Angina, fatiga excesiva, ahogo y falta de aire son los síntomas ocasionados por el debilitamiento del corazón a causa de un estrés emocional repentino, pero que permanece en el tiempo, debido a un gran sufrimiento, miedo o rabia, como la muerte de un familiar, un robo, un accidente grave o un diagnóstico médico nefasto.
Estos síntomas parecen estar en la base de la llamada cardiomiopatía por estrés, la cual podría probar la creencia popular de que las personas pueden morir de pena.
"Es una enfermedad inducida por estrés; produce una insuficiencia cardíaca, similar a un infarto, pero con las arterias coronarias normales", explica el cardiólogo chileno Mauricio Fernández.
En situaciones de estrés grave, se liberan grandes cantidades de adrenalina y noradrenalina, hormonas que producen la vasoconstricción de pequeños vasos, lo que hace aparecer el dolor en el pecho. Aunque afecta a personas de ambos sexos, más del 80% de los casos son mujeres. EL MERCURIO/GDA.