Las experiencias y estrategias de empresarias uruguayas en el camino a hacer congeniar trabajo y maternidad

Conciliar roles con flexibilidad y tejer redes de apoyo son algunas de las claves que comparten Isabelle Chaquiriand, Leonor Cattivelli, Ana Inés Echevarren, Silvina Prekajac y Verónica Raffo

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Madre trabajando

Matías Castro
En Uruguay, solo el 6,6% de los cargos de dirección en empresas son ocupados por mujeres. Un factor clave en esa realidad es que la maternidad representa un punto de inflexión en la trayectoria profesional de muchas mujeres. El fenómeno ha sido indagado por la economista Claudia Goldin, premio Nobel de Economía 2023 por sus investigaciones sobre la participación femenina en el mercado laboral.

Goldin identificaba la llegada de los hijos como una causa principal de la brecha salarial y también con una barrera significativa para el ascenso de las mujeres a puestos de decisión. El concepto es conocido globalmente como el «Impuesto de Maternidad».

Las causas son múltiples. Se mencionan los sesgos culturales en los que las tareas de cuidado son asociados casi en exclusiva a las mujeres -quienes en Uruguay dedican el 65% de su tiempo a estas labores, según un informe de la consultora Giving Birth-. También influye la falta de contención y herramientas adecuadas en muchas empresas para transitar este período.

Las madres uruguayas, de acuerdo al informe de Giving Birth, pueden enfrentar una penalidad salarial del 19%, un margen que puede ampliarse hasta un 42% respecto a sus ingresos previos a la maternidad. Esa brecha se puede extender incluso diez años después del nacimiento.

Diversas organizaciones y especialistas trabajan para revertir la situación. Entidades como la Organización de Mujeres Empresarias del Uruguay (OMEU) buscan fortalecer el rol de la mujer en el ámbito laboral, promoviendo su autonomía económica y liderazgo a través de capacitación, mentorías e incidencia en políticas públicas. También aparece RedMe, la Red de Mujeres Ejecutivas. Consultoras como Giving Birth acompañan a empresas y profesionales en la construcción de entornos que equilibren trabajo y familia.

Sobre sus vivencias ante el reto de conciliar la maternidad y la carrera profesional, reflexionan cuatro mujeres referentes de negocios ante la consulta de El Empresario.

Isabelle Chaquiriand

Isabelle Chaquiriand, CEO de Atma.
Isabelle Chaquiriand, CEO de Atma.
Foto: Francisco Flores.

La decana de la Facultad de Ciencias Empresariales de la UCU, CEO de ATMA y directora en HSBC Uruguay, personifica la integración de una carrera de alto impacto con una maternidad vivida intensamente. Su trayectoria, marcada por estudios de posgrado con hijos pequeños y el reto de la cardiopatía congénita de uno de ellos, demuestra su resiliencia.

Chaquiriand no separa sus roles. «Ser profesional me hizo mejor mamá y ser mamá, mejor profesional», dice. Las herramientas de gestión y toma de decisiones de su carrera le sirvieron para afrontar los retos familiares, mientras que la maternidad potenció su empatía, valiosa a la hora de liderar.

La corresponsabilidad y el diálogo constante con su esposo ha sido clave desde el inicio, definiendo cómo llevarían el hogar y apoyarían sus carreras. «La configuración familiar y la crianza se resuelven en pareja», sostiene. Además, la flexibilidad fue una condición no negociable para su desarrollo profesional, permitiéndole estar presente en momentos clave para sus hijos, sin descuidar sus responsabilidades e intereses laborales.

Ante los momentos de tensión y la sensación de desborde, aprendió a soltar la autoexigencia. Su consejo para otras empresarias es claro: «No busquen la perfección en todo. Elijan dónde poner sus esfuerzos. Aprendan a decir ‘no’». Enfatiza que la conciliación se basa más en la flexibilidad y en la elección de prioridades que en una división matemática de responsabilidades. Para la CEO, acompañar a los hijos hacia su plenitud y elegir las propias batallas profesionales y personales son la esencia del asunto.

Leonor Cattivelli

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Su historia subraya la importancia del desarrollo profesional como motor personal y necesidad interior. Mentora de empresas familiares y directiva de RedMe, aporta una perspectiva forjada a través de su experiencia como madre trabajadora en el extranjero y, luego, como principal figura en la crianza de sus dos hijos en Uruguay.

Para Cattivelli, la piedra angular a la hora de compatibilizar el trabajo con la maternidad radica en una premisa básica: «Lo fundamental es sentirse segura con el cuidado de los hijos mientras no estamos». Ya sea en EE.UU. con recién nacidos o en Uruguay como madre a cargo principal, la solución siempre pasó por construir y confiar en redes de contención y apoyo, familiares y externas, para poder dedicarse a su trabajo con tranquilidad y tiempos adecuados para todo.

Su mayor aprendizaje no proviene de una formación específica, sino de una «lección de vida»: «la importancia de que la mujer aprenda a pedir ayuda y a recibirla». Esa capacidad es, para ella, esencial para cualquier mujer que aspire a crecer profesionalmente mientras es madre.

Este enfoque es el que impulsa su labor en RedMe, donde buscan fortalecer a las mujeres, aumentar su confianza y animarlas a reconocer su propio poder para postularse a roles de liderazgo, a pesar de los sesgos existentes. Cattivelli aconseja a otras empresarias y estudiantes a priorizar la seguridad en el cuidado de sus hijos y construir y utilizar sus redes de apoyo. Es un llamado a la acción: animarse a avanzar sabiendo que un sistema de soporte robusto es un pilar para el desarrollo profesional y personal.

