FEDERICO CASTILLO
En la Cátedra de Cirugías Reparadoras y Estéticas se forman a los cirujanos plásticos del Uruguay. Durante el conflicto del Clínicas hubo un 30% menos de operaciones y en lista de espera para hacerse una intervención estética hay unas 36 personas.
El Hospital de Clínicas es un gigante irregular: el caos convive con el orden en ese edificio donde se forman la mayoría de los médicos uruguayos, entre ellos, los cirujanos plásticos.
La Cátedra de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora parece ser una de esas islas que hay dentro de un Clínicas que lucha por mantenerse en pie. El lugar luce prolijo, profesional, ordenado. Pero también tiene que adaptarse al medio en el que está.
El resonado conflicto con los funcionarios y la situación misma de crisis institucional del hospital universitario hicieron reducir la actividad de los residentes. El jefe de cátedra, Héctor Juri, admitió que la situación del hospital ha sido "compleja" y eso produjo "una merma considerable en la cantidad de intervenciones que hacemos".
Informó que en los últimos meses hubo una reducción del 30% de la capacidad operatoria, tanto de las cirugías reparadoras (que la mayoría de ellas son urgentes) como de las cirugías estéticas, que son intervenciones coordinadas que siempre se pueden postergar. De hecho, hay unas 36 personas en lista de espera para hacerse una cirugía estética en el Clínicas.
Estéticas. Aunque suene poco convencional, en el Clínicas también se hacen cirugías estéticas: agrandamiento de busto, lipoaspiraciones, cirugía de párpados, de nariz; intervenciones que uno de inmediato asocia a lujosas clínicas privadas.
Pero es que este tipo de operaciones son obligatorias para la formación de los médicos residentes y en el sector público también hay usuarios que pueden acceder a operaciones para corregir ciertos aspectos físicos. La cirugía plástica tiene una unidad contextual, explica Juri. "No se puede separar al cirujano plástico reparador del cirujano plástico estético. Estamos en la etapa de formación académica de toda la cátedra. Tratamos de cubrir todo el programa que es uno de los más bastos que existe en las especialidades quirúrgicas".
Juri recordó que se debe tener en cuenta que esta cátedra de cirugía plástica es la única del país. "Somos la única unidad docente responsable en la formación de recursos humanos en el ámbito de cirugía plástica", resaltó.
El costo de las operaciones es variable, pero se ubican siempre en el rango de las intervenciones que se hacen en subsector público y, por supuesto, son menos onerosas que en clínicas privadas. "Estas operaciones son realizadas por residentes en su etapa de formación. Y eso los pacientes lo saben. Es en ese contexto que hacemos las operaciones", aclaró Juri.
También precisó que ningún residente realiza las intervenciones solo. Siempre se hace con la supervisión del resto del staff docente. "Son operaciones por las cuales los cirujanos (que tenemos un salario universitario) no recibimos ningún beneficio adicional. Es un beneficio académico".
Dijo que las cirugías estéticas están pautadas dentro del programa de la Universidad y se realizan en el ámbito universitario. "El hecho de que el usuario las pague o no, depende de la categoría de ese usuario (hay distintos aranceles que se les cobran a los usuarios de Salud Pública). Para nosotros es lo mismo. Ese es un tema que está por fuera de la esfera médica", indicó.
Reparadoras. A diferencia de la estética, la cirugía reparadora es un conjunto de técnicas cuyo objetivo es devolver la normalidad a una estructura que está lesionada. No son para "mejorar" la imagen corporal sino para recomponerla.
Según Juri, la "inmensa mayoría" de las operaciones que se realizan en el hospital son reparadoras y estas intervenciones, por lo general, no admiten demoras.
"Si bien enseñamos cirugía estética, hay situaciones de urgencia o de patologías muy complicadas, que pueden obligar, circunstancialmente, a dejarlas un poco de lado. No podemos anteponer pacientes pasibles de cirugía estética a cirugía reparadora", puntualizó el cirujano.
Resaltó que la cátedra tiene un liderazgo en la asistencia de pacientes con lesiones traumáticas en el área cráneo máxilofacial. Los accidentes de tránsito o la violencia interpersonal, son cada vez son más frecuentes, y las lesiones traumáticas en el esqueleto de la cara, son muy habituales en la consulta cotidiana de la cátedra, explicó el profesional.
Pero también estas cirugías, que son prioritarias para los usuarios y para la cátedra, también se vieron reducidas, por el cierre técnico de emergencia, que derivó a muchos de los pacientes a otros hospitales públicos.
Un ateneo médico decide operaciones estéticas
"Tener una nariz gigante no es una enfermedad. La cirugía plástica estética no pretende devolver la normalidad. Apela a técnicas que pretende mejorar la estructura", reconoció el jefe de cátedra, Héctor Juri. Y para acceder a este tipo de cirugía hay instancias de evaluación. El primer contacto es en la policlínica de la cátedra. El paciente pide día y hora como todos los usuarios del hospital universitario. La primera consulta es evaluada por el residente y el asistente, "y ahí es donde se establecen expectativas, deseos, expectativas fundadas o infundadas, realidades o irrealidades". Un ateneo clínico evalúa caso a caso. La decisión final de si acepta llevar adelante una cirugía estética surge en ese ateneo formado por el equipo académico docente.
"Muchas veces el paciente no califica para el procedimiento quirúrgico que el paciente solicita", explicó Juri.
Además, los pacientes deben entender que esas operaciones no son las prioritarias ni urgentes. Son cirugías coordinadas, que a veces deben postergarse.
Mismo perfil de usuarios
Los pacientes que desean una evaluación para mejorar la imagen corporal y son candidatos a una cirugía estética, ingresan por la misma vía que los pacientes de cirugía reparadora.
Son usuarios de Salud Pública con los mismos derechos.
Las "enfermedades" son diferentes, aclaró el jefe de cátedra, Héctor Juri, pero los usuarios son los mismos.
Agregó que el Hospital de Clínicas es un centro de referencia y recibe pacientes del subsector público de múltiples ámbitos: tanto de Montevideo como del Interior.