El uso de pentotal sódico o "suero de la verdad" en personas acusadas de delitos "no ofrece confiabilidad" y es "nulo" como medio probatorio ante la Justicia, concluyó un reciente ateneo sobre el tema de la Cátedra de Medicina Legal.
Cuando el asunto viene torcido para alguien acusado de un delito que asegura no haber cometido, su abogado suele recurrir a una herramienta siempre polémica: el uso del pentotal sódico -coloquialmente conocido como "suero de la verdad"- para probar que su defendido no miente.
En los últimos años han habido varios casos en que la defensa terminó apelando a esta instancia, pero en Uruguay el suero de la verdad se llegó a utilizar solamente una vez. Fue seis años atrás, en diciembre de 2006, en el caso de una enfermera del Hospital Pasteur acusada de asesinar a uno de sus pacientes.
El resto de las veces esta herramienta ha sido descartada por el juez actuante cada vez que se la solicita.
Un ateneo, denominado "El suero de la verdad: jurisprudencia nacional reciente y aspectos médico-legales", realizado el martes pasado por la Cátedra de Medicina Legal echó algo más de luz como para comenzar a zanjar la cuestión en forma definitiva.
Los médicos y abogados que participaron en el encuentro coincidieron en que el uso del pentotal sódico es una prueba que "no ofrece confiabilidad en su resultado" y por eso "no se debería acceder ni aunque lo pida el imputado porque precisamente el resultado es poco confiable", explicaron a El País participantes del ateneo.
La propia Cátedra de Medicina Legal concluyó oficialmente tras el ateneo que "hubo consenso sobre su nula utilidad como medio probatorio" e informó que se debatió en torno a los aspectos éticos de su utilización.
Lo que generó la discusión fue la hipótesis planteada. Se partió del supuesto de que el suero de la verdad fuera confiable (porque fuera demostrado científicamente que lo que se dice bajo el efecto de esa sustancia fuera verdad) y se preguntó si en ese caso sería o no recomendable.
"Si vos decís que va contra los derechos humanos poner a una persona bajo los efectos de una sustancia que le quita la conciencia, otro puede decir: sí, pero yo estoy en el Comcar por una violación que no hice, así que no me defiendas tanto los derechos humanos, necesito poner una prueba que me salve", explicó uno de los participantes del ateneo.
El juez penal Luis Charles, que fue uno de los dos expositores de la jornada, opinó que aunque la herramienta fuera confiable, no es admisible que una persona declare bajos los efectos de esa droga.
Y recordó que negó todos los pedidos que tuvo en ese sentido. Por ejemplo, el del coronel retirado Jorge Silveira, procesado por crímenes cometidos durante la dictadura.
DROGA. El fundamento médico del uso del "narcoanálisis"-nombre científico de la técnica del suero de la verdad- en los interrogatorios judiciales, radica en que para la mente humana es mucho más complejo elaborar una mentira que decir la verdad. Las funciones corticales superiores cerebrales son las que elaboran las mentiras, y sobre esa zona del cerebro es donde actúan drogas como el pentotal sódico o el propofol.
Pero a nivel científico hay visiones encontradas sobre la aplicación del pentotal sódico, que fue descubierto en la década de 1930 y que inicialmente fue utilizado como analgésico.
En el ateneo también estuvo presente el debate científico.
Pero no se logró profundizar sobre los efectos de la droga en el cerebro y su aplicabilidad en los interrogatorios porque tampoco hay mucha evidencia al respecto.
"Habría que demostrar que es confiable, lo que pasa que es muy difícil hacer estudios de estos porque implica que vos tenés que drogar a personas porque no lo podés hacer con animales", relató una fuente.
CASOS. En el ateneo se destacó que en los últimos años se advirtió un incremento de los pedidos de esta prueba por parte de los imputados y sus defensores. Por lo general, la prueba es pedida por un abogado, luego pasa a vista fiscal y después resuelve el juez.
Hace un par de años se manejó esa posibilidad en el caso del asesinato de la joven Natalia Martínez.
También se pidió para el caso Héctor Da Cunha, el hincha de Cerro asesinado por parciales de Peñarol. En esa oportunidad fue rechazado y se invocaron razones éticas y de derechos humanos.
El juez Julio Olivera Negrín, que actuó en ese caso, argumentó su posición señalando que el Código Penal prohibe la realización de instancias probatorias en las que se puedan ver afectadas los principios de libertad y defensa propios de los seres humanos.
Y también cuestionó la confiabilidad de la técnica. Dijo que no está totalmente comprobado que la persona que se somete a una instancia de esas características brinde un testimonio fidedigno.
ÚNICO. La primera y única vez que en Uruguay se utilizó el suero de la verdad, fue en el caso de la enfermera del Pasteur, María del Carmen Cranchi. La funcionaria había sido procesada con prisión en agosto de 2006 acusada de provocar la muerte de un paciente al suministrarle alimento por una sonda nasogástrica.
Unos meses más tarde de su procesamiento, por orden judicial y a pedido de la defensa fue interrogada bajo los efectos del propofol, una droga de similares características al pentotal sódico.
"Yo no mato a mis pacientes, yo quiero a mis pacientes y quiero mi empleo de enfermera", declaró bajo los efectos de la droga. Pero nada de esto sirvió como prueba. La Justicia ratificó su condena.
La droga puede ser letal
El músico estadounidense Michael Jackson, que falleció en junio de 2009, perdió la vida a causa de haberse suministrado "niveles letales" del sedante y analgésico propofol.
Se trata de la misma droga que fue utilizada en diciembre de 2006 por la Justicia uruguaya para interrogar a la enfermera del Hospital Pasteur, María del Carmen Cranchi, mediante el sistema del "narcoanálisis".