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A 90 años del primer voto de la mujer en Sudamérica

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La propiedad en que las mujeres votaron luce abandonada. Foto: N. Araújo

Ocurrió en Cerro Chato, en el límite entre Florida, Treinta y Tres y Durazno.

Se cumplen hoy 90 años del primer voto de la mujer en Sudamérica, hecho que ocurrió en la localidad de Cerro Chato, ubicada en el límite entre Florida, Treinta y Tres y Durazno.

Este poblado de la ruta nacional número 7 creció alrededor de la estación de trenes que se construyó para dar servicio a la línea de ferrocarril que unía Montevideo con Melo, por estar sobre el lomo de la Cuchilla Grande. Antes del tren había sido camino de tropas, carretas y diligencias. En un principio las autoridades integraron el municipio cerrochateño en Treinta y Tres, pero la población se mostró contraria a aquella decisión administrativa y propuso un plebiscito.

"Al momento de la contienda también había una oficina Municipal de Durazno. El problema se genera cuando se pide que el caserío existente sea declarado pueblo", dijo a El País el profesor Julio César Gómez García. Fue entonces, debido a ese hecho singular, que por primera vez en la historia de Sudamérica la mujer ejerció el derecho al sufragio en un plebiscito consultivo para determinar en qué departamento iba a quedar la ciudad. "Tuvo una doble particularidad. No solamente votaron las mujeres, sino también los extranjeros; el requisito habilitante para el voto era ser residente de la localidad", sostuvo el docente.

La historia.

La Comisión de Mujeres de Durazno de la época, que realizó una fervorosa campaña electoral a favor de la unificación de todo el territorio en ese departamento, estaba liderada por Modesta Fuentes de Soubiron.

El 31 de mayo de 1927 la Corte Electoral dictó finalmente un decreto por el que autorizó la realización de la consulta popular, respondiendo a la solicitud de una comisión vecinal. El acto se cumplió el domingo 3 de julio de 1927, en el marco de la Ley de Elecciones vigente en el momento, pero con la particularidad de que la mujer podía sufragar.

El día de la elección hubo mucho movimiento, según periódicos y diarios de la época. El plebiscito se realizó con orden, salvo un problema suscitado en pleno desarrollo del acto. Un manifiesto fue repartido por una Comisión de Vecinos de Treinta y Tres, en su mayoría integrada por damas, liderada por Bernardina Muñoz.

La proclama expresaba: "Nosotros tenemos un arma notable: la abstención. Hemos de esgrimirla, cerrochatenses, para cruzar el paso a las burlonas turbas de reclutados que quedarán absortas en su deleznable posición mercenaria". Luego decía: "Por el derecho de Treinta y Tres que flamea airosamente en todo el progreso de Cerro Chato, por el afecto a nuestra causa que es tan respetable como el mismo honor, por el decoro de nuestra democracia que aborrece las mascaradas electorales: absteneos".

Realizado el escrutinio, se comprobó una mayoría absoluta para que la localidad fuera jurisdicción de Durazno. Aquel mismo día, el presidente del Comité Pro-Anexión de Cerro Chato a Durazno, don Luis Soubirón, comunicaba al presidente del Consejo de Administración del departamento, Alcides Aldama, los resultados del recuento de votos.

Edificio histórico.

Información aportada por el Centro de Estudios Históricos de Cerro Chato, establece muchos pormenores del día de la elección, resultado de 30 años de investigación sobre el tema.

"Fue muy difícil determinar el lugar físico del circuito de votación en el año 1927", indicó Gómez, integrante del Centro de Estudios. Sin embargo, una de las mujeres que votó, María Isabel Fernández, tenía una hija llamada Evarista Palacios (quien falleció con 103 años en 2012), y que en ese entonces tenía 17 años y había acompañado a su madre ese 3 de julio de 1927 a votar. Su testimonio resultó fundamental para que la Junta Departamental de Durazno decretara hace poco tiempo como patrimonio departamental, el edificio donde se votó en el plebiscito. Se trata de una vieja casona, ubicada en la esquina de las calles Julio Alberto Goday y Soubiron Calo, la que se observa obsoleta y descuidada. El inmueble fue construido entre 1924 y 1926 por Luis Souberón, un destacado comerciante de la localidad, quien presidió la comisión "pro anexión" de Cerro Chato a Durazno, de cara a ese plebiscito de 1927, donde votó la mujer por primera vez.

Integrantes del Centro de Estudios Históricos dijeron a El País que "se le conoce como "el banco viejo", porque era la sucursal en Cerro Chato del Banco de la República, que funcionó allí desde 1928 hasta la década de 1960. En forma simultánea al banco trabajaba una automotora, agencia oficial de venta de vehículos Ford.

La propiedad en que las mujeres votaron luce abandonada. Foto: N. Araújo
La propiedad en que las mujeres votaron luce abandonada. Foto: N. Araújo
Una placa conmemora el hecho histórico. Foto: Néstor Araújo
Una placa conmemora el hecho histórico. Foto: Néstor Araújo
Mirna Latorre Caldas, nieta de Juana Caldas. Foto: Néstor Araújo.
Mirna Latorre Caldas, nieta de Juana Caldas. Foto: Néstor Araújo.
La propiedad en que las mujeres votaron en el año del plebiscito. Foto: Néstor Araújo.
La propiedad en que las mujeres votaron en el año del plebiscito. Foto: Néstor Araújo.
Escribano Julio César Gómez, del centro de estudios históricos de Cerro Chato. Foto: Néstor Araújo.
Escribano Julio César Gómez, del centro de estudios históricos de Cerro Chato. Foto: Néstor Araújo.
Foto del día de la elección en Cerro Chato. Foto: Néstor Araújo.
Foto del día de la elección en Cerro Chato. Foto: Néstor Araújo.
La casa fue adquirida recientemente por la Intendencia de Durazno para restaurarla. Foto: Néstor Araújo.
La casa fue adquirida recientemente por la Intendencia de Durazno para restaurarla. Foto: Néstor Araújo.

FOTOGALERÍANÉSTOR ARAÚJO

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