LEONEL GARCIA
Ochenta y cinco personas, visitarán once puertos, en cinco países, durante 150 días y recorrerán 17.155 millas náuticas. Así se puede resumir en números el próximo viaje de instrucción del buque escuela Capitán Miranda que zarpará desde Montevideo el 14 de mayo. En esta oportunidad y por primera vez, el barco tendrá un toque femenino. Cuatro mujeres realizarán el viaje junto a otros 81 tripulantes del sexo masculino.
La guardiamarina Valeria Sorrenti tiene 22 años y es la primera oficial egresada de la Escuela Naval que realizará el viaje de instrucción en toda la historia del Capitán Miranda. Lo cual no es poco decir si se toma en cuenta que estos viajes se iniciaron en 1978 y ya llevan 23 ediciones.
Junto a ella, también viajarán otras tres mujeres: la suboficial de segunda Alicia Rodríguez, también de la Marina; la alférez Elianne Abimorad, egresada de la Escuela Militar; y María José Correa, oficial invitada de la Prefectura Naval Argentina. De los 85 tripulantes, hay 16 egresados en diciembre de la Escuela Naval que realizarán el viaje de instrucción como corolario de su formación académica.
Hasta el momento, las mujeres que habían estado en el Capitán Miranda no lo habían hecho en condición de guardiamarinas —sino cumpliendo funciones periodísticas— y tampoco completaron la totalidad del recorrido.
Al mismo tiempo, la tripulación del Miranda tiene proyectado realizar, en cada puerto al que arriben, una importante tarea de promoción turística para Uruguay y de crear una base de datos para contactos comerciales.
El barco se está teniendo que adaptar a sus nuevas huéspedes. Cuando quedan menos de dos semanas para la partida, los trabajadores ultiman las refacciones en los camarotes para los guardiamarinas. Un habitáculo con capacidad para seis personas y baño propio destinado a las cuatro mujeres por ahora no es más que vigas y escombros, pero se asegura que estará listo para el 14 de mayo cuando levarán anclas.
PIONERA. Valeria dice que desde siempre tuvo intenciones de entrar en la Marina, carrera a la cual fue atraída por influencia familiar. Entró a la Escuela Naval en 2000, siendo la única de una clase de 16.
"Al principio, los primeros meses, me tuve que acostumbrar a estar en un ambiente de hombres. Por eso el primer año lo tomé como una ‘prueba’, a ver si encajaba. Me encantó y me quedé", asegura la joven pionera.
Valeria confiesa estar expectante y ansiosa por la inminencia de la partida. Al mismo tiempo, no oculta su tristeza ya que el viaje de instrucción "va a ser lo último que mis compañeros y yo haremos juntos como clase". Luego de ahí, cada uno recorrerá su camino en la Marina.
Pese a ser la única de su clase, Valeria asegura que nunca tuvo ningún tipo de problemas en un ambiente con alto porcentaje de varones. "No me puedo quejar de ninguno de mis compañeros, nunca nadie se desubicó; al contrario, siempre me apoyaron", sostiene.
Hugo de Barros (46) es el comandante del velero escuela Capitán Miranda y estará al frente de la expedición. También es un "pionero", ya que se trata del primer oficial a cargo del viaje de instrucción que a su vez participó en uno como egresado. Eso fue en 1978, recién recibido como guardiamarina, justamente la primera vez que el barco realizaba estos recorridos.
Para él, a punto de vivir su cuarta aventura sobre la cubierta del Miranda, es "un orgullo" tener la tripulación femenina.
"Me siento muy orgulloso que Valeria y las otras mujeres estén partiendo con nosotros", asegura a El País. Al mismo tiempo, toma como "lógicas" ciertas connotaciones que puedan derivar de la presencia femenina. "Yo sé bien que estereotipar es fácil, y más aun si se trata de una repartición militar", señala.
"En la Naval ya hubo trabajando personal femenino, incluso en fragatas, y jamás hubo inconvenientes", asegura de Barros. "Yo sé que la mayoría (de la gente) piensa que la presencia de una mujer en un barco puede ser algo... distorsionante. Pero, justamente, una distorsión es algo anormal. Lo normal, lo que va a ocurrir, es un relacionamiento correcto y de respeto, sin ninguna clase de problemas", enfatiza.
Aun así, el comandante sostiene que la presencia por primera vez de mujeres realizando tareas de instrucción es "toda una prueba" para futuras expediciones. La única previsión, indica, es la construcción de alojamientos separados.
PROMOCION. Más allá del complemento para la educación de los guardiamarinas, el Capitán Miranda tiene previsto realizar una importante tarea propagandística sobre las bondades del país y sus productos. Asimismo, los propios egresados serán quienes "capten" potenciales inversores en el área comercial.
De Barros dice que el Miranda ha estado "en permantente contacto" con el Ministerio de Turismo sobre la promoción que puede hacer el barco para Uruguay. Pese a los contactos, el comandante reconoce que esas ideas hasta ahora no superan la etapa de proyecto.
"Tampoco son ideas novedosas, pero están basadas en la experiencia de viajes anteriores", señala de Barros. Esas iniciativas, que incluyen la creación de una "Tarjeta Miranda" con objetivos turísticos, y de una base de datos para contactos comerciales, para cristalizarse, deberían estar afinadas antes del momento de zarpar. "No sabemos si se llegará a tiempo, es que en este país lamentablemente todo empieza después de la Semana Santa", sostiene el comandante sin disimular resignación.
