Remodelan contenedores para tener su casa de balneario

Los extranjeros invierten hasta US$ 15.000 para "construir" su hogar de metal

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Vivir en una casa de chapas también puede ser una opción glamorosa, práctica y, sobre todo, más económica que la vivienda tradicional. La idea de remodelar un contenedor para convertirlo en un hogar acogedor se está convirtiendo de a poco en una opción que gana adeptos.

Los balnearios en las costas de Rocha y Maldonado se están volviendo el escenario habitual para este tipo de viviendas alternativas. "El público que más pregunta por esto son los que tienen casa de veraneo o cascos de estancia", reveló Marcelo Pérez del Castillo, director de Multicontainer, empresa que desde hace 12 años se dedica al alquiler, venta y remodelación de contenedores. La firma registró un crecimiento en la demanda de contenedores remodelados; sólo en 2011 adaptó 20 unidades.

Sin embargo, el público general aún está lejos de ver un contenedor como una vivienda funcional, pues sigue aferrada a la construcción de material. "La gente no se imagina que puede vivir en un contenedor hasta que entra en uno", comentaron desde otra empresa del rubro.

El desapego a esta alternativa no se condice con los precios ventajosos que ofrece. Remodelar un metro cuadrado de un contenedor tiene un costo variable según los requisitos del cliente, aunque oscila entre los US$ 350 y US$ 900. Estos valores están lejos de los US$ 2.000 que cuesta construir un metro cuadrado en la costa, estimó Pérez del Castillo.

Sobre esa base, acondicionar un contenedor de 20 pies puede implicar un desembolso de entre US$ 9.000 y US$ 10.500; el presupuesto puede subir a unos US$ 15.000 en el caso de las cajas de 40 pies.

El tiempo más breve de "edificación" es otra de las ventajas a favor del contenedor. La remodelación y armado de una caja metálica puede llevar entre 20 y 60 días, según el grado de dificultad que imponga el cliente con sus demandas.

Jugar con Legos

Las casas más espaciosas requieren de al menos un par de contenedores. Para ello, el procedimiento que fijan los arquitectos y siguen los técnicos consiste en encastrar contenedores; "es como jugar a los Legos", explican los empresarios.

Los materiales para equipar la casa varían según el cliente pero la tendencia es revestir el techo con PVC; y con melamínico las paredes interiores. El yeso y el lambriz de pino son otras opciones muy utilizadas. También se le aplica un aislante térmico (generalmente lana de vidrio) y pintura antióxido en el exterior para protegerlo de la lluvia y las inclemencias del tiempo. En el 80% de los casos, los compradores optan por dejar el piso original que trae el contenedor.

Debido a los vaivenes del traslado en altamar, el contenedor tiene una vida útil de unos 10, 12 años. Sin embargo, si se preserva su estructura al remodelarlo para convertirlo en una casa, su duración es mucho mayor.

No todos dejan en manos de los expertos la remodelación del contenedor. Los clientes más emprendedores compran la caja sola a precios que van de US$ 4.000 (la de 20 pies) a US$ 5.500 (la de 40), y se encargan ellos de arreglar la que será su futura casa.

La vivienda que sigue a su dueño

Vivir en un contenedor implica la exoneración de tributos. Por ejemplo estas viviendas "no pagan contribución. El contenedor es habitable pero no deja de ser un contenedor marítimo. Acá no hay legislación al respecto", comentó el representante de una empresa de contenedores. La legislación los considera exclusivamente como una unidad de carga transportable. Por esa característica, el contenedor convertido en hogar puede mudarse con su dueño a cualquier parte, como una casa rodante.

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