Por Alfredo Sainz
La Nación/GDA
La fiebre mundialista, con ventas récord de camisetas argentinas, quiebres de stocks y campañas publicitarias millonarias a cargo de los sponsors, no derramó en el devaluado fútbol argentino.
La participación de los gigantes del mundo deportivo -Adidas, Nike y Pumas- se circunscribe exclusivamente a los clubes más grandes. En las camisetas del resto de los equipos se multiplican los logos de empresas nacionales -con un marcada preponderancia de firmas del mundo de las finanzas- y la mayoría son vestidos por marcas de indumentaria menos conocidas, que lejos de desembolsar cifras millonarias le pagan a los clubes con mercadería.
El panorama a nivel local indica que, de los 28 equipos que disputan la Liga Profesional solo cuatro son vestidos por una marca del top tres mundial: Adidas es el sponsor técnico de Boca y River, Puma está con Independiente y San Lorenzo es el único club argentino que juega para Nike.
Los otros 24 clubes estarán vestidos por marcas menos glamorosas. En algunos casos se trata de empresas de indumentaria de capitales nacionales como KDY -firma nacida en Quilmes en 2007- que viste a Unión y Colón, la santiagueña Adhoc que está con Central Córdoba o la porteña Sport Lyon que juega con Arsenal. La camiseta de Racing tiene el logo de Aeroset, marca que no opera en el país pero cuyo dueño es fanático de la Academia.
Y en otros casos, las marcas que vestirán a los equipos son internacionales, pero operan en el país a través de licencias que están en manos de empresas locales, como la italiana Kappa que se encarga de vestir a Racing, Huracán y Tigre, o Hummel marca nacida en Dinamarca pero que en el mercado argentino está representado por la firma Sur Profundo, que es el proveedor de Platense.
La mayor novedad de este año pasa por el desembarco de la italiana Diadora que también opera a través de una licencia en manos del Grupo Blanco, de Rosario, que además es dueño de la marca nacional Athix que renovó el contrato para vestir a Banfield.
«Tenemos la licencia de Diadora desde hace más de once años, pero este acuerdo es el primero que estamos haciendo con un equipo de fútbol. Lo que buscamos es más que nada visibilidad para la marca y asociar el nombre de Diadora con un club como Vélez que tiene una imagen muy sana», explicó Matías Blanco, CEO del grupo Blanco.
La falta de ingresos directos, llevó a algunos clubes a analizar la factibilidad de contar con su marca propia, algo común en Brasil donde varios equipos del Brasileirao (primera división del país) tienen su grifa de indumentaria.
En Argentina, el pionero fue Estudiantes de La Plata que hace un año se asoció con una cadena de locales de ropa deportiva de su ciudad para crear Ruge.
All Boys -uno de los equipos más populares del Ascenso- en dos semanas debutará en el nuevo torneo del Nacional B con la camiseta de marca propia, AB. «La idea del proyecto es por un lado dejarle un ingreso genuino al club de la venta de camisetas. Y por otro, transmitir identidad, trabajando una única marca que vista al fútbol y todas las actividades del club. Desarrollar una marca propia implica tener toda una estructura dentro del club y contar con los contactos de los talleres que hacen la confección y producción de las prendas», explica Lucas Gagniere, diseñador de camisetas -trabaja para la Le Coq Sportif- detrás del desarrollo de la marca de All Boys.
Otro dato a tener en cuenta es lo difícil que les resulta aún a los clubes más populares conseguir un sponsor que ponga millones de dólares. River llegó a ganar la Copa Libertadores de 2018 sin tener un sponsor principal en la camiseta, aunque ahora logró cerrar un contrato millonario con la empresa española de juego Codere, que desembolsará US$12,5 millones por cuatro años.
A menos que se cierre alguna negociación de último momento, Boca enfrentará a Atlético Tucumán sin un main sponsor, mientras que Independiente tuvo que apostar un autoaviso (el sitio Asociatealrojo.com en el que los hinchas pueden asociarse al club) para no dejar vacante el pecho de su camiseta.
San Lorenzo también estuvo durante todo 2022 sin sponsor y acordó con el banco digital Brubank, que estampará su logo en la camiseta de los cuervos.
Por su parte, Racing tiene como principal patrocinador a Aeroset, marca de servicios para aerolíneas internacionales, que no tiene operaciones directas en el Argentina y que terminó en la camiseta del club porque su dueño, Mariano Longo, es fanático de la Academia, al punto de desembolsar US$ 5 millones en dos años por auspiciar al club de sus amores.