"¡Policía! ¡Esto es un allanamiento!", gritaron tres hombres en la madrugada del 20 de junio de 2024 y tiraron la puerta abajo de una casa en Cerro Norte. Así se abrieron paso en la vivienda en la que vivía una pareja y su hija de seis años. Al hombre, al que según la teoría fiscal lo confundieron con otra persona, lo ejecutaron a disparos antes de que pudiera salir de la cama. Tras un año de investigación, la Fiscalía de Homicidios de 2do Turno afirma que pudo identificar a dos de los responsables e irá a juicio para poder demostrarlo. Pidió que a uno de ellos se lo condene a 24 años de prisión y al otro a 20 años.
Además, acusó a otro hombre de haber sido cómplice de los hechos y por ello solicitó que se le imponga la pena de cuatro años de cárcel.
Aunque el homicidio ocurrió a las 6:40 horas de la mañana, el crimen comenzó a gestarse antes, según surge de la demanda acusatoria a la que accedió El País. Minutos antes de la medianoche del día anterior el acusado de encubrimiento concurrió a una boca de droga a consumir pasta base, pero no pudo comprarla porque no tenía dinero.
En ese momento, lo atendieron dos hombres: uno que no fue identificado y uno de los acusados por el homicidio. Ellos le dijeron que si quería conseguir dinero, podía dar para ellos "una vuelta" y así financiar la dosis. La "vuelta" implicaba llevar un bolso con ropas policiales y cinco pasamontañas desde esa boca hacia una vivienda. Él aceptó y así lo hizo. Al llegar a la vivienda, lo recibieron dos hombres. Uno de ellos era el segundo acusado por el crimen.
En ese momento, el joven que quería consumir, quedó impresionado. Nunca había visto tantas armas y tampoco de ese tipo. Les pidió a los dueños de casa si podía ponerse un pasamontañas, tomar un arma larga y sacarse una foto. Lo hizo y, con el pasamontañas puesto, se prendió un cigarro y tomó un whiskey. Luego de ello, se fue del lugar y buscó su correspondiente pago, de acuerdo a la acusación fiscal. Es por eso que piden que sea condenado como cómplice.
Seis horas después, al menos tres personas vestidas de policía ingresaron a la fuerza a la casa de una familia en Cerro Norte simulando que hacían un allanamiento. Todos llevaban armas y tenían los rostros cubiertos. Dos de ellos se dirigieron al dormitorio de la pareja y el tercero fue al cuarto de la hija, que en ese momento tenía seis años.
Mataron al hombre, que estaba acostado junto a su pareja, de varios tiros. Tras haber cometido el homicidio, se fueron del lugar y, a pocos metros, se descartaron de un pasamontañas, una campera de policía y un arma, con su respectivo cargador y cartuchos. Junto a estos objetos, la policía encontró a un perro que había sido asesinado de un disparo.
En el arma encontraron huellas de uno de los acusados de haber perpetrado el crimen. Había sido modificada para aumentar su poder de daño y su número de identificación estaba eliminado, sin embargo, se pudo determinar que era propiedad del Ministerio del Interior y su uso está prohibido para civiles.
La hipótesis de las autoridades apunta a que si bien el motivo fue un conflicto existente entre grupos criminales, los agresores se equivocaron de vivienda. Ni el fallecido ni su familia tienen ni tuvieron vínculos con el delito.
Por estos hechos, la Fiscalía insiste en que lo que ocurrió es un homicidio muy especialmente agravado por haberse cometido en presencia de menores. Acusó a dos hombres de haber participado del asesinato y por eso solicita su condena por la coautoría del hecho. Al joven señalado por llevar la ropa que luego se usó en el crimen, pidieron que se lo responsabilice por el encubrimiento. Si el juez acepta el petitorio fiscal, se los condenará por las penas de 24, 20 y cuatro años, respectivamente.
Sin embargo, eso se dilucidará en el juicio. La próxima etapa será que sus abogados presenten sus contestaciones a la demanda fiscal, en la que expondrán sus teorías del caso y las pruebas que propondrán para defenderlos.
Una vez que las pruebas de todas las partes sean expuestas en juicio, un juez tomará la decisión de primera instancia. Ese fallo luego puede ser apelado.