciones internacionales bajo determinadas condiciones.
“Se hizo todo dentro de los estatutos de Ancap o no lo hubiéramos hecho (el acuerdo internacional). Obviamente que esos negocios estaban dentro del giro de Ancap”, agregó Riet.
Tres parlamentarios oficialistas plantearon ayer que la Fiscalía debía reabrir de oficio el caso Ancap tras conocerse nuevos elementos en un juzgado de Estados Unidos.
El negocio
Entre 2007 y 2009, Uruguay sufrió una gran sequía. Ello obligó a las autoridades de la época de Ancap, bajo gobiernos frenteamplistas, a decidir la importación de gasoil y fueloil para el funcionamiento de la planta termoeléctrica de UTE. Con solo un llamado de precios y no por licitación, se adjudicó la compra a la multinacional Trafigura. En 2009 se regularizó la generación hidroeléctrica, por lo que parte del gasoil adquirido por Ancap no sería utilizado y no había lugar para su depósito. A su vez, la rescisión unilateral del contrato con Trafigura acarrearía el pago de multas al ente por incumplimiento.
En esas circunstancias, Ancap recibió la visita de representantes de Petroecuador interesados en intensificar las relaciones entre ambas empresas públicas. Durante el encuentro, las autoridades de Ancap les plantearon a sus pares de Petroecuador que Uruguay tenía un excedente de gasoil comprado a Trafigura. Poco después, ambas empresas estatales llegaron a un acuerdo por el que Ancap entregaría gasoil y Petroecuador suministraría crudo. Cuando se terminó el excedente de gasoil de Ancap, finalizó esa operación. Sin embargo, Ancap, Petroecuador y Trafigura resolvieron continuar con el vínculo comercial.
La empresa estatal uruguaya seguiría comprando productos refinados a Trafigura, al tiempo que le adquiría crudo a Petroecuador, percibiendo por ello un porcentaje que era abonado por la multinacional holandesa.
En un principio, las tres empresas siguieron actuando en el marco del acuerdo inicial, incursionando por la naturaleza de su actividad en el negocio tripartito en la modalidad del “trading”. Posteriormente, el 26 de enero de 2010, Ancap y Petroecuador firmaron un convenio de intercambio de hidrocarburos. El acuerdo fue rubricado por Riet. Ocho meses más tarde, el 26 de agosto de 2010, Ancap y Trafigura firmaron lo que se llamó el “contrato espejo” que obligaba al ente uruguayo a proveer a Trafigura crudo que recibiera de Petroecuador. Por esta participación de Ancap en el contrato, Trafigura le abonaría una comisión por cada cargamento recibido.
El contrato se ejecutó por las partes hasta fines de 2011 cuando venció el plazo acordado por las tres empresas. Los negocios le reportaron a Ancap por concepto de “trading” una ganancia de unos US$ 6 millones en dos años.