Los 150 empleados de Costa Oriental en Zonamérica aumentan en épocas de zafra o a través de la vocación de la empresa de agregar valor. "En el tema logístico el almacenaje es un commodity", define su presidente, Daniel Carriquiry. Quien "sólo se dedica a entrar y sacar pallets de sus depósitos, tiene grandes límites en la competencia". Costa Oriental acaba de ganar el Premio Nacional a los Exportadores de Servicios en su especialidad: Logística y distribución. Sus principales clientes son empresas norteamericanas, asiáticas, y de algunos países latinoamericanos y europeos.
La incorporación de valor mediante packaging o la adaptación de productos a los distintos requerimientos de los países, genera exportaciones indirectas e "incrementa la cantidad de mano de obra", dijo Carriquiry. Otra estrategia consiste en desarrollar mini-factorys con clientes, como la planta de corte de folias de aluminio que incorporó recientemente y emplea entre 10 y 12 personas. El producto es usado para cerrar los blisters de medicamentos y ya hay planes de instalar una imprenta para estampar la información específica sobre cada uno.
En este marco Costa Oriental inaugurará en abril una ampliación de 10.000 m2 que completarán una sede propia de cerca de 20.000 m2. Desde 1999 Carriquiry también dirige Costa Logística, empresa dedicada a la logística de productos nacionalizados -farmacéuticos y de consumo masivo-, y su distribución en todo el país. La sede de 12.000 m2 está ubicada en la ex fábrica Mimosa de pañales. "Si bien aún no hemos logrado ocupar la misma cantidad de gente que trabajaba en la manufactura, ya hay unas 40 y pico de personas".
Muchas cosas cambiaron en Uruguay y en el mundo desde 1984 cuando Costa Oriental se instaló en la Zona Franca de Colonia. Por entonces sólo existían dos, y la Ley que regulaba su funcionamiento, con 60 años a cuestas, las restringía a la iniciativa del Estado. La infra-estructura operativa "era tan pobre que no había agua ni luz", recordó Carriquiry, quien junto al contador Orlando Dovat promovió la instalación de esos servicios.
También existían problemas jurídicos vinculados a la propiedad de la mercadería -"había que transferirla al usuario"-, y ambos impulsaron el proceso de elaboración que hace 20 años culminó con una nueva ley de Zonas Francas y el nacimiento de sucesivos emprendimientos.