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Convivencia emocional: Dar, dar y nunca recibir

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Por Fanny BErger

La psicóloga Fanny Berger nos trae una columna en la que nos cuenta cómo funcionan los vínculos desde el punto de vista de dar y recibir.

Los vínculos humanos sean de pareja, de amistad o entre parientes cercanos se basan en un dar y recibir. Observamos personas que en sus distintas relaciones siempre dan y nunca reciben.

El dar implica ayudar en sus diferentes formas, desde realizar actividades, ayuda financiera, hacerse cargo de todo el trabajo del hogar o de la oficina, etc.

En primer lugar queremos ayudar a los dadores, a que tomen consciencia de esta característica, que termina agotando a la persona que toma el rol de ayudar, de dar y no recibe nada o muy poco en relación a lo brindado. Esto produce un desequilibrio en los vínculos humanos, además del cansancio, la sensación de que todo recae sobre el dador, sentimiento de ser explotado y de sentirse solo para todo en la vida diaria.

En segundo lugar queremos ayudarte a qué te des cuenta,  ¿por qué siempre das,?. Muchas veces observamos personas que provienen de hogares disfuncionales, donde no se sintieron ni contenidos ni cuidados amorosamente por sus padres y se acostumbraron a ser ellos los encargados de realizar tareas de adultos en su infancia. Luego en la vida adulta siguen desempeñando ese rol, que lo desestabiliza, pero no se pueden imaginar otra forma de vivir con otras personas pues se sienten que dando serán queridas, valoradas y lo usan como una forma de sentirse amadas. 

En la consulta, al darse cuenta de su conducta, exclama: "pero si yo no lo hago nadie lo hará", o sea que se hiperresponsabilizan. Para ser amados de verdad no hay que luchar, ni hacer los mandados al otro, hay que aceptarse tal cual somos e ir al encuentro del otro sin miedos, solo mostrando realmente tu verdadera esencia.

Hay personas dadoras que quieren agradar al otro, tienen baja autoestima y se miden en función de la opinión de las personas de su entorno.

Otras veces dan y dan para evitar el conflicto y/o el enojo del otro, prefieren ser activos y así evitan la confrontación. No fijan ni sostienen límites, pues temen la reacción negativa del otro.

En tercer lugar las personas que no dan, solo reciben se acostumbran a ese rol pasivo y les cuesta mucho salir del mismo pues aunque no lo reconozcan es muy cómodo ya que depositan la responsabilidad en el otro que siempre está dispuesto a ayudar. Es muy difícil, pero es posible perder privilegios, el que siempre recibe y no está acostumbrado a dar, se enoja mucho cuando se le pide su cooperación. Además no reconoce el esfuerzo del dador, y esto lo frustra más pues no es reconocido en sus actividades y esfuerzos.

Es un rol muy rígido, que cuesta salir del mismo porque el dador tiene que acostumbrarse a saber y sentirse merecedor de recibir. Es un aprendizaje nuevo y lleva su tiempo incorporarlo. Observamos una idea fija que tiene que ser cambiada : “ la persona que ocupa un rol pasivo sabe que el dador lo hará”. La pregunta es si no lo realizas que pasará ? Es uno de las tantas preocupaciones del dador. Tal vez suceda lo contrario, si el dador no realiza determinada actividad, el otro al ver ese cambio, lo hará o quedará todo igual, pero el pasivo sentirá el cambio.

El valor de una persona no puede estar dado por el rol que desempeña con respecto a otros. El dador tiene baja autoestima y siente que dando será aceptado, amado y reconocido.

En nuestra opinión, basada en la experiencia clínica, el dador tiene que de a poco pedir al otro ayuda, y empezar a ocuparse de él o ella mismo/a hecho muy difícil de realizar pues están acostumbrados a olvidarse de sus propias necesidades emocionales y vivir en función del otro. Si el ayudador empieza a ocuparte de sus asuntos personales y de tu vida, tendrás menos tiempo para ocuparse de otros seres humanos que lo rodean.

Es muy difícil para la persona que siempre gira afectivamente alrededor de los otros empezar a ocuparse de sus necesidades y tratar de colmar sus propios deseos. 

Conocé a nuestra columnista
Fanny Berger
Fanny Berger

Es psicoterapeuta gestáltica. Se dedica niños, adolescentes y adultos, y trabaja en el apoyo de padres. Implementó “terapia de alcance breve”, que en cinco sesiones trata temas concretos. Es conferencista y escribió varios libros.

Podés contactarla en su web, página de facebook o a través del teléfono celular 099 289 282.

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