De Barros tiene en su escritorio, en el propio Capitán Miranda, fotos que atestiguan el gentío que se forma en puertos de todo el mundo a la llegada del barco. Según él, esas multitudes conforman un mercado sumamente aprovechable. "Existe la posibilidad que alguien por conocer al velero le interese venir a Uruguay; entonces, si tú le das una ‘Tarjeta Miranda’ que te otorga una serie de beneficios o descuentos en restaurantes y hoteles, ya le brindás otro aliciente". Esa idea, en el futuro, podría permitir revelar el poder de convocatoria turística de la embarcación.
El otro proyecto, mucho más factible, apunta a captar inversores. Y en ella tendrán activa participación los guardiamarinas cada vez que el barco toque puerto. "Ellos son los guías en las visitas al Miranda. En esas ocasiones, siempre se produce un diálogo entre los lugareños y nuestros egresados. Ellos van a estar alerta a cualquier empresario cuyas necesidades puedan ser satisfechas por la industria nacional. Le tomarán los datos, los ingresarán en una base de datos y de inmediato son enviados a Uruguay pasándoselos al potencial proveedor", sostiene de Barros.
De Barros no deja de insistir que, "hasta el momento", se trata de un proyecto. "Tal vez el mayor aprovechamiento de esta iniciativa sea el año que viene, cuando el barco cumpla 75 años".
El comandante señala que los cuatro puertos en que el Miranda atracará en su recorrida —Norfolk, Baltimore, Greensport y Quansetpoint— comprenden una zona de influencia de 33 millones de personas con un ingreso medio anual de 35 mil dólares. "Eso es un mercado para no desaprovechar", afirma.
ESPERA. La tripulación también está compuesta por oficiales invitados del Ejército, la Aviación y de las armadas de Argentina, Brasil, Paraguay, España, Alemania y Estados Unidos, así como la ya mencionada de la Prefectura del vecino país.
Un total de 14 invitados conforman la tripulación.
Ellos, las jóvenes oficiales, el resto de los guardiamarinas y todos quienes componen la tripulación esperan que lleguen las 16 horas del viernes 14. En ese momento, una voz desde cubierta gritará "¡arriba el cabo seis!" Se liberarán las amarras y el Miranda volverá a pelearle a las olas.
Del estudio hidrográfico al presente
Concebido en sus inicios como un buque hidrográfico, el Capitán Miranda fue construido en 1930 en el astillero de Matagorda, en Cádiz, España. Justamente, al mismo puerto al que arribarán, si todo sale según lo estipulado, el 6 de agosto.
En julio de ese año, el Miranda —una goleta de tres palos con aparejo— tuvo su botadura. Su nombre es un homenaje al capitán de navío Francisco Prudencio Miranda (1869-1925), reconocido hombre de mar, investigador y docente. El barco arribó por primera vez a Montevideo el 16 de diciembre de 1930.
Tan solo unos meses despues partió hacia las costas del éste uruguayo para su primera misión: un estudio hidrográfico de las aguas nacionales en esa región.
Muy deteriorado y tras 47 años como buque hidrográfico, se decidió su desguace en 1977. Quien entonces era el comandante en jefe de la Armada, Hugo Márquez, revocó esa determinación y se decidió refaccionarlo para que funcionara como buque escuela. Fue ahí cuando sus mástiles de madera fueron sustituidos por otros de aluminio. Otra gran restauración en su historia ocurrió en 1993, en su "natal" ciudad de Cádiz.
En 1978, dejó de intervenir en estudios y levantamientos cartográficos y pasó a ser el barco en el cual se realizaban los viajes de instrucción. Con intermitencias, el de este año será el número 23.
Entre sus hitos, el Capitán Miranda es el primer barco de la Armada uruguaya que completó la vuelta al mundo. Eso fue en su octavo viaje de instrucción en 1987, totalizando 34.101 millas náuticas en 355 días.
En 1948, el Miranda fue el escenario del encuentro entre los presidentes de Uruguay y Argentina, Luis Batlle Berres y Juan Domingo Perón, respectivamente.
viaje Nº 23
El Capitán Miranda zarpará del Puerto de Montevideo el 14 de mayo a las 16. El retorno a la misma terminal está previsto para el 11 de octubre.
En un hecho inédito, cuatro mujeres realizarán el trayecto cumpliendo tareas de instrucción y navales. Ellas son: Valeria Sorrenti, egresada de la Escuela Naval, Alicia Rodríguez, suboficial de la Armada, Elianne Abimorad, alférez del Ejército, y María José Correa, de la Prefectura Argentina. El total de la tripulación asciende a 85 personas.
Tres civiles conformarán la tripulación. Un estudiante de la Escuela Marítima de la Universidad del Trabajo, otro alumno de biología marítima de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, y otro estudiante de ingeniería electrónica de la Universidad Católica (Ucudal).
El viaje insumirá 150 días de los cuales 109 serán de viaje oceánico y 41 en tierra.
Las escalas serán: Fortaleza (Brasil, arribo previsto 30/5), San Juan (Puerto Rico, 13/6), Norfolk (EE.UU., 24/6), Baltimore (EE.UU., 30/6), Greenport (EE.UU., 8/7), Quensetpoint (EE.UU., 15/7), Cádiz (España, 6/8), Livorno (Italia, 16/8), Valencia (España, 24/8), Las Palmas (España, 4/9) y Río de Janeiro (Brasil, 29/9).
La escala más larga será la penúltima, entre Las Palmas y Río de Janeiro, que insumirá 22 días de viaje por mar. Al contrario, el trayecto entre Norfolk y Baltimore sólo será de una jornada.
El Capitán Miranda tiene 60,4 metros de "eslora" y 8 metros de "manga". Largo y ancho en términos náuticos, respectivamente.
El calado del Miranda llega a 3,8 metros y tiene un peso de 720 toneladas.
Con motor, puede llegar a alcanzar velocidades de diez nudos. Por el viento, alcanza de doce a trece nudos gracias a su superficie de velas de 895 metros cuadrados.