INSEGURIDAD EN CENTROS EDUCATIVOS
Tomó de los pelos a cantinera y le pidió el dinero; funcionarios señalan que el hombre conocía el lugar “al detalle”.
Un delincuente irrumpió en la noche del miércoles en la Facultad de Ciencias Económicas (FCEA), ingresó en la cantina y amenazó a una empleada que allí trabaja. Entró con la cara cubierta, un casco de obra y guantes de látex. El hecho no duró más de 3 minutos, pero eso alcanzó para causar pánico en la institución. Según comentó el encargado de la seguridad del centro educativo, “fue algo demasiado preparado”. También consideró que el ladrón conocía el lugar “al detalle”.
El individuo no ingresó por la puerta principal. Lo hizo por un acceso que tiene la facultad sobre la calle Müller y por eso no fue percibido por el encargado de seguridad. Sin titubeos, se dirigió a la cantina y pasó hacia el otro lado del mostrador. Una vez allí tomó del pelo a una empleada y la llevó al depósito. Allí la empujó en reiteradas oportunidades, y le reclamó que le diera todo el dinero.
Mientras era atacada por el asaltante, la joven sufrió un ataque de pánico, por lo que no pudo hablar ni darle información al delincuente en cuanto a cómo acceder al dinero. Con este panorama y sin llevarse ningún artículo, el ladrón se escapó por donde entró.
El encargado del lugar dijo a El País que lo sorprendente es lo premeditado del intento de asalto. “Sabía que había cámaras, por eso vino tapado, y tenía claro que no había mucha gente. Se arriesgó, porque incluso vino sin armas”.
Otro de los datos que muestran que había un plan detrás, fue la vestimenta que eligió el asaltante. Según aseguraron empleados, la facultad se encuentra en obras y este hecho le permitió al ladrón camuflarse entre los trabajadores que se acercan a la cantina frecuentemente.
Además utilizaba guantes de látex, que presumen los allí presentes pueden permitir ocultar cualquier distintivo como tatuajes o algo similar.
En el momento del intento de robo, alrededor de las 16:30 horas, el sitio tampoco contaba con la totalidad de sus empleados. Había otra trabajadora cerca, pero no llegó a darse cuenta de la situación.
“Yo había salido, porque sobre la tarde llegan menos clientes, y ahí recibí el llamado por el robo”, aseguró el encargado de la cantina de Economía. E insistió sobre la posibilidad de que el delincuente conociera el lugar: “Ni la gente de seguridad sabe que en el depósito se guardaba el dinero; siempre es un monto bajo, pero es extraño que lo supiera”
En el lugar había clientes que en su mayoría no tomaron conciencia de lo que pasaba detrás del mostrador.
Empleados y estudiantes estuvieron de acuerdo en que se trata de un hecho lamentable, pero aislado, y aseguraron que se trata del primer robo que sucede allí en años.
El rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim, también señaló a El País que se trata de un hecho aislado.
Tiempo después de que el delincuente dejará las instalaciones, la Policía llegó al lugar y comenzó un rastrillaje. Al cierre de esta edición no habían dado aún con el responsable y continuaban las investigaciones.