LETICIA COSTA DELGADO
En 2011 al menos tres uruguayos aficionados a carreras y maratones sufrieron fracturas por estrés. Sintieron dolor pero siguieron corriendo. El sufrimiento aumentó, pero no pararon. Cuando consultaron, su rodilla se había quebrado.
Las fracturas por estrés son fracturas patológicas. Es decir, no se producen por un impacto sobre el hueso sino por sobrecargarlo, por aplicarle una fuerza en el mismo lugar durante un tiempo largo y sostenido. Sería como plegar una tarjeta o un cable sobre un mismo punto sucesivas veces; en un momento se quiebra.
"Una fractura patológica es una fractura que se da en un hueso que tiene una alteración. Se debilita la estructura y eso lleva a que el hueso se fracture", explica Daniel Acevedo, especialista en ortopedia y traumatología e integrante del equipo de Traumatología Deporti-va del Hospital Británico.
De la mano de la moda del running, -en cuatro años la cantidad de personas que participan en carreras aumentó de 16.300 a más de 34.000- han comenzado a verse más lesiones por sobrecarga, por sobreexigencia del aparato locomotor.
"Hay personas que te dicen `corrí 10 km y me empezó a doler`. Sí, ¿pero cuánto entrenaste? El problema no es correr los 10 km, el problema son los 400 que corriste antes para entrenar", señala Acevedo, quien trabaja en centros de salud de Montevideo y Maldonado.
Por su consultorio pasaron, solo en 2011, tres pacientes con la misma lesión: fractura en la rodilla por estrés. Todos eran corredores y estaban entrenando para correr maratones. Dos eran mujeres. La presencia del sexo femenino entre quienes sufren lesiones ha aumentado en los últimos años porque cada vez son más las mujeres que hacen deporte (ver nota aparte).
"Por un lado la moda del running está buenísima" porque impulsa a practicar y mantenerse activo "pero también pasa que a la gente se le convierte en un vicio", comenta el especialista. "Y como todo, cuando pasa a ser un vicio le hace mal al cuerpo".
Las personas más expuestas a este tipo de lesiones son las que realizan un entrenamiento intenso y sostenido, y sobrecargan al cuerpo sin darle descanso cuando sienten dolor.
Se trata de una patología que es relativamente frecuente en deportistas de elite. En diciembre de 2011 el delantero del F.C. Barcelona, David Villa, sufrió una fractura de tibia por estrés en la semifinal del Mundial de Clubes disputado en Japón.
En una carrera "normal", sin contacto con ningún defensa y sin haber apoyado mal el pie, se quebró y cayó en medio del partido.
Situaciones como esa, explica Acevedo, ocurren cuando el hueso tiene microfracturas que no llegan a cicatrizar porque la persona sigue exigiéndose. Tras la lesión, el entrenador del Barcelona admitió que Villa traía lesiones por estrés en su pierna.
A simple vista, en estudios de imagenología, como placas o tomografías, las fracturas por estrés aparecen como una línea blanca en el hueso. A veces, la inflamación también genera edemas internos. Si es detectada a tiempo el hueso no llega a quebrarse de lado a lado como le sucedió al jugador español.
TRATAMIENTO. La recuperación puede llevar de tres a seis meses, cuenta Acevedo, quien es asistente de la cátedra de Traumatología de la Facultad de Medicina. El tratamiento dependerá de la fractura. Puede implicar desde un reposo deportivo hasta una inmovilización del hueso. Algunas veces es necesario incluso intervenirlo quirúrgicamente.
Hay ciertas características morfológicas que aumentan el riesgo a sufrir esta lesión. Por ejemplo, el llamado pie varo, (el talón mira hacia dentro cuando la persona corre) y las "tibias varas", cuando la parte inferior está hacia adentro y se forma un arco entre las piernas.
Pero de todas formas, comenta Acevedo, hay quienes tienen estas características y no padecen fracturas por estrés.
El detonante está en la sobrecarga y en la forma que se toma el deporte.
Consultado sobre si existe un máximo a correr para no sufrirlas, el especialista expresó que no hay un "límite prudente" sino que depende de cada organismo. "Es lo que tu organismo capte que está bien". El punto está en saber parar al captar que el hueso duele.
CÓMO PREVENIR LESIONES
Si se entrena para realizar una prueba deportiva exigente hágalo de forma progresiva y si siente molestia consulte al médico. Quizá el dolor se deba a la adecuación de su cuerpo al ejercicio. Quizá sea una lesión más grave.
Si tiene sobrepeso y quiere correr una carrera primero procure bajar de peso, después realice ejercicios que le ayuden a recuperar masa muscular y recién entonces comience el entrenamiento.
Cuide la superficie sobre la que entrena, correr sobre el suelo duro aumenta el riesgo a sufrir lesiones.
Cambie su calzado si pierde amortiguación; sucede a los seis meses o al año de uso.