"Esto está cada vez peor, vengo obligada"

Crisis del Casmu. Los usuarios cuestionan las demoras de hasta tres horas para recibir medicamentos. Valoran la actitud de los médicos, pero no les agradan las medidas sindicales

 20081112 542x600

EDUARDO BARRENECHE

En el Sanatorio II del Casmu de 8 de Octubre y Abreu ayer parecía un domingo. O un feriado. Pocos usuarios, pocos funcionarios. Solo los limpiadores de una empresa contratada recorrían con ahínco los pasillos vacíos del sanatorio.

El Casmu II es un gigante en el CTI: en su interior se respira decadencia. Los funcionarios lucen carteles que están en paro por reclamos salariales; hay ocupaciones de áreas de la mutualista y son muy pocos los empleados que trabajaban co-mo guardia gremial.

La mayoría de los afiliados, que entre la hora 14 y las 16 de ayer pasaron por Urgencia, luego hicieron "colas" para sacar medicamentos. La guardia gremial dispuso que hubieran tres receptores. A la hora 15 de la víspera, unos 60 pacientes se agrupaban desordenadamente frente a las cajas.

Un empleado flaco y desaliñado estaba sentado al lado de las cajas. Cada tanto, se paraba con la rapidez que le atribuyen a un funcionario público y trataba de ordenar la "cola" con gestos de la mano o indicaba cómo debían formarse.

Luego se desplazaba cansinamente hacia su asiento al lado de las cajas. Media hora más tarde, cuando las "filas" se desordenaban, el funcionario lanzaba una maldición por lo bajo y otra vez se paraba. El ciclo se repitió hasta el fin de la jornada laboral del trabajador.

Manuela, una socia del Casmu desde hace 40 años, estaba ayer en una de estas filas. "Hace una hora y media que espero ser atendida", dijo.

Mostró una pequeña bolsa que tenía dos cajas de medicamentos. "Todavía me faltó una. Me querían dar un producto que era similar pero de otro laboratorio, y no acepté. Esto está cada vez peor. Vengo obligada. Primero averiguo el precio de los remedios en la farmacia de mi barrio. Si hay, los compro allá y no vengo al sanatorio", expresó.

Carlos, un empleado de 34 años, tuvo peor suerte que Manuela. Debió esperar casi tres horas que le consiguieran un fármaco para su novia.

"Los trabajadores son muy amables. Lo que pasa es que no les pagan; por eso hacen medidas gremiales", justificó.

Además de las demoras para entregar los remedios a los pacientes, Carlos recordó que la atención médica "también es lenta en el Casmu II".

Adriana es una empleada administrativa de 43 años. Sufre de insuficiencia renal. No se quejó de la atención de los profesionales. Tampoco del trato de los funcionarios. Sí cuestionó la demora de la entrega de los medicamentos a los pacientes que fueron atendidos en urgencia y criticó la superpoblación en el sector de internación.

La enorme afluencia de usuarios por la reforma de la salud o la fusión con otras empresas quebradas, generaron una falta de camas en el sanatorio, aseguró. "Cuando estuve internada quedé una semana en los boxes. Allí el baño es compartido y se corre riesgos de contraer una infección", dijo.

Adriana señaló que si podía, cambiaría de mutualista, aunque advirtió que es posible que en otro centro no la aceptaran por su condición sanitaria.

CRISIS. Un diálogo entre dos afiliadas en la "cola" para adquirir medicamentos es una fotografía del descontento. Una dijo llamarse Lucía y la otra Mara.

Lucía: "Hace 55 años que soy socia de esta mutualista. Yo pago $ 1.000 todos los meses. No es un convenio. Y he visto al gremio hacer paros hasta que se cansaron".

Mara: "Mire, acá ponen tres receptores, sabiendo que se va a trancar. (En ese momento había unas 50 personas esperando para retirar los medicamentos). No es mala gestión; es irresponsabilidad".

