THE NEW YORK TIMES
Todo depende de lo que se quiera decir con "alegre" e "inteligente".
Existen medicamentos que mejoran nuestro estado de ánimo —caso de Prozac— y otros antidepresivos que controlan los niveles de la química del cerebro llamada serotonina. Si bien originalmente estuvieron destinados al tratamiento de la depresión, esos medicamentos han sido utilizados para otras condiciones sicológicas como la timidez y la ansiedad y hasta por personas saludables que quieren sentirse mejor.
Pero, ¿poner a la gente en un mejor estado de ánimo realmente la hace feliz? Las personas también hunden sus penas en alcohol o se sienten eufóricas utilizando narcóticos, pero muy pocos de los que lo hacen pueden realmente ser considerados alegres.
El Consejo de Bioética designado por el Presidente de Estados Unidos indicó en reciente informe que mientras los antidepresivos pueden hacer más felices a algunas personas, también pueden sustituir lo que realmente trae felicidad: la sensación de satisfacción con la identidad personal, los logros y las relaciones.
DIFERENCIAS. "En la búsqueda de la felicidad los seres humanos siempre se han preocupado por la apariencia de la felicidad y han perdido su realidad", manifestó el Consejo de Bioética."Sin embargo, una felicidad falsa es lo que amenaza conferirnos la administración farmacológica de nuestras vidas mentales".
La búsqueda de la felicidad ha sido siempre uno de los objetivos de la humanidad, que incluso aparecen en algunos textos históricos como es el caso de la Declaratoria de la Independencia de Estados Unidos.
Ahora, se largó la carrera para desarrollar medicamentos que hagan a la gente más inteligente. Ya fueron aprobados medicamentos destinados a enlentecer la declinación de pacientes que sufren del mal de Alzheimer, y algunos medicamentos son sometidos a pruebas contra la pérdida de memoria que ocurre en etapa anterior, y es denominada deficiencia cognitiva leve.
Pero, a nadie escapa que si un medicamento para la memoria funciona y es seguro, un día podría ser utilizado por personas sanas para aprender más rápido y recordar durante más tiempo.
Estudios han demostrado que los animales pueden hacer las dos cosas cuando la actividad de ciertos genes es incrementada o reducida. El Dr. Tom Tully —profesor del Laboratorio de Cold Spring Harbor— creó moscas de las frutas por la vía de ingeniería genética, las que tienen "memoria fotográfica". Sostuvo que, en una sesión, podrían aprender lo que a las moscas normales les llevaría diez sesiones.
"De inmediato convenció a todo el mundo que la memoria iba a ser otro proceso biológico", señaló el Dr. Tully. "No tiene nada especial. Eso significó que iba a ser tratable y manipulable".
Pero, los expertos afirman que mejorar la memoria no necesariamente hará que una persona sea más inteligente, y menos aún en el sentido de la sabiduría."Sería un error creer que los medicamentos que hacen impacto en la memoria, también lo tendrán en la inteligencia", dijo el Dr. Daniel L. Schachter, jefe de la cátedra de Sicología, en la Universidad de Harvard.
MENOR ESFUERZO. El Dr. Tully —quien también se desempeña como jefe científico interino de la firma Helicon Therapeutics, que está desarrollando píldoras para la memoria— está de acuerdo. "No se piensa mejor que antes", precisó. "Simplemente, se reciben los datos con menor esfuerzo". De cualquier manera, dijo que eso sería significativa ayuda para los estudiantes al preparase para rendir exámenes.
Mejoran la capacidad cerebral
Cualquier píldora utilizada por personas sanas para mejorar la memoria debería ser suficientemente segura para que los riesgos no superen a los beneficios. Efectos sicológicos laterales también permanecen como una posibilidad.
"¿Es bueno recordar todo?", preguntó el Dr. Tully. "¿Un cerebro colmado de información sufre algún tipo de sobrecarga?"
El Dr. Joe Z. Tsien —profesor de biología molecular en la Universidad de Princeton, quien desarrolló ratones más inteligentes mediante ingeniería genética, hace dos años— expresa su escepticismo respecto de que los resultados puedan ser transferidos a las personas.
"Si uno observa cómo las personas mejoran su capacidad cerebral, es a través de la educación", destacó. "Esta ha demostrado tener cien por ciento de eficacia con efectos colaterales mínimos".