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En el aniversario de la muerte de Artigas queman pabellones patrios

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utoridades y militares participaron en Durazno de la incineración de siete pabellones patrios que estaban en desuso.
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CEREMONIA SIMBÓLICA

En el Regimiento Pablo Galarza de Durazno ardieron ayer siete banderas.

utoridades y militares participaron en Durazno de la incineración de siete pabellones patrios que estaban en desuso.
Autoridades y militares participaron en Durazno de la incineración de siete pabellones patrios que estaban en desuso.

Con un número de pabellones patrios inferior al de los últimos años, pero con la habitual carga emotiva se cumplió ayer, en el cuartel de Durazno, la ceremonia de incineración de banderas en desuso. Se dio en el marco del 167 aniversario de la muerte del General José Gervasio Artigas.

El acto comenzó a la hora 11:00, la misma del deceso del prócer, que ocurrió el 23 de septiembre de 1850 en Paraguay. Esta vez la actividad tuvo la particularidad de realizarse en un lugar que en poco años dejará de ser una unidad militar, ya que el cuartel será trasladado a las afueras de la ciudad de Durazno, en las cercanías del aeropuerto de Santa Bernardina, en la confluencia de rutas 5 y 14.

La mudanza se dará dentro del marco de reconversión de cuarteles que está realizando el Ministerio de Defensa Nacional.

utoridades y militares participaron en Durazno de la incineración de siete pabellones patrios que estaban en desuso.
Foto: Victor Rodríguez

Trayectoria.

La incineración y toque de silencio —tras la entonación del Himno Nacional Uruguayo y la lectura de la orden del día— fueron realizados por los soldados de primera, Walter de los Santos y Solimar Fernández, con la asistencia de la cabo de segunda, Yamila Ferreira. "Es una experiencia muy linda y emotiva, que ya había tenido la oportunidad de realizar el año pasado solo y esta vez con mis camaradas. La tomo como una distinción a mi carrera", dijo De los Santos, duraznense, con 18 años de servicio y 4 años en el Batallón 13.

Fernández por su parte lleva 28 años en el Ejército Nacional y desde hace varios años realiza el toque de silencio, habiendo estudiado trompeta en un curso intensivo de tres meses.

"Toco de oído, a veces me pongo nervioso, pero sale bien, cumplo con la tarea sin problemas", dijo a El País.

Legado.

"No solo es cumplir con un mandato legal, que es el de la deposición final de los pabellones en desuso, sino que para nosotros el hecho de formar y recordar al prócer está en nuestra sangre", dijo a El País el mayor Alejandro Capeluto, sub jefe del Batallón 13.

"Por definición somos un ejército artiguista, por definición nuestro país se identifica entorno a la figura de Artigas, por lo que es un honor recordar hoy la fecha de su deceso", agregó el militar.

Tres de los pabellones en desuso que recibieron fueron brindados por Primaria, que sumados a otros cuatro que tenían en la unidad hicieron un total de siete. El año pasado habían sido incineradas una docena de banderas.

La ceremonia, sencilla y conmovedora para los militares participantes, como ellos lo confesaron, finalizó con un desfile y el depósito de las cenizas del Pabellón Nacional al pie del Ibirapitá o "árbol de Artigas". Tomaron parte, entre otras autoridades, el comandante de la Brigada de Infantería 5 coronel Elbio Pérez, el teniente coronel Alejandro Alcántara, jefe del Regimiento "Teniente General Pablo Galarza" de Caballería Blindado 2, y el mayor Alejandro Capeluto, segundo jefe del Batallón de Infantería Blindado número 13.

"El legado artiguista es un legado de sacrificio", dijo el mayor Capeluto.

"Pese a todo lo que nos pueda suceder hay que seguir llevando adelante el legado, las enseñanzas, toda la doctrina artiguista, que es lo que nos distingue y nos da forma también como nación", agregó.

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