Un halo de misterio rodea la figura de Chris Xu, el fundador y CEO del gigante chino minorista de moda, Shein. Dueño de una fortuna personal estimada en más de US$ 9.000 millones, el empresario raramente hace apariciones públicas y sus declaraciones —puntuales— se limitan a comunicados de prensa. Esa conducta elusiva ha confundido a los medios, al punto que han publicado erroneamente fotos de otros Chris Xu o Xu Yangtian (el nombre verdadero del magnate) para ilustrar artículos sobre el creador de la empresa de fast fashion. Ni siquiera los empleados de la empresa pueden reconocer a Xu sin equivocarse, asegura Bloomberg.
El secretismo en torno a Xu no es del todo inesperado. En China, los grandes empresarios suelen adoptar un perfil bajo, generalmente para evitar posibles conflictos y tensiones con el gobierno de Ji Jinping. Jack Ma y Ma Huateng, los fundadores de Alibaba y Tencent, respectivamente, son prueba de ello.
De Xu se sabe que tiene 41 años y que nació en China. Luego, los detalles sobre su vida se vuelven más difusos: se dice que estudió en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Qingdao y que proviene de una familia humilde, por lo que tuvo que trabajar desde joven para pagarse la carrera.
Actualmente, el empresario reside en Shanghai, un mercado con el que Shein ha incrementado sus alianzas comerciales en los últimos tiempos.
De SEO a CEO
Inquieto y emprendedor, Xu cofundó en 2008 la empresa de comercio electrónico transfronterizo, Nanjing Dianwei Information Technology, un proyecto en el que comenzó a aplicar sus conocimientos y habilidades para posicionar marcas a través de SEO (optimización de motores de búsqueda).
Su siguiente aventura empresarial consistió en desarrollar la marca ZZKKO, dedicada la venta de vestidos de novia. El proyecto fue el paso previo a Sheinside, la empresa que en 2015 terminó renombrándose como Shein. Ese año la compañía trasladó su sede a Guanzhou para estar más cerca de sus proveedores y abrió una oficina en EE.UU.
Xu ha posicionado a Shein no solo gracias a un nombre corto y fácil de recordar. La clave del éxito de la compañía ha sido su combinación de precios atractivos, volumen de catálogo y posicionamiento en Internet, atributos esenciales para conquistar al público joven, la principal clientela de Shein. A su vez, contar con su propia «cadena de suministro totalmente digital» ha sido vital para satisfacer la demanda de los clientes «de manera fuida y rápida», asegura Shein en su sitio web. «Utilizamos un software propio para realizar un seguimiento de las ventas y comunicarnos con nuestras fábricas en tiempo real, para realizar pedidos en lotes pequeños. Nuestra cadena de suministro digital es el núcleo de nuestro modelo comercial y nos permite ofrecer una amplia gama de estilos de moda, sin generar un desperdicio excesivo de inventario o hacer que los clientes esperen semanas para que se completen sus pedidos», dice Shein.
Como resultado, la empresa emplea a casi 10.000 personas alrededor del mundo (58% son mujeres) y tiene presencia en más de 150 países (en 2022 se amplió al canal físico). El año pasado, Shein generó ventas por US$ 38.000 millones, un 19% más que el ejercicio anterior.

Bolsa a la vista
Shein ha sido uno de los grandes ganadores del «boom» que experimentó el comercio electrónico tras la pandemia de coronavirus. Producto de esa euforia, la compañía llegó a valer US$ 100.000 millones en 2022. Sin embargo, el optimismo de los inversores ha perdido fuerza en los últimos años: en la ronda de financiamiento que protagonizó en 2023 su valuación cayó a US$ 66.000 millones. En febrero, Reuters informó que Shein evaluaba salir a la Bolsa de Londres con una valoración de US$ 50.000 millones.
Distintos factores han ensombrecido las perspectivas de la empresa: desde la desconfianza que despiertan sus prácticas laborales y las denuncias de sus competidores al impacto de las nuevas medidas arancelarias impuestas por EE.UU. a los productos importados de China.
El gobierno del presidente Donald Trump amenaza con eliminar la exención impositiva a las compras en el exterior de hasta US$ 800, una medida que ayudó a Shein a impulsar las ventas. La compañía, junto a Temu, representaron el 30% de los envíos a EE.UU. bajo esta modalidad.
Queda por ver cómo Shein sortea este escollo.
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