El presidente del Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva, y el ministro de Educación de Chile, Marco Antonio Ávila Lavanal, firmaron ayer en Santiago de Chile un convenio marco de cooperación en medio de la transformación educativa que impulsa el gobierno uruguayo.
Silva destacó en su cuenta de Twitter que esta instancia busca "seguir profundizando nuestros vínculos a partir de los necesarios cambios que la educación debe desarrollar". Valoró como un "muy buen intercambio" el que tuvo con integrantes del Ministerio de Educación andino bajo la administración del izquierdista Gabriel Boric.
"Ambas instituciones cuentan con lazos históricos de intercambios y de cooperación, los cuales se pretende reforzar y profundizar mediante la suscripción del presente convenio", señala el documento oficial al que tuvo acceso El País.
Allí se indica que ambas instituciones "se encuentran unidas por objetivos comunes en el campo educativo". Además, agregó el texto, tienen "objetivos comunes relativos al fomento de una educación pertinente y de calidad para sus ciudadanos, brindando más y mejores oportunidades sobre la base de un aprendizaje situado pero nutrido de las experiencias innovadoras internacionales".
A partir de la firma, las dos instituciones, bajo los términos del convenio, expresaron su "compromiso de promover el intercambio en materia educativa sobre la base de la reciprocidad y complementariedad de esfuerzos".
Muy buen intercambio en Santiago de Chile con los equipos del @Mineduc durante toda la jornada que la coronamos con la firma del convenio de cooperación para seguir profundizando nuestros vínculos a partir de los necesarios cambios que la educación debe desarrollar. pic.twitter.com/1XmtdTDNvx
— Robert Silva García (@RobertSilva1971) May 18, 2023
Tanto la institución chilena como uruguaya, además, "cooperarán en el desarrollo conjunto de programas y proyectos, con especial énfasis en: las formas de gestión escolar y de organización curricular; el fomento de las prácticas de lecto-escritura y la enseñanza de idiomas incluyendo el español; la aplicación de tecnologías educativas".
"Cada una de las instituciones elaborará también y anualmente un informe de las actividades realizadas, el que será remitido a las otras partes, conjuntamente con el programa propuesto para el siguiente año académico", señala una de las cláusulas del convenio que tendrá una vigencia de cuatro años, prorrogables a otros cuatro de manera automática.