Asadores de Progreso que viven de otros oficios dejaron a punto casi 3.000 kg de pulpa y 4.000 chorizos.
crece y se afianza en Canelones el Festival de la Carne. Lo demostró la sexta edición desarrollada el pasado domingo, por primera vez en el Parque Artigas de Pando.
El Rotary Club de esta ciudad organizó el evento con el apoyo de la Intendencia, el Municipio y la industria cárnica de la zona, que incluye a unos diez frigoríficos.
Para atender a más de cuatro mil comensales, este año se contrató a un peculiar equipo de asadores de la vecina ciudad de Progreso, ubicada a cuarenta kilómetros.
Alejandro Ruso Matiaude fue el cocinero al mando de otros 17 chefs criollos, con mayor o menor experiencia en el mundo de las brasas pero ninguno de ellos dedicado en forma profesional.
"Como me gusta cocinar y lo he hecho en varios lugares, me consultaron si me animaba. Soy un tipo amateur, he trabajado para reuniones de trescientas o hasta ochocientas personas. Pero no vivo de eso. Tengo una ferretería pequeña y un depósito de leña. Siempre lo hice para dar una mano, o en reuniones de veinte o treinta amigos, me encanta. Nunca quise cobrar nada. Esta vez en Pando sí cobramos porque se pagaba un ticket. En mi casa también hago comidas de olla", dijo a El País Alejandro Ruso, quien armó un grupo de asadores entre los que estaban un hermano, un primo y amigos que se revuelven con la leña y los parrilleros, si bien se ganan la vida en un tambo, una quinta de manzanas, la construcción, una barraca, un taller de chapa y pintura, una bodega o en UTE.
"Estuvimos desde las cuatro y cuarto de la mañana, que arrancamos desde mi casa. Prendimos el fuego a las cinco menos cuarto y trabajamos hasta las seis y pico de la tarde. La gente quedó muy contenta. Calculamos que se usó diez mil kilos de leña y se asaron dos mil setecientos kilos de carne, todos pulpones, más finos o más altos, y cuatro mil chorizos que suponen unos cuatrocientos kilos. Hubo que meter corte y corte como loco, caminar con los pulpones al hombro desde el camión hasta los fogones. Los últimos los terminamos a punta de llama porque no dábamos abasto. Hicimos cuatro filas de personas para mantener el orden".
El ticket de 390 pesos incluía un chorizo, dos porciones generosas de carne que la gente elegía, pan y ensalada rusa en envases individuales.
Los asistentes llevaron la vajilla y en el lugar tenían a disposición las sillas y mesas para setenta personas cada una.
El pasado 15 de noviembre, Alejandro Ruso había trabajado para el Festival Nacional de la Empanada y el Vino, esa vez en Progreso. Allí el asado fue brindado por el Rotary local para más de los doscientos jinetes que desfilaron.
Organizadores.
El objetivo del festival de Pando, declarado de interés departamental en 2014, es promover a la ciudad como la Capital Nacional de la Carne. Lo recaudado se destina para hacer diversas obras o donar materiales y equipamiento.
En las ediciones anteriores se colaboró en la señalización vial, la creación de la oficina de violencia doméstica de la Seccional 7 de Pando, dos refugios en paradas de ómnibus similares a los del Corredor Garzón, un módulo para la biblioteca de El Talar (un barrio carenciado), donaciones a escuelas o entrega de sillas de ruedas.
Marcel Dubois, unos de los 23 rotarios de Pando explicó a El País que cada año no está fijada la obra a realizar, aunque hay siempre cuatro o cinco propuestas a evaluar de acuerdo a lo recaudado. Además del apoyo de los empresarios, Dubois destacó el respaldo de scouts, bomberos y personal policial, entre otros.
Echaron al fuego 10 mil kg de leña.
El espectáculo de Lucas Sugo convocó a mucha gente, pero las parrillas por sí solas vienen cada año atrayendo a miles de personas que llegan a Pando a una fiesta que pretende convertir a la ciudad en la Capital Nacional de la Carne. Se destacó en el evento la presencia, por primera vez, de un equipo de asadores proveniente de Progreso, ninguno profesional pero liderados por un ferretero amante de la cocina.

Evento benéfico del Rotary Club de Pando