Un virus, el herpes zoster, es el responsable de esta afección que los médicos llamamos precisamente "herpes zoster". Este mismo virus es el que causa la varicela y no es casualidad: la varicela es la infección primaria, cuando recién se contagia y el herpes zoster es la reactivación. Es una afección muy dolorosa pero casi siempre es localizada y aunque molesta, no es grave.
Este virus pertenece a una familia llamada herpesviridae, que está integrada además por el herpes simple (que da las características lesiones en la boca), el citomegalovirus y el Epstein barr entre otros. Como todos los virus de esta familia suele dar infecciones persistentes en el tiempo. El herpes zoster se adquiere por lo general tempranamente, en la infancia. Se contagia sobre todo por la tos y secreciones respiratorias. Cuando recién se adquiere ocasiona la varicela; que es un cuadro caracterizado por fiebre y lesiones en toda la piel tipo vesículas y costras. Desde hace unos años se está vacunando a todos los niños por lo que es esperable que disminuyan los casos de varicela. Cuando se cura la varicela en realidad no se erradica el virus. El virus queda en estado latente y muchos años más tarde; cuando bajan las defensas por alguna causa o cuando se es anciano, se reactiva.
SÍNTOMAS. Lo primero que aparece es un dolor intenso en la zona donde posteriormente aparecerán las lesiones y que habitualmente es el tórax o región lumbar. Menos frecuentemente se localizan en la cara. Las lesiones son manchas rosadas, vesículas (ampollas pequeñas) y costras que siguen el recorrido de un nervio. Precisamente en el tórax forman una banda que recorre desde la espalda hasta el pecho o el abdomen de una mitad del cuerpo.
Cuando aparecen en la cara pueden afectar seriamente a un ojo.
Con muy poca frecuencia afectan a los órganos internos como el cerebro, hígado, etc.
Las lesiones cutáneas revierten solas con o sin tratamiento, cumplen un ciclo y se secan. Las personas mayores pueden seguir sintiendo dolor luego que se curan las lesiones de la piel y es lo que se llama neuralgia postherpética.
Una de las complicaciones más frecuentes del herpes zoster es la sobreinfección con bacterias de las lesiones de piel.
TRATAMIENTO. La culebrilla se cura con o sin tratamiento pero el tratamiento con antivirales acorta la duración de la enfermedad, disminuye la extensión de las lesiones y disminuye las probabilidades de tener posteriormente neuralgia postherpética.
Hay dos antivirales disponibles: el aciclovir y el valaciclovir. El primero puede administrarse por boca o por vena y el segundo por vena. Habitualmente se prefiere administrar por boca y se deja la vía intravenosa para las personas con un herpes muy extenso y con una inmunodepresión muy importante causada por ejemplo por el VIH, un cáncer o alguna medicación.
Se debe consultar rápidamente al médico frente a los síntomas porque el tratamiento sólo es efectivo si se administra tempranamente.