RENZO ROSSELLO
Aunque el número de muertes por violencia doméstica continúa aumentando, el problema no termina de ser visualizado por la sociedad uruguaya, pero sobre todo a nivel del Estado. Esa es la principal conclusión de un estudio sobre el tema.
Más de dos tercios de la población cree que las mujeres están en desventaja en el mercado laboral y, en particular, en los cargos de jefatura. Este es uno de los escasos avances que el "Estudio de Opinión Pública sobre Género y Violencia Doméstica en Uruguay" pudo constatar respecto de un informe similar del año 2010. El estudio presentado ayer por la Fundación Plemuu y la Red Uruguaya Contra la Violencia Doméstica y Sexual, con financiación de la Unión Europea, detectó que el problema continúa siendo poco visible para los uruguayos.
"Igual que en el 2010, ante la pregunta: ¿Cuáles considera que son los problemas más importantes del país?, la mayoría de las personas responde sobre la seguridad y la delincuencia, seguido de problemas económicos", advierte el informe. Solo el 9% responde espontáneamente que el mayor problema es la violencia doméstica.
"Basta ver la cifra de las muertas para ver que las cosas no han cambiado demasiado", dijo a El País la socióloga Teresa Herrera, a cuyo cargo estuvo la presentación del estudio.
Esta semana la cifra de mujeres asesinadas por sus parejas llegó a 26, sobre un total de 47 mujeres víctimas de homicidio en lo que va del año, según recientes informes del Ministerio del Interior.
De todos modos, el sondeo logró establecer que sí hay algún avance en la percepción del tema cuando se pregunta específicamente acerca de la violencia doméstica. "Casi la totalidad considera que es un problema -al menos- importante y para tres de cada cuatro personas es un problema muy importante", señala el informe.
El fenómeno de enmascaramiento de la violencia doméstica se aprecia, establece el estudio, en las percepciones teñi-das por parámetros culturales. Ejemplo de ello es la respuesta que atribuye "culpa" a la víctima por haber recibido una agresión, incluso letal. Los consultados fueron confrontados con la frase: Un hombre no maltrata porque sí, ella también habrá hecho algo para provocarlo. El extendido aserto recoge el 20% de las opiniones acordes, el porcentaje sube al 27% entre los varones. Los valores se incrementan asimismo, tanto entre varones como en mujeres, en los niveles socioeconómicos medio bajos y bajos, así como en el interior del país.
"FALTA MUCHO". La socióloga Teresa Herrera insiste en que los escasos avances tienen un fenómeno "multicausal", pero cargó sus críticas a la falta de políticas de Estado.
"Hay una gran responsabilidad por parte del Estado, porque en definitiva no hay una política pública fuerte con respecto a esto. Es decir, el Estado no lo pone en la agenda con la misma fuerza que pone otras cosas, entonces en la medida en que no se considera una especie de epidemia, que lo es, en la medida en que no se ponen los recursos que se tienen que poner, en la medida que no se realizan las campañas públicas que se tienen que realizar, las personas responden en consecuencia", reflexionó Herrera.
Del mismo modo, la socióloga cuestionó la forma en que el tema es abordado en los medios de comunicación.
"¿Cuándo aparece el tema? Por algo se lo relaciona tanto con lo policial; aparece en la agenda cuando se mata a una mujer. Esta semana estamos todos hablando de este tema porque es la semana del 25 de noviembre y tuvimos un caso espantoso, pero la semana que viene la agenda está en otra cosa", señaló.
De algún modo, según analiza el informe, cuando las personas deben enfrentarse a un tema de violencia doméstica en lo primero que se piensa es en denunciarlo a la Policía, en detrimento de organizaciones de asistencia.
El informe en sus recomendaciones finales hace énfasis en la necesidad de no descargar la responsabilidad de la lucha contra la violencia doméstica únicamente en el Ministerio del Interior y sus organismos.
"Esto no se supera en la medida en que no se ataquen las causas, las causas son las relaciones desiguales existentes entre varones y mujeres. Y eso implica un cambio cultural, desaprender muchas cosas que tenemos absolutamente naturalizadas", apuntó Herrera.
Y agregó que "los servicios de atención son mínimos, los lugares de acogida son mínimos, realmente está faltando mucho".
La cifra
27%
de los varones sigue suscribiendola frase: "Un hombre no maltrata porque sí; ella también habrá hecho algo para provocarlo".