Cuando una empresa compra productos a otra en un país diferente, debe enfrentar un gran desafío: confirmar que aquello que adquirió sea realmente lo que le envían. De esta tarea se encarga el uruguayo Manuel Teijeiro (39 años) en la multinacional Peterson Control Union.
Nacido en Las Piedras (Canelones), hoy lidera en Rotterdam (Países Bajos) el equipo de Risk, Compliance and Trust, un rol interno en el que «básicamente aseguramos que las empresas de nuestro grupo presten los servicios de acuerdo a los estándares de calidad que los mercados exigen», explica El Empresario desde la ciudad holandesa donde vive junto a su esposa y su hija desde setiembre de 2018.
Allí, en 1920, se fundó Peterson Control Union, una empresa familiar holandesa que en la actualidad emplea a más de 6.000 personas y tiene presencia en unos 80 países, entre ellos, Uruguay. La firma se especializa en inspecciones y certificaciones en «todo tipo de productos y servicios» en múltiples sectores, como el agrícola, textil, forestal y energético, entre otros.
El equipo que dirige Teijeiro se encarga de «inspeccionar y asegurar la calidad de los servicios que ofrecen sus oficinas en varias partes del mundo», añadió.
Para ello, el ejecutivo uruguayo interactúa con su equipo y con clientes internacionales, y coordina operaciones en más de 80 países, aplicando tecnologías como LiDAR (una herramienta de teledetección) que permite medir remotamente volúmenes de mercadería.
Por su tarea, Teijeiro viaja con frecuencia a diferentes partes del mundo, un hábito que no le resulta extraño, aclara. «Mis padres siempre insistían en que debíamos salir de nuestro lugar de origen y conocer otras realidades, crecer», recordó.
«ADN migratorio»
Teijeiro es uno de cinco hermanos y parte de su «ADN cosmopolita y migratorio» proviene de su familia. Su padre es inmigrante gallego, llegó a Uruguay a los 13 años junto a sus padres y un hermano, y fundaron una panadería, primero en Montevideo y luego en Las Piedras. Su madre, en tanto, fue la que insistió en que debían estudiar inglés desde muy chicos. «Creo que vinculado a la familia de mi padre, tenemos naturalizada la distancia, el hecho de emigrar y vivir en otro país. Mis padres nos decían que si encontrábamos oportunidades afuera, era buenísimo. Todo lo que se pueda conocer del mundo, está bueno. Hoy, mis padres y algunos de mis hermanos viven en España y otros en Uruguay», relató.
Viajar también fue parte de su infancia y juventud ya que diariamente iba de Las Piedras a Montevideo para estudiar. «Iba al colegio Elbio Fernández y luego al Seminario, por lo que todos los días viajábamos una hora o más en ómnibus», comentó.
A pesar de su interés por la formación terciaria, su trayectoria profesional tomó otros caminos. Probó Odontología y Derecho -por influencia de su hermano mayor, abogado-, pero ninguna de esas opciones lo apasionó. Según confiesa, «si no me enganchás con algo que realmente me cope, que sea práctico, que vea que estoy construyendo algo, no sigo». En paralelo al estudio, trabajó en la panadería familiar y en una cadena de revelado de fotos y electrónica, donde hacía controles de stock. Hasta que, en 2014, un amigo le comentó sobre una multinacional que buscaba a alguien con «conocimientos legales». Como había estudiado abogacía y buscaba trabajo, aceptó. ¿La empresa? Peterson Control Union.
Así, con 28 años y sin haber finalizado una carrera terciaria, comenzó como asistente en operaciones de warrants, mecanismo que permite usar commodities como garantía para préstamos y rápidamente se adaptó. Tanto que en 2017 creó un proyecto para aplicar esta herramienta al ganado lo que agilizaba procesos financieros para productores uruguayos. El éxito de esta innovación no pasó desapercibido en la empresa. Tan solo un año después, desde la central de la multinacional en Rotterdam le llegó una propuesta: mudarse a Europa para coordinar operaciones de gestión de garantías para ese continente, Medio Oriente, África y Asia-Pacífico. Aceptó, y 20 días después aterrizó en Rotterdam junto a su esposa.
En 2020 asumió la dirección de esta unidad de negocio y enfrentó el gran desafío de la pandemia. Salió airoso y hoy lidera un equipo de 10 personas en la gestión de calidad y le toca interactuar con clientes en ciudades como Ginebra, Londres y Nueva York, y viajando a destinos tan diversos como Egipto, Kenia, Indonesia y China.
Teijeiro asegura que, por ahora, no planea regresar a Uruguay, en parte por la calidad de vida que ofrece Rotterdam. «Nos ofrece un buen balance entre trabajo y vida personal. Hoy voy en bicicleta al trabajo, y, además de estar muy bien conectado al resto del mundo, Países Bajos es muy cosmopolita y esa mezcla de culturas nos parece única. Igual, nunca nos olvidamos del mate y el dulce de leche», finalizó.
-
Uruguayo quiere llevar talento local a trabajar en Silicon Valley y seleccionará siete ingenieros para viajar
Es uruguayo, Botnia lo ayudó a especializarse en celulosa en Finlandia y hoy dirige un servicio de UPM global
El uruguayo de 20 años que cofundó XX, una aceleradora de startup en Silicon Valley
Uruguaya dejó todo para emprender en el living de su casa y ahora asesora a empresarios sobre importar desde China
El uruguayo que fue elegido nuevo Emprendedor Endeavor quiere llevar su empresa de energía solar a más países