Nació en Capurro hace 63 años. Quería trabajar con su padre vendiendo tornillos, pero a sus 20 años éste lo conminó a que se independizara y se instalara por cuenta propia en la venta de repuestos para automóviles y motos. Innovó abriendo los sábados y estableciendo reparto a domicilio, ahora incursiona en maquinaria agrícola. El eslogan de su empresa, "uno más para atender", con el que auspicia eventos deportivos desde hace años, es su caballito de batalla publicitario, rubro en el que invierte el 10% de las ventas. Cree que Uruguay "ya despegó" y no volverán crisis como las de antes. Lleva 40 años casado con la madre de sus hijos, María, Lucía y Francisco, que hoy trabajan con él. Éste posiblemente lo suceda en la firma.
POR Stella Maris Pusino / spusino@elpais.com.uy
¿Cuántos años hace que fundó Cymaco?
Vamos para los 44. Pero esto todos los días tiene un desafío. Hay que estar bien al tanto porque siempre hay novedades: la venta electrónica, las redes sociales, los autos chinos...
Los tiempos eran más estables antes. ¿Cómo fueron aquellos inicios?
Sí. Todo permanecía quieto más tiempo. Mi padre era hijo de tamberos, pero no le gustaban las vacas. Se dedicó a trabajar como empleado en una casa de repuestos. De ahí mis genes. Mi hermano trabajaba vendiendo tornillos con él. Y yo, que había largado el liceo porque no me gustaba estudiar, empecé como empleado con él, pero un día me dijo: "Vos tratá de salir de acá, los repuestos pueden servirte". Fue un golpe difícil.
¿Usted quería trabajar con él?
Y sí. Él me enseñaba y yo era chico aún. Tenía 20 años. Mi padre tenía una personalidad muy fuerte, era muy severo, no pude desobedecer, me fletó. Me dio unos pesos y empecé, con un socio, alquilando el local en Yaguarón 1653. Y con el tiempo empezó a funcionar. Después vino uno y otro a trabajar conmigo. Hoy somos 125 acá; gente que hace más de 30 años que está conmigo. La intuición de mi padre era fabulosa. Él, con quinto de escuela, me hacía estudiar inglés.
¿Recuerda qué fue lo primero que vendió?
Farolitos, cables, lamparitas... Para llenar las estanterías los colegas me mandaban cajas vacías con las que yo vestía el local. Abría los sábados cuando todo el mundo cerraba. Y eso empezó a molestar. Después empecé a repartir en moto y eso también molestó. Me caían inspecciones todos los días.
¿Cuántos locales tiene Cymaco hoy?
Ahora tenemos el del centro, el principal, con cuatro pisos; a la vuelta, el depósito grande; después tenemos el de tunning, en Galicia 1290; el que abrimos hace un mes, en Galicia y Cuareim, Galicia Motor, una esquina tradicional de motores, y los locales de Propios y Avenida Italia, el de Las Piedras y el de Lagomar. Tenemos también un depósito en Zona Franca de Florida y la idea es seguir el crecimiento, pero con los pies firmes, porque en el correr de estos 40 y pico de años hubo muchas crisis. En la dictadura, a mí y a otros colegas, nos llevaron detenidos por diez días. Se equivocaron, luego nos pidieron disculpas, pero para mí aquello fue un problema importante. Los golpes de impositiva, la falta de experiencia, la crisis de 1982, que fue rápida porque empezó en diciembre y terminó en febrero. Pero la de 2002 fue tremenda. Demoró casi un año en levantarse el país. No entraba nadie. Hoy entran, que se yo, 1.000 personas por día. Ahora se trabaja fuerte.
¿Qué marcas representa Cymaco?
El aceite Amalie, las bujías Champion, de Estados Unidos, la línea de suspensión Record, la línea completa de motor Mali, aditivos Molikote, los repuestos para vehículos chinos. Al abrir la casa para motores, tenemos todo. Lo que es encendido, arranque, alternador, suspensión, transmisión, motor y carrocería. Chapa es lo único que no tenemos. Contamos con dos lubricentros, para que prueben el aceite que decimos es whisky etiqueta negra y para el que tenemos distribuidores en todo el país. Y ahora estamos incursionando en camiones, con la línea completa de repuestos Renoir. Trajimos indumentaria para moto cross, camperas de cuero con protección interior, botas, pantalones y cascos. Descubrimos que hay una cantidad de motoqueros, veteranos, que sueñan con motos más grandes. Vimos que ese nicho de mercado estaba desatendido. Y esto sigue creciendo. No se puede parar.
¿Cuántos ítems vende la empresa?
