Este miércoles tendrá lugar una audiencia para dar cierre a la investigación sobre el caso de un funcionario policial que el pasado agosto mató a dos hinchas de Nacional minutos después de concluido el clásico con Peñarol por el Torneo Clausura.
Según informó Telenoche (Canal 4), el fiscal del caso Luis Álvez, resolvió archivar la investigación, ya que entiende que el funcionario policial actuó en legítima defensa.
Rodrigo Rey, el abogado del funcionario policial, indicó a El País que fue archivada la investigación administrativa que se le había iniciado a su defendido. Mientras que en el ámbito de la Fiscalía aguardan por la resolución de la audiencia formal que tendrá lugar este miércoles, pero las partes ya fueron notificadas sobre la decisión del fiscal. La audiencia fue fijada para el mediodía de este miércoles.
El caso
El hecho ocurrió el sábado 9 de agosto en Toledo, Canelones. Luego del clásico entre Peñarol y Nacional, seis personas llegaron al lugar en dos motos.
En el patio de la vivienda estaba el funcionario policial, de 24 años, comiendo un asado con un grupo de amigos. Afuera había colgadas dos banderas de este club, y aunque se presume que el grupo que llegó tenía la intención de robarlas, la secuencia duró solo unos pocos segundos y no cumplieron con su objetivo.
Uno de los jóvenes hinchas de Nacional salió corriendo de forma inmediata tras descender de una de las motos. Los otros hicieron lo mismo segundos después, cuando se escuchó la primera detonación. En total fueron 15, algunas de ellas mientras los jóvenes ya se estaban retirando del lugar.
El último disparo alcanzó a uno mientras intentaba huir con su moto, mientras que otro cayó metros más adelante. Ambos murieron.
La versión del policía, según pudo reconstruir El País, fue que vio llegar al grupo vestido de Nacional con pistolas, por lo que entró a la vivienda a buscar su arma de reglamento, con la que habría disparado como "forma de repeler".
Las autoridades detuvieron al efectivo policial, pero luego quedó en libertad.
Un grupo de hinchas de Nacional fueron condenados mediante proceso abreviado por tentativa de rapiña. Esto se debió a que su objetivo al llegar a la vivienda del policía era robar una bandera de Peñarol. Uno de ellos, el que obtuvo la pena más alta (dos años y dos meses de prisión por rapiña especialmente agravada) portaba un arma de fuego.
Por este episodio también se investiga a un amigo del efectivo policial, ya que las cámaras de seguridad lo captaron agrediendo a uno de los fallecidos cuando ya se encontraba en el piso.