El presidente de la Junta Directiva del Casmu, Gustavo Bogliaccini, expresó su disposición a discutir el proyecto de las farmacias para convertirse en distribuidoras exclusivas de remedios para pacientes ambulatorios. Hoy son las mutualistas quienes están a cargo.
"Si bien no estoy en conocimiento del proyecto y de cómo se instrumentaría, es lógico que ante una situación como esa habría reducción en la cantidad de funcionarios que trabajan en farmacia de la mutualista", dijo Bogliaccini a EL PAÍS digital.
Aproximadamente un 80% de los empleados administrativos que cumplen funciones en las farmacias de la mutualista perderían su trabajo. En la mutualista, la venta de medicamentos para pacientes ambulatorios en el Casmu representa casi el 80% del total. El otro 20% son los utilizados para las internaciones.
"Es un tema a discutir, hablar y transar, si es un proyecto que tiene un enfoque social importante como mejorar la ecuación económica de las farmacias chicas, comunitarias, y hacer más accesible el medicamento para la gente, es una cosa, pero muy distinto es un proyecto que busque favorecer a una cadena", señaló.
Bogliaccini hizo hincapié en que lo importante es que la ecuación le cierre a la gente. "Si les sale más barato cerca del barrio y puede ahorrarse dos boletos, bienvenido sea", dijo. A su vez manifestó que el Casmu tiene unas 18 farmacias fuera de los sanatorios para entregar medicamentos en las periferias.
"Inclusive, cuando el paciente paga un diferencial –que es menor a un boleto de ómnibus– vamos a la casa con los medicamentos", afirmó.