La visita a Tacuarembó del argentino Juan Carlos Bieler, médico veterinario de profesión pero gran estudioso de Carlos Gardel y sobre todo apasionado por el tema de su origen, volvió a plantear nuevas dudas sobre la posibilidad de que alguna vez pueda definirse con total certeza el lugar en que nació el más grande cantor de tangos. El estudioso fue invitado por la Intendencia de Tacuarembó y en su disertación volvió a afirmar su convencimiento de que Gardel nació en ese departamento uruguayo, siguiendo sobre todo las investigaciones de Nelson Bayardo y Eduardo Payssé González.
Además de sostener su tesis de que Gardel nació efectivamente en Tacuarembó, el argentino también advirtió sobre los peligros que implica un eventual examen de ADN, que además consideró difícil de realizar porque se necesitarían los permisos tanto de la familia Escayola como de las autoridades argentinas. Sin embargo, dijo, el principal inconveniente radica en la inseguridad de que el cuerpo enterrado en La Chacarita sea realmente el de Gardel.
Tal como relató Bieler en Tacuarembó, hace unos 20 años pasó por su ciudad natal, Santa Fé, el hijo de Guillermo Desiderio Barbieri, uno de los guitarristas de Carlos Gardel que murió con él en el accidente aéreo de Medellín. En ese momento el hombre dijo: "Lamento no poder estar seguro de que el cadáver que tienen en el cementerio sea verdaderamente el de mi padre".
Bieler afirmó además que el cadáver de Gardel, el único que pudo ser reconocido en ese accidente, fue identificado en base a dos elementos: una pulsera de oro que llevaba puesta y su dentadura. Pero sobre ambos se presentan dudas o, por lo menos, zonas oscuras, dijo el estudioso argentino. "Nunca se ha expuesto una fotografía de la dentadura de Gardel o documentos que exhiban la ficha odontológica. Por lo tanto, es posible que su cuerpo haya sido identificado por la ficha odontológica, pero ello aún no fue probado ni por los más grandes eruditos en el tema", dijo Bieler.
Con respecto a la pulsera, una joya de oro que tenía una inscripción que decía "Carlos Gardel, Jeanjoré 735 Buenos Aires", también hay dudas. "Si el cadáver de Gardel se quemó completo –su camisa, corbata, el saco, las dos manos, los dos pies, quedó totalmente irreconocible–, hasta el punto que le llevó a los forenses 13 días para identificarlo, ¿cómo no se derritió el oro, cuando cualquier reducidor lo derrite con un soplete común de plomero?".
¿DOS CUERPOS?. Otra de las dudas se relaciona con la fecha en que el cadáver fue trasladado de Colombia a Buenos Aires. Según los registros fue enviado a el 6 de enero de 1937, pero los colombianos certificaron que un mes y dos días después Armando De Fino fue a buscar el cuerpo de Gardel. "De ser cierta esta última versión, ¿trajeron dos veces el cadáver y cuál era el de Gardel", dijo Bieler.
El estudioso argentino también considera que en el momento de la muerte de Gardel todos los procedimientos estuvieron teñidos por la urgencia, porque había que definir el tema de la herencia, ya que el cantor no tenía ni padre ni madre –"a no ser Doña Berta– ni hijos y sus bienes serían para el Estado, por lo cual había que resolver de inmediato.
Para Bieler toda esta serie de dudas podría dar por tierra con el objetivo de rastrear el origen de Gardel a través de su ADN. Tal extremo fue solicitado en una minuta de comunicación por el diputado blanco Arturo Heber, la semana pasada. Una idea similar se le había ocurrido hace un tiempo al también parlamentario blanco Agapo Palomeque. Sin embargo, expertos en genética explican que para que la extracción de ADN sea válida, deben conjugarse varios elementos, entre ellos la buena conservación del cuerpo y, sobre todo, la confirmación total por medio de métodos forenses de que el cadáver es de quien se dice que es.
Aún si se consiguieran los permisos y se pudiera exhumar el cuerpo, "la duda sobre si es su cadáver persistirá, y además podría quedar derrotada definitivamente la teoría uruguaya. No hay derecho, porque tenemos muchas pruebas y no pueden quedar en la nada por un cadáver equivocado".