ANDRÉS LÓPEZ REILLY
Los molinos de viento de 70 y 90 metros de altura son una postal tradicional en varios países desarrollados. Aquí, hace poco que funcionan en Rocha. Y ahora se los intenta hacer girar en Montevideo. Pero la situación es diferente en la capital.
A fines de octubre quedó oficialmente inaugurado en Rocha el primer parque eólico del país, con 12 aerogeneradores de 40 metros de altura y otros cuatro de 70 metros, ubicados en las lomas de campos donde se cultiva el olivo y se desarrolla la ganadería. El parque tiene capacidad para cubrir las necesidades energéticas de las ciudades de Rocha y Castillos.
Frente a los vaivenes del crudo en los mercados internacionales, y la necesidad de introducir cambios en la matriz energética, con energías limpias y renovables, el aprovechamiento del viento está en la agenda del gobierno desde hace mucho tiempo. Y desde hace algunos meses, en la de la Intendencia Municipal de Montevideo, que asegura que podría obtener, por esta vía, toda la energía que necesita, incluso para abastecer el alumbrado público de la ciudad.
Sin embargo, la energía eólica tiene sus complicaciones: es cara y los molinos no pueden instalarse en cualquier lugar.
Ayer, la Intendencia presentó un informe sobre el potencial eólico del departamento. La exposición estuvo a cargo de José Cataldo, docente de la Facultad de Ingeniería. El profesional dejó en claro que la utilización del recurso eólico para generación de electricidad es una alternativa económicamente viable. Sin embargo, Montevideo tiene algunas particularidades.
El estudio identificó tres lugares para instalar los parques: Punta Yeguas, la planta de Nordex sobre César Mayo Gutiérrez, y Cuchilla Pereira, cerca del Hipódromo de las Piedras.
La más apropiada, explicó Cataldo, sería la de Cuchilla Pereira.
PROBLEMAS. Seguramente la discusión "explotará" cuando haya una definición precisa sobre el lugar donde se instalará el primer parque de la ciudad, un proyecto que deberá ser analizado y aprobado por la Junta Departamental.
Cataldo explicó que en el caso de Nordex, habría un impacto visual muy importante, y que incluso sería necesario "trasladar gente".
"En Punta Yeguas se afectará el uso de la playa", añadió.
El experto informó que un estudio previo identificó otros dos lugares "ideales", que con este nuevo informe quedarían, en principio, descartados. Estos son Zonamérica y la Punta Brava de Punta Carretas.
Pero para instalar un parque eólico hay que tener en cuenta la densidad poblacional (hay un impacto visual y acústico muy importante), además de la disponibilidad del terreno (Punta Brava sería muy chico) y la cercanía a las líneas eléctricas de UTE.
Los molinos funcionan mejor con vientos fríos y cerca del mar. Pero, paradójicamente, en la zona Sur del departamento está la mayor concentración de edificaciones, por lo que hay una "rugosidad" mayor que le juega en contra a la velocidad de los vientos. Es así que la zona Norte se presenta como la más "interesante" para este tipo de emprendimientos.
Un molino de viento bien ubicado puede generar una potencia nominal de 2 megawatts.
Y los proyectos para Montevideo hablan, en principio, de entre 6 y 10 molinos en cada parque.
25 molinos por año
El gobierno maneja un proyecto de instalar 250 megawatts (MW) de energía eólica, en un plazo de cinco años y con la participación de privados, con una inversión en el entorno de los US$ 425 millones. La idea es avanzar en este terreno a un ritmo de instalación de 50 MW por año (25 molinos). El emprendimiento tendrá una inversión que rondará los US$ 425 millones -el costo promedio del megawatt eólico es de US$ 1.700.000- y se viabilizará a través de un contrato entre el Estado (representado por UTE) y la empresa privada, por un período de 20 años y a un precio fijo reajustable. El interés de los privados por participar en proyectos de energía renovable quedó demostrado más de una vez. Por ejemplo, en el llamado a licitación realizado por UTE para generar 24 MW de electricidad en base a fuentes renovables, cuando se presentaron 16 empresas con 22 propuestas. Y el parque de Rocha ya es una realidad más que tangible, que cambió el paisaje en esa zona del país.