Fama de Punta del Diablo crece en Buenos Aires por el boca a boca

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BUENOS AIRES | IGNACIO QUARTINO

Son profesionales con buen poder adquisitivo. Tienen entre 25 y 35 años. Trabajan de enero a diciembre en las oficinas del microcentro porteño salvo los 10 días hábiles de licencia que por ley tienen los trabajadores en relación de dependencia.

La tendencia es cada vez más extendida y sólida: pasar esos días de descanso recargando las pilas durante el verano en las playas de Punta del Diablo o alguno de los "nuevos" balnearios de Rocha.

Desde hace un par de temporadas, cada vez es más frecuente ver este perfil de turista en los balnearios que más han crecido en el departamento rochense: Punta del Diablo, la Pedrera, Oceanía del Polonio.

Tan así es, que este año son cientos los jóvenes que ya reservaron vía Internet las cabañas de Punta del Diablo que ocuparán durante una o dos semanas para pasar las ansiadas vacaciones. Y de paso encontrarse con amigos y colegas.

Milagros Fernández, de 29 años, ya pagó la seña con la que alquilará durante la segunda semana de enero la misma cabaña del año pasado, cerca de la playa de la Viuda.

Será el segundo verano de esta abogada porteña en Punta del Diablo, donde pasará una semana de descanso junto su novio. Y, si la pasa tan bien como el año pasado, asegura repetir esta rutina por muchos veranos más.

Milagros llegó a este lugar por recomendación de su hermano mayor, que pasa sus vacaciones en el rancho que un amigo suyo se construyó hace unos años. Así, a través de la tan efectiva publicidad boca a boca, Milagros contó que cuatro compañeras de trabajo suyas irán con sus parejas a Punta del Diablo por primera vez entre enero y marzo, donde pagarán entre US$ 80 y US$ 120 por día de alquiler.

Milagros también deja claro que esta tendencia no es nueva. Hija de una familia acostumbrada a veranear en Punta del Este, ella y sus hermanos se inclinaron por el pueblito de pescadores por tratarse de una opción más agreste y tranquila para sus vacaciones, frente al ajetreo que propone el principal balneario uruguayo.

Conscientes de que existe un nicho de veraneantes argentinos con estas características, operadores inmobiliarios de ese país promocionan en algunas radios FM la venta de terrenos en La Esmeralda. Los anuncios destacan la cercanía de este balneario respecto a Punta del Diablo y Cabo Polonio.

Pese al crecimiento de turistas argentinos en estos balnearios de Rocha este fenómeno transcurre en silencio. Con bajo perfil. Aunque es notorio que las reservas en Punta del Diablo, desde algunos meses antes del verano, se concentran en clientes de este perfil. Uno de cada cinco veraneantes en Rocha es argentino.

Según las últimas estadísticas del Ministerio de Turismo, la principal fuente de decisión de los turistas a la hora de acercarse a alguno de los balnearios de Rocha fue en un 60% por la propia experiencia.

En segundo lugar, un 17% llegó al balneario por consejo de amigos y un 14% se interesó en Rocha y buscó información en internet, cada vez más determinante como medio de promoción. Además, un 30% de los visitantes encuestados en el relevamiento 2009-2010 desarrollaban su primera visita al departamento.

En los últimos cinco años se duplicó la cantidad de extranjeros que eligieron a Rocha como destino de su visita a Uruguay: en 2005 fueron 54.357 turistas y en el año 2009 fueron 115.516. Entre 2008 y 2009 la cantidad de visitantes creció 9%.

Durante las semanas previas al inicio de la temporada estival, es muy común encontrar en la prensa escrita argentina informes que comparan tarifas de hoteles, precios de alquileres y otros servicios.

Los lugares de referencia siempre son Mar del Plata, Pinamar y Punta del Este, que se mantiene posicionado como el destino más exclusivo del Río de la Plata. Si bien los precios confirman ese carácter, no son pocos los argentinos que advierten un emparejamiento del costo de vida respecto a Buenos Aires con respecto al año anterior. El alza de precios en la canasta básica de los argentinos producto de la inflación que tanto preocupa al gobierno, muestra a Uruguay co-mo un destino más competitivo que en temporadas anteriores. Sin perjuicio de ello, no faltan aquellos que quieren cambiar pesos uruguayos antes que el ingreso de miles de turistas a Uruguay genere una nueva baja de la moneda local respecto al dólar.