Son 44.000 ítems distintos. La venta se mantiene bien en lo que nosotros queremos. Aprovechamos la bonanza del país, porque hubo récord de venta de camiones, automóviles y motos; están las forestales, los constructores, anda bien el sorgo, el trigo, el ganado. Cuando el campo funciona, funciona todo el país.
¿Y esa venta en unidades qué representa en valor?
No quiero dar cifras. No me gusta. Las comparaciones son odiosas. Los números no me preocupan. Mientras me den. De la crisis para acá viene creciendo 10% anual. Un crecimiento suave, porque no estamos solos. Hay mucha competencia.
¿Qué lugar ocupa Cymaco en el ranking del sector?
Del primero al quinto, estamos ahí adentro. En público, somos líderes, sin duda. Apoyamos mucho a los clientes, a los mecánicos, los talleristas, la gente de las automotoras, les damos cursos de lo que precisan, fuimos pioneros en hacerlo. Porque el automóvil ha cambiado mucho, la incorporación de electrónica hace muy necesarios los cursos. Los mecánicos, que tienen entre 50 y 60 años, no conocen de electrónica, cualquier automóvil ahora tiene computadoras y para todo eso hay que ayudarlos a ponerse al día. La UTU de Montevideo es excelente, pero no todos tienen tiempo de ir a estudiar allí.
¿El boom de venta de autos cero kilómetro impacta de manera negativa la venta de repuestos?
No. Los automóviles no son como los de antes. Son menos fuertes. Más endebles. No quiere decir que sean malos. Vamos a entendernos: necesitan más atención. Hay más mecánica preventiva, para evitar accidentes en ruta y para evitar erogaciones mayores con posterioridad. La mecánica preventiva hace que uno tenga que cambiar las rótulas, las calles no están bien; hay que cuidar todo lo que sea correa y goma. Por algo Ancap está cambiando la refinería. Los combustibles, a veces, juegan en contra. Y hay otra cosa: cada día hay más automóviles, más accidentes, se venden más espejos, más faroles, más semiótica, más frenos. Los coches hoy son más veloces, precisan más seguridad, más controles. Siempre se vende, las pastillas, las bujías, las correas, todo se gasta. Ahora empieza la temporada de verano...
¿Este es un período de venta importante para la firma?
Claro. Es la zafra. Lo malo para nosotros es el invierno. Si bien se venden muchas baterías en los meses de frío, el mejor período de ventas ahora hasta turismo. La suba es de 20%. Le vuelvo a decir, no quiero parecer un agrandado, pero el mostrador de Cymaco es un termómetro de cómo anda el país.
¿Cuanto durará esta bonanza, a su juicio?
Siempre. ¿Por qué no? No creo que tengamos crisis como las que tuvimos. Uruguay ya despegó. Dependemos de Argentina y Brasil, pero ya no tanto. Como chiquitos que somos nos acomodamos, es la ventaja del chiquito. Argentina nos quiere complicar la vida, pero con Brasil más o menos la llevamos. Carta va, carta viene, los presidentes se visitan, los ministros se mueven. Y si los brasileños apretan después aflojan. Con Paraguay tenemos una buena relación. Pero hay que salir a conquistar otros mercados. No quiero hablar de lo que no es mi tema pero ahí están China, Tailandia, Malasia. Yo les pondría comisión a los embajadores uruguayos en el exterior, para que vendan. ¿Cuántos países bien hay? El día que le vendamos algo a los chinos... Cuando conozcan Punta del Este o Rocha, ¡Dios me libre! Debemos saber vender el país. La gente se queja porque el gobierno viaja, pero debería viajar diez veces más, mandar misiones comerciales a todas las ferias internacionales, porque hay mucha plata y mucha gente en el mundo.
¿Qué le pediría al gobierno para mejorar la marcha de su negocio?
Me gustarían más acuerdos comerciales con China, Japón, con Estados Unidos, con Europa, para poder comprar más barato y a su vez, vender a mejores precios. Todos los días llegan importaciones, casi el 100% de nuestros productos son importados. Pero por suerte hay todavía algo de industria nacional, vendemos tapizados, cubreasientos, faroles, cables, terminales, mandamos a hacer cosas en tornería, ciertas cosas que están caras en China.
¿Cuántos son los clubes deportivos a los que apoya la compañía?
Wanderers, Cerrito, Cerro, El Tanque, Miramar Misiones. Apoyamos el baby fútbol, el boxeo, auspiciamos durante mucho tiempo el ciclismo, ayudamos a los equipos de básquet de distintos clubes.
¿Es fruto de una política de marketing o convicción solidaria, responsabilidad social?
Marketing. ¿Quién no ve fútbol por televisión? Hacemos propaganda en radio, tevé, partidos... Invertimos en publicidad el 10% de las ventas.