Ana Inés Echevarren

Ana Ines Echavarren
Nota a Ana Ines Echavarren, directora ejecutiva de Infocorp, en su oficina en Montevideo, ND 20240806, foto Ignacio Sanchez - Archivo El Pais
Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

Para la CEO de Infocorp, la clave para conjugar una carrera exigente con la maternidad no está en un «equilibrio» estático, sino en una «armonía» dinámica. Es un concepto del autor Felipe Gómez que ella adopta: las prioridades entre la vida personal y la profesional pueden fluctuar según el momento.

Cuando sus hijos eran pequeños, fue «sin duda, desafiante» por lo familiar y para su carrera, sobre todo por los frecuentes viajes laborales. Sin embargo, la flexibilidad de Infocorp y el trabajo remoto fueron cruciales. Echevarren pudo optar por viajar menos y trabajar más desde casa, adaptándose a las necesidades familiares.

Un pilar fundamental fue la actitud de su esposo, a quien describe como un «apoyo impresionante y un padre increíble que se encarga de la casa». Este modelo de corresponsabilidad, inspirado en sus padres, le permitió construir su carrera sabiendo que el frente doméstico estaba cubierto.

Echevarren es franca acerca de los retos que se enfrentan: «El principal es que no existe un equilibrio perfecto». Hubo sacrificios y momentos difíciles, como viajar con un hijo enfermo. Sin embargo, con el tiempo, logró encontrar esa armonía, aceptando el estrés ocasional como parte del proceso.

Su consejo es claro: al emprender, los sacrificios iniciales son inevitables. Recomienda «reconocer en qué etapa se está, entender el tiempo que se puede dedicar a cada cosa y, fundamentalmente, hacerlo con alegría y sin culpa». La clave, afirma, está en transitar cada etapa con aceptación y un enfoque proactivo hacia la armonización de roles.

Silvina Prekajac

Silvina Prekajac, directora fundadora de Giving Birth Consultora.jpg

La directora fundadora de Giving Birth Consultora transformó su experiencia desafiante como madre en el mundo corporativo en una misión para ayudar a otras mujeres. Tras casi 20 años como gerenta de marketing en una multinacional, el nacimiento de su primera hija la enfrentó al desafío de hacer congeniar un rol directivo con la vida familiar, sobre todo en una cultura de reuniones tardías que dificultaba «la conciliación real y seguir teniendo peso en las decisiones».

Esta vivencia la impulsó a dejar el mundo corporativo y en 2018 fundó Giving Birth Consultora, con el fin de acompañar a empresas y mujeres en el tránsito de la maternidad y la carrera, buscando evitar la pérdida o el freno del talento femenino. Su solución personal fue emprender para «ayudar a cambiar esas dinámicas desde afuera».

Prekajac enfatiza la introspección y la planificación. Aconseja que «antes de una licencia, o al buscar conciliar, define tu ‘por qué y para qué'. Tener un propósito claro ayuda a minimizar la culpa». Esta claridad es vital para navegar las complejidades de la maternidad y la ambición profesional.

Además, recomienda «identificar tus cinco o seis ‘satisfactores de éxito' no negociables, tanto personales como profesionales, y enfócate en ellos, no en lo que te pierdes».

También plantea planificar las transiciones, comunicar el valor propio y el deseo de seguir creciendo, tejer redes de apoyo y reconocer los propios límites. Su mensaje es de empoderamiento a través de la autoconciencia y la acción estratégica para que la maternidad no sea un freno al desarrollo profesional.

Verónica Raffo

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Verónica Raffo en Encuentros El Empresario
Leonardo Mainé

Desde su rol como socia en la firma legal Ferrere por más de 25 años, directora independiente en dLocal y profesora de postgrado en la Universidad ORT, Raffo comparte una visión pragmática y humana sobre la integración de la vida profesional y familiar. Madre de dos hijos varones de 22 y 20 años y casada hace 28, su trayectoria es un testimonio de dedicación en múltiples frentes.

Raffo prefiere el verbo "congeniar" al sustantivo "balance", ya que este último, según explica, "genera la presión de que debemos estar en un equilibrio perfecto". Para ella, la realidad es otra: "vivimos en un permanente desequilibrio y el arte que debemos desarrollar, es la conciliación de momentos donde el foco está en la familia y momentos donde el foco principal es el trabajo".

Para resolver los desafíos de esta conciliación dinámica, aprendió a "soltar, a delegar sin culpa y a confiar en mi capacidad de priorizar". Aunque reconoce que hubo sonrisas y llantos, siempre vivió este proceso con naturalidad, sintiendo que resignar su rol profesional o maternal no la hubiera hecho sentir auténtica.

Este camino le dejó lecciones valiosas, como entender que el equilibrio es dinámico y requiere presencia y adaptación. Una de las más significativas es que "mostrar mi vulnerabilidad es un acto de valentía, no de debilidad". Además, aprendió a valorar los momentos significativos por sobre el control absoluto, y la importancia de la amabilidad, citando a Maya Angelou sobre cómo hacemos sentir a los demás.

Su consejo para otras empresarias y emprendedoras es "que ser firme y humana no son cosas opuestas". Las anima a desafiarse a sí mismas en lugar de buscar la aprobación externa, a no temer pedir ayuda, generar redes de apoyo y recordar que "cuidarse también es parte del liderazgo".

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