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Compañías mantienen precios, pero reducen el contenido de los envases

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Personas de compras en un supermercado
Personas de compras en un supermercado.
Foto: Archivo El País

INFORME

Algunas categorías del surtido familiar bajaron el gramaje en empaques; en la ecuación pesan factores como calidad, reputación y lealtad

Compró un paquete de obleas y en lugar de dos hileras del producto, había una. Otro consumidor se sorprendió al ver que sus galletas favoritas vienen en un tamaño más pequeño. Y un tercero, que el paquete del pan contiene unos gramos menos. Y de las tres situaciones se desprende la misma inquietud: ¿las empresas están ofreciendo menos producto en sus paquetes familiares por el mismo precio?, ¿por qué lo hacen?

Un sondeo de El Empresario con investigadoras de mercado, cámaras empresariales, directores de cadenas, proveedores y chequeos directos en puntos de ventas, permitió concluir que, si bien la reducción de gramajes en los productos habituales al mismo precio no es la tónica prevalente en el país en este momento, sí existen casos en algunas categorías.

En la de panes, hay presentaciones de «tortugas» para hamburguesas que pasaron de 300 gramos a 280 gramos, y el pan para chivitos de 240 g a 220 g, durante la pandemia. Algunos budines también han sufrido una reducción, al pasar de 230 g a 200 g. Siempre al mismo precio.

Otros casos se dan en algunos productos de elaboración artesanal que se venden en las ferias, como ciertas galletitas y mermeladas -ambas de tipo casero-, que están viniendo con menos gramos en sus presentaciones habituales al mismo precio. Hay un tipo de alfajor que bajó de 60 g a 50 g, aunque en esta categoría lo que prevalece es la gran diversidad de presentaciones que van de 25 g a unos 80 g.

Muchos restaurantes y casas de comidas han reducido el tamaño de las hamburguesas o las porciones de sus platos. Y hay cadenas de supermercados con productos propios que recurrieron a esta estrategia, en especial con los panificados.

¿A qué se debe? A que los insumos para la elaboración aumentaron los costos y reducir un poco el gramaje fue la estrategia elegida para hacer los productos más asequibles para los consumidores, desde el punto de vista económico, según explicaron empresas que tomaron esa decisión, consultadas para este informe.

El Empresario consultó a la Cámara Industrial de Alimentos (Ciali), que afirmó no tener estudios específicos sobre el tema. No obstante, Martín Hughes, director de la entidad y de Alimentos Limay, dio su visión del mercado: «El cambio de gramaje que existe no es solo por la pandemia, es algo que se viene dando desde hace años. Antes, el kilo de dulce de leche, por ejemplo, era la unidad estrella y bajó a 970 g, luego a 800 g y siguió bajando. También pasa en otras categorías que no son alimentos».

Explicó que «ante los altos costos», las opciones suelen ser tres: subir los precios, hacer los productos más baratos reduciendo la calidad o elaborar productos con menor tamaño, manteniendo el precio. Esta última es la elegida por algunas empresas. «Más vale comer una galletita de buena calidad e igualmente rica aunque un poco más chica, que no poder comprarla», dijo Hughes.

La reducción de gramaje no siempre representa ahorro para las empresas. A veces logran bajar determinados costos, mientras se elevan otros, pero al consumidor le significa poder seguir comprando el producto, según advirtió desde Brasil la Line & Price Leader para Latinoamérica de NielsenIQ, Luciana Ignez.

El gerente de una cadena de supermercados, que solicitó no ser identificado, revisó sus inventarios y dijo a El Empresario: «El chocolate, al igual que los snacks, es una categoría en la que todas sus presentaciones ha venido bajando su gramaje en los últimos cinco años. Antes, la tableta familiar era generalmente de 160 g y hoy viene de 90 a 100 g dependiendo del tipo de chocolate. Y la reducción de los tamaños de las galletas, como las obleas o las que vienen en tubos, seguramente se debe a que son de origen argentino o brasileño, de proveedores que con la crisis se vieron obligados a bajar los gramos para mantener precios».

"Shrinkflation" también hubo en Europa

En tiempos de crisis, la reducción del gramaje ha sido una alternativa. A mediados de 2017, por ejemplo, la prensa europea daba cuenta de la profundización del fenómeno de reducción de gramaje en golosinas, refrescos y papelería, como forma de evitar subir precios en pleno Brexit. En una nota titulada «Shrinkflation», el 7 de de marzo de 2018 la BBC concluye, luego de medir 19 productos de distintos fabricantes en Reino Unido, que en cuatro años (2014 a 2018), 18 de ellos habían sufrido reducciones en peso o volumen, conservando los precios de antes. Algo similar sucedió en otros países de Europa y EE.UU. en distintas épocas y el fenómeno se reprodujo en América Latina con las importaciones. Empresas productoras de la región también tomaron decisiones del estilo, en parte para equiparar sus productos con competidores importados.

Pablo Rodríguez Llovera, director ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Productos de Limpieza (Aliada) explicó que «este fenómeno es una cuestión de estrategia, o de empresa en el país de origen. Con todo el ruido de Argentina con el control de precios, las empresas buscan tener productos más acordes a los ingresos de las personas. Se ve en algunos países con ciertos productos que vienen del exterior, pero no hay muchos casos hoy y no es tendencia en la región».

