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Erika Teliz, ganadora del Premio L'Oréal- Unesco "Por las mujeres en la ciencia": "El rol científico no depende del género"

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Erika Teliz. Foto: Cortesía

Súpermujeres

La uruguaya recibirá US$20.000 para profundizar en su trabajo con baterías recargables de litio-ion, área en la que trabaja hace más de una década.

Erika Teliz (36), es doctora en Química y su trabajo le permitió ganar el Premio L'Oréal – UNESCO “Por las Mujeres en la Ciencia”. Docente e investigadora en régimen de dedicación total compartida del Grupo Interdisciplinario de Ingeniería Electroquímica (GIIE) —Facultad de Ingeniería— Facultad de Ciencias, también es investigadora Grado 3 del PEDECIBA y Nivel I del Sistema Nacional de Investigadores. Es miembro de la ISE y de la SIBAE, donde desempeña el cargo de Tesorera.

El premio le valdrá US$ 20.000 para subsidiar la ejecución de su proyecto Diseño y evaluación de prototipos de baterías Li-ion, un área de investigación en la que viene trabajando desde hace una década.

Tras el anuncio del premio, Teliz conversó con Eme sobre su carrera y los desafíos que enfrentan las mujeres en la ciencia.

—¿Cómo fue tu carrera?
—Soy licenciada en Bioquímica por la Facultad de Ciencias, donde ingresé en 2003 con la idea de una carrera en bioquímica. En el año 2004, hice una materia que se llama electroquímicas, que hoy la dicto, y después puntualmente hice una materia que se llamaba electroquímica experimental, que era como la electroquímica aplicada. Ahí se conoció el mundo de las baterías y las celdas de combustible que son dispositivos electrónicos que transforman la energía química en energía eléctrica. En ese momento mi perspectiva cambió por completo. Empecé a orientarme a la química de materiales, físico-química. Al recibirme hice la maestría en química, especialmente en el área de celdas de combustible y mi doctorado también trató de química en baterías recargables. En la actualidad, trabajo en Facultad, ingresé en 2006 como honoraria y en 2007 obtuve mi primer cargo para trabajar directamente en el área de conversión electroquímica de energía. Inicialmente investigué acerca de las celdas de combustible, que convierten el hidrógeno y el oxígeno en energía eléctrica y agua; posteriormente en baterías recargables, tema en el que llevo investigando hace 10 años.

—¿Dónde encontramos las baterías de litio por las que ganaste el premio?
—El proyecto premiado es sobre baterías de litio. Puntualmente tiene dos objetivos bien diferenciados, pero interconectados. Por un lado, el desarrollo de nuevo materiales para baterías de litio-io, que son las que usamos en dispositivos electrónicos, vehículos eléctricos, esas que todos conocemos. Estamos diseñando nuevos materiales para disminuir costos y aumentar su autonomía. El otro objetivo, es el testeo de baterías comerciales. Actualmente trabajamos con una empresa privada que vende pequeños vehículos eléctricos para la que tenemos un proyecto que cuenta con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y testeamos la capacidad de las diferentes baterías que existen en el mercado. Lo que hacemos es una transferencia del conocimiento: desde la academia al sector productivo; desde la ciencia básica se genera nuevo conocimiento y desarrollo tecnológico: están interconectados. Eso me motivó a presentar el proyecto al premio y aunque no esperaba ganar, sentía esa motivación.

— Es un galardón importante…
—Aporta a mi carrera como científica porque ayuda en el reconocimiento internacional y también ayuda a reconocer a la ciencia en general y puntualmente a las mujeres científicas, niñas y adolescentes. Deja en evidencia que el desarrollo de la mujer en la ciencia no es algo inalcanzable. El rol científico no depende del género y además, en el caso de Uruguay, tiene un plus que es que la pandemia evidenció: acá podemos dedicarnos a la actividad científica y podemos hacer aportes de buena calidad.

—¿Qué llevó a interesarte por la ciencia?
— No es un camino recto, siempre fui y soy muy curiosa. Eso es un motor. Creo que en la ciencia, como en cualquier trabajo, hay que tener un compromiso y una pasión por lo que hace y que llega. En mi caso, el doctor Fernando Zinola, jefe del grupo en el que trabajo, fue quien me transmitió su pasión en lo que hace. Eso hizo una gran diferencia en mí. De todos modos, siempre fui muy curiosa y tuve muy claro que que mi carrera iba por ahí.

—¿Cómo puede motivarse a que más mujeres y niñas quieran dedicarse a la ciencia?
—La difusión da visibilidad y ayuda a mostrar que hay mujeres en las ciencias y que son exitosas, que pueden llegar a puestos de decisión y eso se valora socialmente. Creo que, de todos modos, tiene que caer esa idea de que la mujer está asociada a lo más sensible y menos lógico, cuando la ciencia está asociada más a lo lógico. Todavía hay mucho trabajo por hacer, como dejar los estereotipos de lado y que quede claro que los rendimientos académicos no dependen de ser hombre o mujer. Creo que estos premios son fundamentales para visibilizar a las mujeres en la ciencia, al mismo tiempo que demuestran que la capacidad no depende del género.

— ¿En tu carrera encontraste dificultades por ser mujer?
—Soy mamá, tengo dos hijos. Fui madre joven por primera vez, mi hija nació antes de terminar mi carrera de grado y la maternidad es un tema complejo en cualquier carrera y especialmente en la científica donde hay un montón de viajes, de estudio y dedicación de horas de laboratorio. Tuve muchísima suerte de tener un núcleo familiar que me impulsó un montón y un grupo de trabajo que también fue muy comprensivo. La doctora Verónica Díaz, me incentivó desde el inicio. Creo que esto hizo la diferencia, pude terminar mi carrera, maestría y doctorado. Siempre con apoyo y entendiendo que hay momentos más difíciles que otros. Cuando uno decide ser mamá, el tema cuidado es lo más complicado y una limitante. Trabajar en un grupo que es muy comprensivo, muy humano y académicamente generoso, me facilitó un montón y me permitió desarrollarme en el área. Sin embargo, reconozco que mi camino no es el más común las mujeres, aún tenemos limitantes que no se ven, no se nombran.

Sobre el premio

L´Oréal y UNESCO, con el apoyo del Ministerio de Educación y Cultura, convocaron a la presentación de proyectos de investigación en las áreas de Ciencias Naturales y Exactas, Ingeniería y Tecnología, Ciencias Médicas y de la Salud y Ciencias Agrícolas. El trabajo de 26 candidatas pasó por un Comité evaluador compuesto por 11 especialistas, eminentes científicas del medio local, quienes seleccionaron al galardonado.

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