Lucía: "Dicen que todo esto es política. Que acá hay médicos que ganan mucho dinero".

Mara: "Eso lo pagamos los de abajo".

Lucía: "Y no vemos retorno. Hace meses que me están dando medicamentos similares y no los que necesito".

Ramón Bica es un jubilado del ferrocarril que vive en Salto. Tiene una visión distinta sobre la atención que brinda el Casmu. "Acá salvaron a mi esposa. A ella le operaron de un seno hace nueve años y venimos cada seis meses a hacernos controles. Inclusive nos pagan el pasaje desde Salto", explicó.

PRIMER PISO. Ayer, en el Sector B (vacunaciones), habían 10 personas. Sector C (inyectables), ocho. En la administración, ninguna. A dos metros de la administración, dos promotoras de una empresa de compañía trataban de pasar el tiempo. Una de ellas dibujaba muñequitos en una hoja y la otra jugaba con su celular.

Una funcionaria de administración llamó al cronista pensando que era un usuario. Ante la negativa, con rostro frustrado, tomó un teléfono y discó el número de una amiga.

Lucas, un anciano de 80 años, descansaba solitario en el primer piso del centro asistencial. "Es un crimen lo que hicieron con esta mutualista. Esto fue una institución modelo y la dejaron caer. Lo mismo pasó con la mutualista La Fraternidad donde yo era socio", dijo.

Lucas recordó que La Fraternidad era toda una potencia en su época: había comprado un edificio por la calle San José y proyectaba ampliarse hacia allí. Actualmente, ese predio es un estacionamiento.

Lucas dijo que hizo rehabilitación en una piscina con agua caliente en el Casmu. Ahora la piscina está cerrada.

Usuarios pedirán la esencialidad

El Movimiento Nacional de Usuarios de Salud Pública y Privada anunció ayer que solicitará al gobierno la esencialidad de los servicios en el Casmu si se agrava la situación, dijo la dirigente de esta entidad, Lilián Rodríguez. "Si el gobierno lo decreta, nosotros los apoyaremos", afirmó.

Por su parte el presidente del Movimiento, Néstor Sena, dijo que la gestión empresarial del Casmu "no fue buena".

Los usuarios también pidieron la renuncia de la Junta Directiva del Casmu.

"Salud Pública quiere intervenir al Casmu"

Gerardo Eguren

El presidente de la Junta Directiva del Casmu, Gerardo Eguren, dijo que el gobierno está actuando con "irresponsabilidad" en la crisis de la mutualista. En entrevista con El País, Eguren consideró además que el gobierno insiste en separar al gremio de la mutualista a fin de tener las manos libres para intervenir al Casmu.

Federico Castillo

-¿El gobierno les explicó por qué suspendió la reunión de ayer con los ministerios de Economía y Salud?

-No. Según parece las condiciones cambiaron. Al gobierno no le gustó que nos presentáramos a concordato por la ley vieja. Pero eso es algo a que nos "obligó" el propio gobierno. La institución no pensaba entrar en concordato, pero el hecho que hayan apurado la entrada en vigencia de la nueva ley, influyó. Creo que hay una irresponsabilidad del gobierno, justo ahora que se habían encauzado las negociaciones, que habíamos llegado a un principio de acuerdo. Esto es una irresponsabilidad. Nosotros lo que tenemos que hacer es mantener la asistencia del usuario, eso es básico.

-Pero los funcionarios amenazan con ir a una huelga y los cirujanos dejaron de operar porque no están dadas las condiciones. ¿Cómo se puede garantizar la asistencia con este escenario?

-Bueno, los médicos tienen razón en no operar porque los funcionarios no den las garantías suficientes. Igual no se van a suspender todas las intervenciones: las que están coordinadas, las oncológicas y las de urgencia y emergencia se van a seguir manteniendo. Y eso es mantener la asistencia. Pero repito: el gobierno nos obligó a esta situación. Nosotros vamos a seguir manteniendo la gestión con los proveedores. La prioridad es el afiliado. Y vamos a seguir el diálogo, a pesar que el Ministerio de Salud Pública rompió la negociación por causas que desconocemos.