El vocero aclaró que en América Latina las empresas del rubro de limpieza decidieron trabajar más con productos concentrados que vienen en envases flexibles para bajar costos; también lo hacen para acotar el impacto ambiental.

Supermercado en Uruguay. Foto: Archivo El País.
Supermercado en Uruguay. Foto: Archivo El País.

Reputación y lealtad

Benjamín Tripier, economista argentino que ha estudiado el tema empaques y director de NTN Consultores, señaló desde Buenos Aires que, por ley, la cantidad de gramos siempre debe estar especificada en los envases, pero además hay un tema de reputación y de percepciones de los consumidores que se tienen en cuenta.

«Las empresas de prestigio trabajan en torno a estrategias de calidad, de reputación y de lealtad del consumidor, no tanto de precios. Y si tienen que cambiar los gramos de sus productos, procuran no desmejorar la experiencia del consumidor. Cuando toman ese tipo de decisiones es porque el mercado lo pide y llegan a la conclusión de que el consumidor quiere seguir accediendo a la marca, pese a tener menos dinero en el bolsillo». Agregó: «Muchas empresas no están queriendo bajar el gramaje en sus presentaciones habituales, sino ofreciendo presentaciones variadas de sus productos, para que el consumidor pueda elegir lo que más le conviene o puede».

"Downsizing"

Por su parte, Ignez explicó que «los fabricantes pueden reducir el tamaño manteniendo el precio para que el consumidor se mantenga en la categoría». Pero aclaró que hay otras maneras de lograrlo, entre ellas, las presentaciones que vienen en envases más económicos o muy pequeños, con un gramaje ajustado para el consumo personal, lo que se denomina downsizing.

El Empresario consultó a Scanntech —empresa de tecnología que ofrece información sobre minoristas y sus proveedores—, la cual tiene el registro de este tema en los últimos años en Uruguay. En sus datos destaca el caso de las cajas de bombones, que pasaron en 2018 de 288 g a 270 g, y en 2020 de 300 g a 250 g, con el mismo precio. Por lo demás, informó que no hay más casos de ese tipo, salvo muy puntuales, al menos en sus registros.

Id Retail, que se dedica a la medición de distintas categorías en puntos de venta, coincidió al chequear su información en el país de 2020 y 2021.

Lo que sí constatan estas empresas es la aparición de una gran cantidad de nuevas presentaciones en diversos tamaños, incluso algunas con muy pocas unidades (lo que es distinto a bajar el gramaje por el mismo precio). Esa diversidad responde a una estrategia de alta segmentación del mercado.

El refill se instaló en varios rubros

Entre las novedades en materia de presentaciones y envases, resalta el refill (rellenado), que antes se veía en pocas categorías y ahora se está extendiendo tanto en el sector de productos de limpieza para el hogar, como en alimentos, por ejemplo, con la aparición del refill del café. Rodríguez Llovera destacó que «el objetivo de la industria de productos de limpieza es evitar el descarte del envase después del uso». En cuanto a los productos concentrados -por ejemplo, detergentes líquidos que requieren ser diluidos en envases más grandes en las casas-, al principio generaron resistencia en los consumidores, que luego se acomodaron a la propuesta.

Tendencias

NielsenIQ señala que una de las tendencias en las empresas es ir cada vez más a envases individuales, con poco contenido. Y, paradójicamente, también el otro polo: envases muy grandes para familias que buscan eficiencia de gasto. Se han lanzado promociones de más contenido por igual precio con mega-packs y packs de ahorro.

En presentaciones petit, son ejemplos claros los paquetes de seis galletitas para un snack de media tarde, las latas de refrescos de solo 250 mL, o los sachets de jabón en polvo para una carga de lavado.

Hombre contando billetes de 50 pesos uruguayos en su billetera. Foto: Darwin Borrelli
Las empresas tienden a incorporar tambièn envases individuales para adaptarse al bolsillo del consumidor. Foto: Darwin Borrelli

Las presentaciones más individuales se ajustan a la sociedad actual, en la que muchas personas viven solas y desarrollan un estilo de vida práctico, de consumo rápido y fraccionado, explicó Gustavo Rodríguez, director de Id Retail. También observó un fuerte crecimiento de la especialización de los productos: «Basta ver la cantidad de limpiadores que existen para distintos tipos superficies y manchas». Lo mismo pasa en el sector alimentos, afirmó.

El efecto octógonos

Ante la puesta en vigencia de la ley de etiquetado, muchas empresas están ajustando las cantidades de determinados ingredientes o sustituyéndolos en sus producciones, con el fin de evitar los sellos octogonales negros que advierten sobre el exceso de calorías, sodio y grasa. Las encuestas arrojan que la mayoría de los consumidores están dispuestos a dejar de comprar los artículos con ese tipo de advertencias o ya lo hizo. Por otra parte, muchas veces la reducción del gramaje total de un producto es más económico para las empresas que la sustitución de ingredientes, afirmaron algunos entrevistados para este informe.

Los concentrados seguirán en auge. Allí se busca que los gramos o mililitros (de las salsas concentradas, enjuagues para ropa que requieren ser diluidos, etcétera) tengan mayor rendimiento. Los envases flexibles, además de ser más económicos que el vidrio, se pueden acomodar mejor a los distintos gramajes, si es que el proveedor decide hacer cambios a ese nivel. Con frecuencia las promos vienen en esos formatos.

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