El último monitor educativo de UTU, presentado este martes, arrojó que en 2023 hubo una baja en el egreso tanto a nivel de Educación Media Básica (EMB) y Educación Media Superior (EMS), mientras que aumentó el porcentaje de aprobación y desvinculación, en un subsistema que cuenta con más de la mitad de los alumnos de quintiles más desfavorecidos.
“Estamos conformes y contentos porque se ha logrado trabajar fuertemente. La transformación curricular está dando resultados y hay una base muy importante para continuar mejorando”, dijo en la presentación de datos el director de UTU, Juan Pereyra.
La presidenta de ANEP, Virginia Cáceres, destacó el nivel de aprobación y la desvinculación registrada en UTU el año pasado, valorando que son “buenos indicadores del avance de nuestra transformación curricular”. “Al igual que Secundaria, es la serie más baja desde que se comenzó a medir la desvinculación”, añadió.
En cuanto al egreso, en EMB de UTU se registró una caída de 2,4% el año pasado frente a 2022, pasando de 63,7% a 61,3% respectivamente. Desde el subsistema, se remarcó que, sin embargo, el egreso aumentó 11,9 puntos porcentuales frente a 2019 (49,4%).
En EMS de UTU también cayó el egreso, pasando de 58,1% en 2022 a 56,4% el año pasado —mismo porcentaje que en Secundaria. A su vez, si se observa la evolución en el último quinquenio, se destacó un aumento de 11,8 puntos porcentuales.
En números absolutos subió la cifra de alumnos que culminaron Media Básica y Media Superior. En 2023 egresaron 6.325 estudiantes de EMB y 5.632 de EMS, mientras que en 2022 fueron 6.056 y 5.570, respectivamente.
Por otro lado, la aprobación en EMB llegó a 78,1% en 2023, 1,1% más que el año previo y 14,9% por encima que en 2019. Si bien en 2020 se registró un pico (83%) por la flexibilización activada en pandemia, desde UTU destacaron una mejora frente a años previos. A nivel del EMS, pasó de 69,8% a 75%; y en el último quinquenio la suba fue de 11,4%.
La desvinculación en EMB disminuyó en 2023 y se ubicó en 8,2%, siguiendo una tendencia a la baja desde 2021, de mayor retención de alumnos, siendo también el porcentaje más bajo en la serie de 2019. Cayó 2,8% frente a 2022 y 5,9% en el último quinquenio. En EMS, pese a que la desvinculación es el doble que en EMB, cayó nuevamente el año pasado, llegando a 22,9%, cuando en 2022 fue de 28,2%. El descenso en el quinquenio fue de 5,3%.
A nivel de los Centros María Espínola, la aprobación mejoró 0,3% frente a 2022, mientras que la desvinculación pasó de 10% a 5,1% en el mismo período. En 2023, el egreso en EMB (72,2%) en estos centros que concentran a los alumnos más vulnerables se ubicó 8,8 puntos porcentuales por encima que los EBI generales (63,4%).
El porcentaje de extraedad, que afecta la trayectoria educativa de acuerdo a varios estudios, en UTU es muy superior al que registra Secundaria. A nivel de EMB llega a 45,2%, mientras que salta a 76,9% en EMS, cuando en los liceos es de 25% y 33,4%, respectivamente.
Por otro lado, se informó que en 2023 el 51% de los estudiantes de educación media de UTU fueron de los quintiles 1 y 2, de mayor vulnerabilidad socioeconómica. Esto también se pudo medir en un porcentaje mayor de prestaciones sociales frente a Secundaria.
UTU incrementó su presencia en todo el país, llegando a 201 escuelas técnicas y 91 reparticiones, sumando 292 espacios con ofertas de educación técnico profesional. Además, cuenta con 15 institutos habilitados.
En 2024, UTU concentra una matrícula de 102.203 alumnos. 29.539 (29%) están inscritos en EMB, 52.534 (51%) en EMS, 16.817 (16%) en Educación Terciaria y 3.313 (4%) en Capacitaciones y Formación Profesional.
En EMB, los casi 30.000 alumnos suponen 11.863 más que en 2008 (17.676), pasando de una participación de la oferta en este tramo, compartido con Secundaria, de 12% a 22%.
No obstante, si se toma el último quinquenio, hubo una caída de 23,5%, pasando de 38.630 a 29.539 en 2024. Desde UTU afirmaron que este descenso forma parte de una tendencia de baja generalizada, vista también en Secundaria, sobre todo por la baja natalidad durante la última década.
La matrícula en EMB se sigue concentrando más en el interior (20.840) que en Montevideo (8.699). En la evolución de 2008 a la fecha, se multiplicó por tres en la capital y por 1,4 en el interior, que a partir de 2019 comienza a descender en las dos regiones. El Ciclo Básico Tecnológico (CBT) concentra un 82% de la oferta en EMB, mientras que Formación Profesional Básica (FPB) un 18%, con un marcado descenso en los últimos años.
UTU concentra su mayor porcentaje de alumnos en los tres primeros quintiles, de mayor vulnerabilidad. Los estudiantes de la Educación Básica Integrada (EBI) del primer quintil llegan a 33%. Se pasa a 26% en el segundo quintil y 22% en el tercero. Si se observan los centros María Espínola de UTU, 54% de los alumnos son del primer quintil, 36% del segundo y 10% del tercero.
Por otro lado, en EMS la matrícula pasó de 29.363 en 2008 a 52.534 este año, un 79% de incremento. En el período 2020 - 2024 hubo una leve caída y desde 2022 está al alza, llegando a una participación de 32% del total de oferta en ese nivel. Es decir, tres de cada diez alumnos de bachillerato lo cursan en UTU. También se concentran más alumnos en el interior (32.302) que en Montevideo (20.232). De 2008 a la fecha, se multiplicó por 1,5 en la capital y 2,1 en el interior.
Los bachilleratos técnológicos (BT) y técnico profesionales (BTP) concentran 92% de la oferta. El restante 8% lo integran los bachilleratos profesionales (5,4%), bachillerato Figari (1,6%) y la Educación Media Tecnológica Finest (0,5%).