Es uruguayo, chef y escritor, y desde Panamá crea los sabores que vende la gigante Nestlé en Latinoamérica

Javier Hofman desarrolla productos culinarios para la multinacional para la que trabajó primero en Europa y luego en Centroamérica. Por su rol viaja por la región asesorando a las fábricas de la compañía

Javier Hofman
Javier Hofman

Javier Hofman es montevideano y luego de casarse se mudó a Lagomar. Sin embargo, su presente está lejos de esa zona de Ciudad de la Costa; hace 14 años que emigró para trabajar creando productos y sabores para la multinacional Nestlé, donde hoy se desempeña como senior chef del departamento Food Category Technical Application Group de Nestlé para América. Actualmente ejerce su rol afincado en Panamá junto a su familia.

De chico quería ser biólogo, pero de adulto tomó otros rumbos profesionales: trabajó en marketing, estudió Bellas Artes y luego gastronomía, carrera que lo llevó a conocer varios países.

En 2011 tenía un emprendimiento gastronómico cuando un amigo le comentó que Nestlé buscaba a una persona con su perfil para trabajar en el Centro Tecnológico de Desarrollo de Productos que la empresa tiene en Alemania.

Nestlé lo contactó y lo invitó a Europa a dar una charla sobre tendencias culinarias latinoamericanas, para conocer qué se veía en el mercado y cómo eso podía relacionarse con la creación de sus productos. Hofman viajó, dio la charla y su perfil le interesó a la empresa. Al regresar a Uruguay recibió una oferta y un contrato para que se mudara a Alemania a trabajar en el área de productos culinarios, como salsas y caldos.

Proyecto familiar

Hofman nunca había considerado emigrar, pero analizó la oportunidad y, junto a su familia, se mudó a Singen, una ciudad al sur de Alemania. «Aprendimos muchísimo, pero fue una locura irnos. Al principio la adaptación fue compleja», recuerda. La rutina como la conocían cambió en un país con una cultura diferente, pero se adaptaron y vivieron seis años allí.

En ese tiempo trabajó como especialista culinario de la multinacional para América Latina, integrando un equipo de chefs que representaban a diferentes regiones, como Asia, Europa y África. Su trabajo consistía en guiar a los departamentos de desarrollo de producto sobre cómo era la gastronomía en Latinoamérica, para que pudieran crear productos dirigidos a ese mercado. Lo primero que tuvo que aclarar, cuenta, fue la «diversidad inmensurable» que existe en América Latina en términos gastronómicos. «Costó hacerles entender que a nivel culinario Latinoamérica es gigante. Para ellos se comía con picante y todo con cilantro», comentó Hofman.

De especialista culinario pasó a ser desarrollador de conceptos y, más adelante, de productos. Así empezó a trabajar para otras regiones. Ver sus creaciones en diferentes mercados «fue increíble», dice.

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Javier Hofman

Un nuevo entorno

Una de las cosas que más lo sorprendió fue conocer el universo empresarial. «No sabía ni que existía este mundo corporativo, no sabía que había cocineros en estas grandes empresas, siempre me imaginé que eran ingenieros. Conocí una forma completamente diferente de trabajar y me encontré con la posibilidad de tener recursos enormes, desde materias primas y conocimientos, hasta equipamientos que no sabía ni que existían», explicó.

Crear nuevos productos es un proceso que consta de varios pasos y que puede llevar desde ocho meses hasta un año.

El expertise que ganó en Europa le dio la oportunidad de ser el primero en el radar de la compañía cuando esta decidió crear una plataforma para dar apoyo técnico a las fábricas en Latinoamérica para el desarrollo de productos. Así, junto a su familia, se mudó a Panamá en 2017.

Su trabajo ahora consiste en no solo pensar «un prototipo que esté rico», sino también que el desarrollo del producto sea funcional a la fábrica, que cumpla con las características y expectativas de los mercados, que sea apreciado por los consumidores y que tenga un costo y un precio competitivo. «Aprendí mucho estando acá», reflexionó desde Ciudad de Panamá, desde donde viaja a fábricas en diferentes países de la región.

De su carrera en Nestlé, recordó con cariño su rol en la creación de «Jugoso a la sartén», un papel con sazonador para cocinar carne en la sartén, que se desarrolló en Alemania. «Un producto muy innovador, exclusivo y único», destacó.

Este uruguayo ha pasado varios años en el exterior, pero no olvida su país natal, al que vuelve cada vez que puede. Además de la gastronomía tiene otra pasión: la escritura, y hace pocas semanas volvió a Uruguay para compartir el lanzamiento de su libro de cuentos Soy ladrón. «¿Volver a Uruguay? Sí, pero no ahora, en un futuro. Me gustaría que el final de mi carrera pudiera ser en Uruguay, porque es mi país, donde está mi gente, y me encanta», concluyó.

Javier Hofman junto a su hijo en la presentación de su libro Soy ladrón, en Uruguay.
Javier Hofman junto a su hijo en la presentación de su libro Soy ladrón, en Uruguay.

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