Crucero de ensueño

Macarena Vidal

Fue entonces que comenzó a hacerse realidad el sueño del Capitán Constantino Kochifas, quien ha sabido mostrar como nadie, las impactantes bellezas del sur chileno. A bordo de sus motonaves Skorpios I y II que visitan el Glaciar San Rafael, con ruta y duración diferente, dan ejemplo de atención personalizada de altísima calidad. Pero ahora, cruceros Skorpios se triplicó.

El Crucero SKORPIOS III se hizo dueño de la "Ruta Exploradores Kaweskar". Ponerle nombre a esta tercera ruta de los cruceros Skorpios no fue difícil. La etnia de los Kaweskars o también llamados Alacalufes fue la población humana que se nutrió de las frías aguas de fiordos y canales como canoeros marítimos. En homenaje a estos antiguos pobladores de la región magallánica, que desde hace 6000 años pescan y mariscan en estas heladas aguas del Pacífico Sur, la nueva ruta no pudo llamarse de otra manera. Todavía hoy como precioso regalo a los pasajeros, en una de las escalas, el pueblito de Puerto Edén, todavía se pueden saludar a unos pocos Kaweskars, que no se han mezclado con el conquistador blanco y exhiben su profunda belleza indígena. Cuando Skorpios planifica una nueva ruta, esta debe cumplir con 3 preceptos básicos: transporte placentero, gastronomía de primer nivel y bellezas para ver. La primera condición de un transporte placentero se cumple a bordo del Crucero Skorpios III, esta nave de Super Clase con excelente equipamiento hotelero hace que los cruceristas a pesar del poco tiempo que están en las cabinas disfruten en ellas de un descanso total (todas las cabinas disponen de baño privado, TV color, canales de música funcional, teléfonos internos y calefacción). El track de navegación está concebido de forma tal, que ningún pasajero deba sufrir un mareo, para ello se navega por mares interiores, hasta el mismo corazón de los fiordos patagónicos.

De Primer Nivel. Parte ineludible para navegar los fiordos patagónicos es una excelente gastronomía. Esta está concebida como una mezcla de cocina internacional y los patagónicos sabores hallados en las pampas y en las profundidades del mar. Como en todos los cruceros Skorpios, en esta tercera ruta también están incluidos los mejores vinos chilenos, grandes marcas de licores y las hábiles mezclas de los experimentados barmen, todo ello sin gastos adicionales. Navegar los mares magallánicos con una gastronomía de primer nivel une a los cruceristas, los pone de buen humor y los inmensos paisajes parecen producir un especial apetito a las cosas ricas a su disposición a bordo.

Bellezas para ver. Sí, así de sencilla es la descripción de esta condición básica para la factibilidad de un crucero y esto es lo que abunda en la Ruta Exploradores Kaweskar, alimento del espíritu que nuestros ojos acopian en imborrables imágenes.

Cada paisaje que vemos es un desafío y una victoria. Una victoria que costó esfuerzos que hoy nos reditúan en el deleite de contemplar el verdadero concepto de Belleza.

Leven anclas. SKORPIOS III desamarra, leva anclas, su bocina indica la partida a mares y tierras despobladas, donde montañas y fiordos, nubes y agua, sol y viento, tierra y hielo, lluvia y nieve junto a un glorioso y salvaje pasado han modelado paisajes, que hoy nos resultan indescriptibles.

El Capitán está en el puente de mando y muchos pasajeros también toman ubicación en el mismo. La tripulación se prepara para una maniobra naval de gran atractivo. El Capitán evalúa vientos, marea y corrientes para doblar por la Angostura del Kirke. Una operación muy interesante para todos los pasajeros, con el atractivo paisajístico de una angostura que parece meterse en las entrañas de la cordillera.

Gigante de hielo. A la mañana temprano se comienzan a ver pequeños trozos de hielo a la deriva. Cada vez más grandes, ya se ve la pared del mayor glaciar de Sudamérica, el Glaciar Pío XI.

Ahora los témpanos alcanzan tamaños importantes, casi el porte de la nave. Sentirse pequeño frente a este glaciar es más que normal. Torres impresionantes de 80 metros sobre el nivel del mar se desploman cual edificio de 30 pisos que fenece.

A lo lejos se divisan manchas de colores, son las casitas de Puerto Edén. El desembarque se produce por medio de los botes del Skorpios III que brindan un servicio de shuttle del barco a Puerto Edén y viceversa. Los pobladores ya se han plantado en las pasarelas y con curiosidad observan a los pasajeros que bajan. Aquí es posible comprar aceite de lobo con poder afrodisíaco y olor nauseabundo, pero también algunas artesanías que los pobladores ya se están atreviendo a ofrecer. Ineludible es disfrutar de las bellas caras indígenas de los niños y los no tan niños en esta peculiar población. Casi todos los pasajeros llegan al mirador en las alturas, desde donde un panorama inmenso se abre a los ojos. Mucho llaman al visitante los pequeños tesoros pueblerinos, como bellas cortinas, un jardín con flores, un perro alerta, los botes como objetivos fotogénicos y la espectacular escuela presidiendo sobre todas las demás construcciones.

Fiordo Calvo. Cuatro glaciares de diferentes formas y tamaños son la excusa para hacer rugir a nuestros pequeños rompehielos, anclados en el Fiordo Calvo. Los pasajeros embarcan en los mismos y recorren un impresionante mar de hielo. Las cámaras no paran ante tanta belleza. El contraste del color naranja de los chalecos de seguridad con el blanco, azul y verde de los témpanos son motivos fotográficos muy bien aprovechados por los pasajeros.

Pero el espectáculo aún no termina... Cinco pequeños glaciares se descuelgan de las montañas al mar. Es momento para otro desembarque. La caminata al Glaciar Bernal llena los pulmones de los pasajeros de aire puro, más puro imposible. Pero es la belleza del lugar, la que nos hace suspirar, contemplar, vivir, cerrar los ojos y volver a abrirlos y exclamar, cada uno en su idioma, interjecciones de admiración.

Por más información: las buenas agencias de viajes son especialistas en el asesoramiento sobre las tres rutas de los Cruceros Skorpios. Consulte a su agente de viajes.