-Ustedes habían advertido que se iban a presentar a concordato por la ley vieja. El gobierno les sugirió que se acogieran a la nueva norma, incluso apuró su entrada en vigencia. ¿Sabe por qué tanto interés en aplicarles la nueva ley de concurso?

-No sé por qué, por un capricho será.

-¿No les dieron ninguna explicación?

-Es que no es a mí a quien tienen que convencer, es a nuestros asesores. Y el propio impulsor de la ley nueva, Ricardo Olivera, dijo que el antiguo régimen nos da mucho más garantías y margen a todos No supone una intervención tan directa, no se desplazan las autoridades. Además, la nueva ley entraba en vigencia en 180 días, en ese plazo nosotros podíamos estabilizarnos como institución, sin necesidad de concordato, ni de concurso. Pero adelantaron los plazos y prácticamente nos acorralaron. Hay un nuevo panorama: hay una radicalización de los funcionarios, y nos obligaron a tomar estas medidas.

-Una de las condiciones que puso el gobierno para prestar ayuda financiera es la separación del Sindicato Médico de la mutualista. ¿Está de acuerdo?

-No nos negamos a discutir el cambio de personería jurídica, pero nos llama la atención tanta insistencia. Si antes nunca la hubo. El hecho de separarnos ahora no da una seguridad jurídica. Porque la figura que tendría que tener el Casmu sería la de una cooperativa médica y éstas ahora no están contempladas por ley. Entonces si nos disolvemos entramos en una inseguridad jurídica. Creo que se está trabajando muy impulsivamente desde el MSP, sin un marco o una guía. Hay una tozudez del gobierno, y para mí hay una intención de intervención. La injerencia del SMU no es tan grave en el Casmu, fue peor la implementación del sistema que lo que pueda hacer el sindicato en la mutualista. No sé si no hay una intencionalidad de intervención.

-¿Cree que el gobierno apura la separación para no tener que intervenir a un sindicato?

-Exacto, para mí esa es la intención. No me lo ha dicho nadie, pero es olfato. A mí tanta insistencia me da que pensar. Aunque el gobierno lo rechace. Viendo las cartas sobre la mesa, es eso: quieren intervenir.

-Pero ahora el panorama está complicado: los funcionarios radicalizaron el conflicto, los cirujanos no tienen garantías para operar, el gobierno suspende las reuniones para prestar ayuda. ¿Cómo queda el afiliado en el medio de todo esto?

-La Junta Directiva del Casmu está velando por la asistencia. La gran mayoría de los médicos estamos reforzando la asistencia y se está cumpliendo sin problemas. No hay carencias de ningún tipo. Es más, los funcionarios que ahora radicalizaron el conflicto deberían haber cobrado el 29 de octubre y hoy estamos a 12 de noviembre. Yo sé que duele el bolsillo, pero una medida tan dura por solo 12 días... No estamos hablando de tres meses de atraso. Yo he trabajado en instituciones médicas donde han habido atrasos y nunca vi esta virulencia. Creo que hay una lucha de intereses del gremio de funcionarios y el campo de batalla es el centro de asistencia.

-¿Qué pasa si se cumple la amenaza de la huelga de funcionarios?

-Tomaremos las medidas que correspondan, pero siempre manteniendo la asistencia. Uno no puede inferir en las medidas gremiales.

-¿El nuevo sistema de salud impactó negativamente solo en el Casmu?

-El Casmu es la punta del iceberg. Es la institución más visible. Hemos ido a reuniones con otras mutualistas y todas lloran, el tema es que nosotros lo hacemos más públicamente. Somos muy abiertos, y esa es una debilidad, aunque también una fortaleza porque somos muy transparentes.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar