Los gimnasios al aire libre forman parte del paisaje en plazas y parques en muchos países del mundo. Uruguay se puso a tiro con esta tendencia en noviembre de 2011 con la instalación del primer centro de ejercicios en la Líber Seregni.
La iniciativa no sólo fue recibida con los brazos abiertos por aquellos amantes del deporte al aire libre, sino que también quedó grabada en la retina de los empresarios y en los meses siguientes varias firmas comenzaron a instalar estos equipos en sus propios predios o en lugares públicos como modo de contribuir con la sociedad, como lo hizo UCM en la rambla de Malvín y Trouville.
Alex Malachowski, director de Punto Activo junto a Joaquín Escardó -firma que trabaja con equipos importados desde China y que tuvo a su cargo la instalación del gimnasio en el parque Líber Seregni- sostuvo que durante 2012 muchas compañías se interesaron en contar con un gimnasio propio.
«Las empresas se están animando mucho más, aunque las decisiones de compra muchas veces demoran y en general se toman cuando viene el calor», explicó Malachowski.
Incluso aquellas firmas y centros educativos que no cuentan con grandes zonas verdes o patios interiores optan por instalar estos espacios en las azoteas.
Si bien el costo de instalar una plaza de estas características depende en primer lugar de la cantidad y el tipo de equipos seleccionados, los precios en el mercado oscilan entre los US$ 4.000 y los US$ 16.000.
El creciente interés del público corporativo por esta propuesta también lo confirmó Néstor Álvez, director comercial de Curvo Metal, empresa con 25 años en el mercado que el año pasado incorporó a su línea de negocios la fabricación de aparatos para realizar gimnasia.
La firma ya instaló unos 20 centros de ejercicios para empresas como Botnia, UPM y Petrobras, entre otras, así como para particulares interesados en contar con el equipamiento necesario para realizar la rutina de ejercicios al aire libre y en su propia casa.
Curvo Metal también ha realizado trabajos para las intendencias de Maldonado, San José, Colonia y Montevideo.
«La idea de las empresas es que los funcionarios tengan un momento para parar y poder hacer ejercicio», explicó Álvez.
Según dijo, la lista de pedidos que tienen actualmente es bastante extensa, aunque advirtió que «el negocio tiene un cénit debido a el mercado uruguayo es muy pequeño».
El ejecutivo contó a El Empresario que también están trabajando en la fabricación e instalación de gimnasios al aire libre acondicionados especialmente para personas dicapacitadas. De hecho, el sábado pasado se instaló el primero en el parque Villa Biarritz.