El plomo se absorbe por ingestión o por inhalación, y a través de la piel. Entra en la sangre y circula por todo el cuerpo afectando prácticamente a todos los órganos, sobre todo a los sistemas nervioso central y periférico, los riñones y la sangre.
A medida que transcurre el tiempo el plomo se va acumulando.
En los niños suele producir dolores de cabeza, irritabilidad, cansancio, pérdida de apetito y dolores de estómago. También produce otros síntomas como la falta de atención, problemas con la memoria y el dormir.
Tanto los niños como los adultos pueden padecer anemia y cólicos abdominales, pero cuando se trata de los niños, una vez que aparecen los síntomas es posible que el daño al cerebro ya haya ocurrido.
Es durante esta etapa de desarrollo del sistema nervioso en los niños que el plomo es particularmente tóxico.
En niveles altos en sangre el plomo puede ocasionar encefalopatía aguda y la muerte.
Los sobrevivientes de encefalopatías pueden ser víctimas de secuelas incapacitantes durante el resto de su vida, como convulsiones y retraso mental.
La exposición al plomo en un período largo, inclusive a niveles relativamente bajos está asociada con una disminución de las facultades auditivas, un nivel de inteligencia más bajo e hiperactividad, déficit de atención y problemas en la escuela.
Es más dañino en la infancia porque el metabolismo infantil lo absorbe más que el del adulto, y porque los hábitos de llevarse las manos a la boca, gatear o jugar en el suelo hace que estén más expuestos.
En los adultos puede manifestarse una característica cadena de síntomas durante varias semanas o más: la personalidad cambia, aparecen dolores de cabeza, sabor metálico en la boca, falta de apetito, dolor abdominal, vómitos y estreñimiento. La lesión cerebral es poco frecuente en los adultos.
La identificación a tiempo de la intoxicación por plomo reduce el riesgo de que se sufra daño permanente.
El tratamiento se comienza removiendo al niño de las fuentes de plomo y asegurándole una buena nutrición. En determinados casos puede ser necesario el uso de medicamentos que pueden eliminar el plomo del cuerpo.
El plomo ha resultado carcinogénico en animales de laboratorio y existe cierta evidencia de sus propiedades carcinogénicas en trabajadores expuestos a este metal, aunque no en niños.
Existen dos formas de evitar la intoxicación: la eliminación del plomo del ambiente que es la medida de prevención más eficaz; y su detección rutinaria seguida de programas educativos y del manejo de casos como ya se realiza en nuestro medio.La intoxicación con plomo es la presencia de un nivel elevado de plomo en el cuerpo.
El plomo causa mucho daño al cuerpo humano inhibiendo el transporte de oxígeno y calcio, y alterando la transmisión nerviosa en el cerebro.