Un extraordinario atardecer fue el marco ideal para que el dúo dinámico del diseño argentino presentara, en los jardines del Hotel Conrad, su colección otoño-invierno 2010. Carlos Di Doménico y César Juricich le pusieron elegancia a la pasarela.
Reminiscence es el nombre de la colección presentada por los diseñadores. Según explicaron Di Doménico y Juricich, fue elegido para destacar los tips de colecciones anteriores y actualizarlos en este nuevo lanzamiento.
Mariana Arias, Dolores Barreiro, Ingrid Grudke, Mariela Pigoni y Debora Bello fueron algunas de las 17 modelos que desfilaron luciendo prendas y accesorios con mucho glamour y elegancia.
Los leopardos en diferentes tonalidades abrieron el desfile. El negro tuvo su protagonismo así como también los detalles de piel de cabra del Tíbet, con pelos muy largos y lacios, que se sumaron a la propuesta extravagante.
El crudo, un color emblemático para los Di Doménico, no podía faltar sobre la pasarela. En esta oportunidad se lució en pantalones cigarettes y poleras de macramé usados para resaltar prendas de cuero bordadas a mano.
La distinción y el refinamiento se hicieron presentes en el desfile con camisas de seda y gasa con detalles de jabot y puños con pétalos. Según Doménico y César Juricich serán las vedettes el próximo invierno.
Las botas de caña por arriba de la rodilla y botinetas de cabritilla negra, la sastrería con hombros marcados que ciñen el cuerpo, cachemires, tafetanes, y el bucle de lana en colores azul francia y negro fueron algunas otras prendas que lucieron las modelos.
El gran cierre de la colección dio paso a irresistibles vestidos en toda la gama de azul que dejó una estela de brillo y fulgor en encajes, gasas, tules y satenes recamados a mano en cristales y azabaches.
Como todos los años, la diva argentina Susana Giménez y su hija Mercedes Sarrabayrou se dijeron presente una vez más.
La chilena Kenita Larraín, la princesa Laetitia d`Arenberg, Mónica y Guido Parisier, el agente de modelos Ricardo Piñeiro, Maby Wells, Maia Chacra, Fabián Medina Flores y las hermanas Patricia y Rosella della Giovampaola fueron algunas de las caras famosas que resaltaron ente los invitados.
EN LA PLAYA. El agente de modelos Ricardo Piñeiro también realizó su desfile, al día siguiente. El escenario elegido fue la playa Montoya. Por un lado el empresario se demarcó de los desfiles que se venían realizando en Punta y resaltó porqué eligió un lugar natural. Pero el fuerte viento que hubo ese día en el Este complicó a la organización y provocó toda una revolución en los peinados.
De hecho el desfile empezó 45 minutos tarde porque unas telas de la escenografía se volaban y no dejaban que las cámaras tomaran el nombre completo de Piñeiro inscripto en la cabecera del parador.
Una vez que se solucionaron los problemas, la música, el color y la chicas se adueñaron de la pasarela. Las modelos exhibieron bikinis y pareos con un estilo chic.
Unas 400 personas se acercaron a la pasarela para disfrutar de la frescura y belleza de las modelos de Piñeiro.
Cien años de la Plaza de Toros de Colonia
COLONIA | PEDRO R. CLAVIJO
En peligro de derrumbe, somete día a día a la decepción a sus visitantes. Ayer se cumplieron 100 años desde que el 9 de enero de 1910 se celebró la primera corrida de toros en el Real de San Carlos. Un acto en el local Recrear la Historia, frente a la plaza, recordó la fecha. Ante una multitud, el celebrado Ricardo "Bombita" Torre, dejó una magistral faena. El visionario argentinos Nicolás Mihanovich, conseguía hacer realidad aquel impresionante complejo turístico que por entonces se transformaba en gran atracción para todo el Río de la Plata.
Según el historiador Hugo Dupré, la construcción de la Plaza, en el estilo morisco, se inició en julio de 1909, dotándola de capacidad para 8.000 espectadores. En la parte cubierta debajo de las gradas, funcionó una galería de 19 metros de ancho, donde había un restaurante, bar, oficina, teatro, enfermería capilla y depósitos. El ruedo tiene 50 metros de, dos series de gradas y una fila de palcos. Fue construida en cemento armado, que se situaba en una armazón de hierro.
La novedosa construcción, sirvió apenas hasta 1912, cuando las corridas de toros fueron prohibidas. A partir de allí, comenzó el penoso declive. Decenas de proyectos e ideas surgieron después, pero todos sucumbieron por falta de rubro.
Casi todos los intendentes que llegaron al palacio Municipal tuvieron ideas, tendieron puentes, pero la caída continuó inexorable. El tiempo no perdona y las soluciones no llegan.
En el gobierno de Batlle, el Ministro de Turismo Pedro Bordaberry comprometió el apoyo de su cartera con una cifra de US$ 300.000 dólares. La misma se completaría con esfuerzos privados. Pasó el tiempo y no prosperó aquel intento. Mientras, el intendente actual Zimmer, buscó en el exterior y ante empresarios privados ayuda.
Actualmente el perímetro está iluminado por la noche y prolijo alrededor, pero la estructura de obra se cae cada día. Varios carteles alertan del peligro de derrumbe.