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Estudio francés asegura que un plato industrial cuesta menos que uno casero

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Plato de malfatti de Buena Costumbre. Foto: Gentileza de Buena Costumbre.

Economía doméstica

La idea preconcebida de que cocinar en casa es más barato que comprar platos listos es cuestionada por un grupo de investigadores del Instituto Nacional francés para la Investigación Agronómica.

Plato de malfatti de Buena Costumbre. Foto: Gentileza de Buena Costumbre.

La idea preconcebida de que cocinar en casa sale más barato que comprar platos industriales es cuestionada por un grupo de investigadores del Instituto Nacional francés para la Investigación Agronómica, que apunta que con los preparados puede ahorrarse más de cinco euros en promedio por cada cuatro porciones.

Su estudio, publicado este miércoles en la revista especializada "Public Health Nutrition", tiene en cuenta en el costo el tiempo invertido para la preparación, además de los ingredientes.

Para cuatro porciones, y contando únicamente con el precio de los ingredientes, los platos industriales son de media 0,84 euros más caros que los preparados de forma casera.

Cuando a ese gasto se le añade la energía de calentar o preparar el plato, el industrial sigue siendo 0,60 euros más caro.

Sin embargo, cuando se añade el coste del tiempo de preparación, evaluado a partir del salario mínimo francés (1.521 euros), el plato industrial pasa a costar de media 5,34 euros menos que el casero.

Los investigadores han estimado la diferencia de gasto a partir del análisis de los 19 platos preparados más consumidos en Francia, como la quiche Lorraine, el tabulé, la sopa de verduras, el "boeuf bourguignon", un estofado de carne de ternera o el plato de patatas gratinadas "gratin Dauphinois", entre otros.

El informe se basó en los precios indicados en las páginas webs y tiendas físicas de los cuatro principales supermercados de Montpellier (sur de Francia), donde se llevó a cabo el estudio.

Sus conclusiones sugieren que los platos procesados son más rentables para los consumidores "teniendo en cuenta las crecientes exigencias de la vida diaria". Además, instan a analizar las prácticas de comida cocinada, "especialmente en familias de bajos ingresos, cuyas limitaciones de tiempo, recursos y utensilios pueden disuadirlos de comprar y preparar alimentos frescos y perecederos".

"Asegurar la disponibilidad de platos industriales prácticos y asequibles con calidad nutricional comprobada podría ayudar a promover una alimentación saludable y combatir las desigualdades de género y sociales", apunta el informe.

El instituto recuerda que la cantidad de platos precocinados para la venta a domicilio era prácticamente inexistente en el país en 1973, pero creció hasta suponer 50 gramos por persona y día en 2010.

Por otra parte, el tiempo que las personas dedican a cocinar en casa ha disminuido significativamente desde 1985, con días en los que ni siquiera se cocina en absoluto, concluye el estudio, que además indica que las mujeres quienes pasan un 75% del tiempo en la cocina.

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