Agua que no has de beber...

Brasil y Uruguay tomaron Salus, Argentina no

En un gesto simbólico para contemplar los reclamos de los socios menores del Mercosur, el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva trajo desde Uruguay, en un avión de la Fuerza Aérea brasileña fletado para ello, agua Salus para ser servida durante las reuniones de la cumbre presidencial que terminó ayer en Rio de Janeiro. En la vereda de enfrente, la delegación argentina encabezada por el presidente Néstor Kirchner se sirvió de otras aguas minerales durante el encuentro presidencial.

De esta forma la tradicional agua mineral uruguaya -que ha venido enfrentando trabas aduaneras para ingresar a Brasil- se convirtió en un símbolo del estado de las relaciones del Mercosur, con un Brasil componedor en busca de fortalecer su debilitado liderazgo, y una Argentina en la práctica cerrada a las concesiones aunque con un discurso en contrario.

El propio canciller brasileño, Celso Amorim, destacó durante su discurso en la cumbre la presencia del agua mineral uruguaya y anunció que se desmontaron las trabas que el producto enfrentaba para ingresar al país. Es más, entre Amorim y el presidente Lula había una botella de Salus, que en Brasil se distribuye bajo la marca "Fuente del Puma", y en su copa el mandatario la tenía servida.

Hace algunos meses, ante la protesta de Uruguay por las trabas comerciales en Brasil, Amorím había anunciado su intención de que en la cumbre se sirviera agua Salus como prueba de la disposición de su gobierno por contemplar los reclamos de los socios más chicos del bloque, y así fue.

En su discurso el presidente Tabaré Vázquez apeló al nombre de la bebida y contó que los pumas se extinguieron en Uruguay, reclamando que las actitudes de los socios mayores del Mercosur no amenacen con que los más chicos se transformen en sólo un nombre en una etiqueta.

Sin embargo, la delegación argentina -sentada junto a la uruguaya sin siquiera intercambiar miradas- tenía frente a sí varias botellas de agua, pero ninguna era de Salus. Próximo a la ministra argentina de Economía, Felisa Miceli, había una botella de Salus, pero la funcionaria no la miró con simpatía. La organización de la cumbre no especificó si la ausencia de agua Salus frente a la delegación argentina fue un hecho fortuito, o los funcionarios de ese país con Kirchner a la cabeza eligieron desairar a sus colegas uruguayos dado el deplorable estado de las relaciones bilaterales por el conflicto celulósico.

En septiembre de 2000 la empresa francesa Danone compró la compañía Salus.

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