Casi 200 casos de penas sustitutas

1/1:  20111105 316x480 ()

Desde octubre de 2010 la Oficina de Seguimiento de Libertades Asistidas (OSLA) controló las tareas comunitarias que realizaron, como medida sustitutiva a la prisión, de 189 personas.

Esta tarea la efectúan en coordinación con el Patronato Nacional de Encarcelados y Liberados. Hoy hay 40 personas (31 hombres y 9 mujeres) que cometieron delitos leves y trabajan en diferentes centros para "reparar el mal causado".

"Los juzgados los mandan al Patronato, ellos hacen evaluaciones técnicas y los derivan a centros receptores donde realizan tareas de pintura, mantenimiento, limpieza, entre otras, de acuerdo a sus habilidades. Nosotros vamos y controlamos que ellos estén trabajando", explicó la directora de OSLA, Gabriela Correa.

El viernes en la escuela N° 38 instalada en 20 de Febrero y 8 de Octubre (La Unión) dos hombres jóvenes cumplían allí con la medida sustitutiva impuesta por la Justicia.

"Ellos vienen, hablan con la auxiliar de limpieza y ella les dice lo que se necesita que hagan. Pero hacen de todo, siempre están dispuestos y colaboran un montón", comentaron en el centro de estudios.

"Hay un hombre que viene dos veces por semana que es profesor de historia y ha hecho muestras con los alumnos e incluso charlas con los padres", agregó otra funcionaria.

El oficial allí controló la planilla de asistencia de los beneficiarios donde cada uno debe poner la fecha y firmar para certificar su asistencia.

Si el oficial corrobora que faltó algún día se le cuestiona el por qué y "se está más atento a esa persona".

"En general cumplen muy bien porque además no es todos los días. Algunos trabajan una vez por semana y otros hasta cuatro veces, depende lo que les marcó la Justicia", explicó Correa.

En el Pereira Rossell es donde hay más gente cumpliendo medidas sustitutivas. Allí una cuadrilla de unas 20 personas cumple con diversas tareas los fines de semana. En el Piñeyro del Campo, en tanto, hay dos beneficiarios que trabajan en el lavadero planchando y separando ropa.

"De los centros nos llaman para que les mandemos gente porque ellos tienen pocos recursos y les viene muy bien", afirmó Correa.