Francia en plural

| Además de las playas de la Costa Azul, los castillos del Loira, Versalles y París, cuya fama ha franqueado todas las fronteras, Francia cuenta con muchas otras riquezas que a veces incluso los franceses desconocen.

Recopilación de Label France. Por Michel Pateau

Bastan hoy unas horas para volar de un continente a otro. Y sin embargo, hoy más que nunca, deseamos apropiarnos del tiempo que se nos escapa. La variedad de los paisajes franceses se presta a estas nuevas aspiraciones. A escuchar resonar nuestros pasos bajo las copas de los árboles, escalar montañas, cabalgar por caminos desconocidos o deslizarnos por aguas de ríos sorprendentes. La Francia profunda se degusta a sorbitos como un vino de la tierra o una confidencia. Es el tributo de la sorpresa. Un precio bastante razonable.

Así se darán a conocer la afectuosa hospitalidad del Norte y sus largas playas donde el viento empuja los carros de vela, el Oeste entre el océano Atlántico y el campo, y a lo largo de 400 km de ríos, la magia de las albuferas de Sologne y de los castillos del Loira, los pinos de la región del Jura y los vinos dorados de Alsacia, la llamada de los bosques del Bajo Rin y de los volcanes del Macizo central, las pequeñas queserías de Cantal, los senderos y granjas de Corrèze, los vinos de Burdeos y la flamante cocina del Périgord, las iglesias románicas y los castillos encaramados en las pendientes de Ardèche...

Otra manera de acercarse al mar. Claro que la imagen del mar bañado por el sol sigue imponiéndose en la imaginación de la mayoría, pero broncearse en la playa no basta. Para quien no le guste la vela o el surf, existen kilómetros de senderos detrás de las dunas para pasear al abrigo de la muchedumbre, y pescadores que les embarcarán en didácticas escapadas marinas. Ahora es posible subir a bordo de antiguas barcas rumbo a la isla de Natz o de Douarnenez, en Bretaña. Pruebe también el submarinismo, apartándose del rumor de las playas, en los fondos marinos de Porquerolles o de Córcega. Sin duda no hemos agotado el atractivo de las sensaciones náuticas y balnearias. Y mejor que así sea.

Tampoco se verán defraudados aquellos que se adentren hacia el interior del país, menos oneroso y con placeres más serenos. Lejos de las tempestades y de las playas saturadas, Francia respira y le está esperando. Las vacaciones en el campo atraen cada vez más a los habitantes de la gran ciudad, sedientos de aire puro, tranquilidad y autenticidad. Los animadores locales han comprendido el sentido profundo de eso que llamamos "turismo verde", y lo expresan en interesantes y originales propuestas.

Así en la región del Oeste, una asociación propone jornadas de animación rural que permiten a la población urbana —y a la rural, que a veces desconoce su propia región— irse a descubrir un pueblo, con sus artesanos, sus costumbres, sus especialidades culinarias y su historia. Visto el éxito que han tenido estas jornadas rústicas, es probable que otras regiones imiten esta iniciativa.

Gastronomía. Los comités departamentales y regionales de turismo le mostrarán la mejor manera de volver a esa naturaleza tan añorada, y cómo descubrir las costumbres de los pueblos, olfatear los manjares y vinos de la tierra. Los comités federan actualmente 200.000 asociaciones deportivas, de ocio y turísticas. Lo que significa que las proposiciones de vida al aire libre son tan inagotables como las de los ríos que riegan el país.

Desde el momento en que uno se dirige a las oficinas de turismo regionales o a las Casas regionales (Maisons) que hay en París, descubrir el patrimonio, natural o humano o practicar el deporte favorito, ya no representa mayor dificultad. Allí les informarán sobre el alojamiento, las mejores temporadas, los circuitos, los campos de golf, alquiler y rutas para bicicleta de montaña, clubs hípicos, pistas de tenis, trazado de senderismo...

Gracias a la asociación Rempart (asociación para la rehabilitación y mantenimiento de los monumentos y del patrimonio artístico) tampoco faltan citas con el patrimonio, destinadas a los amantes de la historia y de las viejas ruinas. Los gastrónomos, por su parte, podrán realizar circuitos trazados con esmero por los comités de vinos ("rutas de vinos") o los restauradores de oficio, y tomar clases de enología o de cocina. Para familiarizarse con el país y sus habitantes, no hay mejor manera que ir a pie, en bicicleta o a caballo, incluso a bordo de un barco surcando los ríos. Aquí tenemos al fin la verdadera vida, la paz y el tiempo recobrado: el frescor de la brisa que acaricia la mejilla, o el leve movimiento de la barcaza provocado por una ligera presión de la mano en el agua. Cerca de 30.000 km de senderos muy bien balizados se ponen a sus pies, o a sus ruedas. Podrá disfrutar de los aromas del avellano y de plantas silvestres, a pie, en mountain bicke o a caballo (Francia es un país de gran tradición ecuestre y, así pues, le permite cabalgar por todas partes del mar a la montaña, con Camarga como tierra predilecta).

La Federación francesa de senderismo publica el trazado detallado de senderos que, no nos alarmemos, están punteados de agradables escalas. Todos los albergues de fin de etapa y otros puntos de avituallamiento están mencionados en la Guide des randonneurs editada por la Federación francesa de senderismo.

La montaña tiene durante el verano atractivos para todo el mundo en un ambiente de aromas florales y frutos silvestres. Serpentear por los senderos de montaña en Saboya, el Jura o los Vosgos, los grandes espacios de los Alpes para sorprender gamuzas, cabras montesas o simplemente marmotas entre las gencianas.

La tierra, el agua, el cielo... Poco pensamos en esta Francia vista desde el cielo. Es posible realizar el vuelo libre —ala delta y parapente— en unos 400 puntos del país, en los Alpes y también en los macizos del Jura, los Vosgos y los Pirineos.

INFO UTIL:

La tarjeta "carte musées" da acceso a 65 museos y monumentos de París y de la región Ile-de-France: por 1 día (60 francos, 12 dólares), 2 días (120 francos, 24 dólares), 3 días (170 francos, 34 dólares). Las principales ciudades poseen fórmulas similares. Los museos nacionales son gratuitos para los jóvenes menores de 18 años.

El tren es en Francia un medio de transporte privilegiado por la densidad de su red, la rapidez de las líneas interurbanas y las ventajosas tarifas que ofrece la compañía nacional de ferrocarriles, la SNCF. El tren de alta velocidad (TGV) une París con el Norte, con el Atlántico y el Sudeste. Con él es posible viajar de París a Lyón (500 km) en tan sólo dos horas. Los billetes "joker" reservados con antelación (de 8 a 30 días) para fechas fijas conceden una reducción del 30 al 50% sobre la tarifa habitual. La SNCF transporta las bicicletas sin ningún problema.

La red de carreteras de Francia es una de las más densas del mundo. Así pues es fácil visitar el país tomando los ejes principales de autopistas (de peaje) o las pequeñas carreteras comarcales, indicadas en los mapas Michelin.

El Túnel del canal de la Mancha une París y Londres en menos de tres horas, vía Calais, a bordo del Eurostar o del "Shuttle" (con automóvil). Es posible disfrutar de los billetes "joker".

Las mejores guías:

"Guides Voir": France, edit. Hachette, 672 pag. Esta guía, que cuenta con abundantes ilustraciones, propone un tratamiento sintético de Francia en 16 regiones: monumentos, museos, actividades para el tiempo libre, referencias históricas y especialidades culinarias, mapas e itinerarios aconsejados, con una selección de direcciones de hoteles, restaurantes y tiendas para todo tipo de presupuestos.

"Guides Michelin": Indispensables. La Guía Roja propone una clasificación por ciudades, de hoteles y restaurantes de Francia; las Guías Verdes presentan circuitos turísticos de cada región (existen en alemán, inglés, español e italiano).

"Guides Bleus": France, edit. Hachette. Es un "clásico" entre las guías: maqueta clara, información práctica, numerosos mapas y una clasificación por regiónes con un enfoque cultural centrado en la historia y el arte.

"Guide du routard": (Guía del Trotamundos): Hôtels et restos de France, edit. Hachette. Es la pionera de las guías prácticas para viajar libremente: alojamiento, restaurantes, transportes, trucos prácticos, humor e información de calidad, con mapas explicativos.

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