La gestión de OSE y del gobierno en el tema “agua” está detonando el humor de la opinión pública. Las autoridades “no dan pie con bola”, por su avara política de inversiones y la opinión pública está obligando a que se dejen de “sandeces”.
La economía está dominada por condicionamientos, marco político, institucional y también externo. La estabilidad, las señales a los mercados, los liderazgos y la coherencia en mantener los equilibrios en las políticas públicas son claves para que las economías prosperen sin exclusiones.
“Mosca Gris”
Uruguay no destaca por altas tasas de crecimiento, ni por la más baja inflación en la región, sí, por su estabilidad y la solidez de su democracia.
El foco fue puesto en el combate a la inflación, la consolidación de enclaves como Zonas Francas y Puertos, una apuesta por la logística y el complejo industrial maderero, promoviendo mega proyectos y destacando, el cambio de la matriz Energética y el desarrollo de IT. Sin embargo, resistió en realizar cambios de reglas de juego, que alteran la realidad de los grupos de poder (sindicatos, corporaciones, grupos empresariales). Se han diferido reformas en la educación, salud, eliminación de grandes vulnerabilidades (aumento de delitos, violencia, narcotráfico, mala calidad de algunos servicios públicos básicos, exclusión, indigencia, asentamientos).
Con estos claroscuros e inversiones largamente postergadas, la constante ha sido también el foco en el ajuste fiscal y el endeudamiento. Sin perjuicio de ello, los impactos negativos extraordinarios por pandemia, sequía y la guerra, obligaron a acciones no previstas, en respuesta a exigencias de la sociedad y el sistema político y en espejo de las acciones llevadas a cabo en todo el mundo.
Claves para prosperar
Una variable clave para crecer a medio plazo es la inversión (pública-privada). Los gobiernos desde 2005-06 recuperaron los niveles de Inversión Pública/PIB, que habían caído a 2-2.5% a inicios de los 2000, y, con un PIB en expansión, se llegó a 3-3.5%.
En el último tramo del período, se aprobó un Plan de Infraestructura de U$S 12,4 billones (excluyendo Ferrocarril Central), a pesar de lo cual, la inversión pública cayó a cerca del 2% del PIB, con un repunte al final del período. Igualmente, no se puede soslayar la concreción de proyectos PPP, que no computan como inversión del modo convencional y todavía se están ejecutando (1).
En los últimos años la Inversión Pública/PIB cayó otra vez al 2%, para recuperarse fuertemente a fines de 2022 (transporte, vivienda), aunque no se alcanzó el 2.5% (2). En la Administración Central la recuperación fue mayor (0,5%) respecto del 2021, pero menor al 2019; sin embargo, se verificó una importante caída de las inversiones de empresas públicas (-0,5% del PIB).
Respecto de la inversión privada, los instrumentos se han mantenido y los incentivos se han aggiornado, orientados a empresas de mayor tamaño relativo. No existe margen, ya, para aumentar la inversión por esa vía.
Otro factor clave es el marco de competitividad, incluyendo la estabilidad macroeconómica, pero este factor genera controversia, no tanto por la cuestión de fondo, sí en los énfasis, tonos y timing de prioridades (3). No coincidimos, esta vez, con expresiones de la ministra de Economía, ya que desestima que la caída del TCR sea una señal de un problema de coordinación de políticas del BCU y con lo que la realidad de la economía impone.
No coincidimos en que el MEF no tenga que ver en estas definiciones de políticas del Banco Central y que la competitividad y del tipo de cambio real respondan a factores ajenos al BCU. Finalmente, no coincidimos en que la conducción económica no pueda incidir en las políticas monetaria y cambiaria desentendiéndose de los efectos.
Otros factores que se reconocen, pero no se encaran dentro de un plan general, son más bien impulsos aislados: mercados escasamente competitivos y/o deficientemente regulados por acumulaciones de normas inconexas, que protegen intereses corporativos y sostienen mercados cautivos.
No se han abordado una lista interminable de ineficiencias, superposiciones, exceso de normas, burocracia, cargas impositivas en las tarifas y reestructuras largamente pendientes dentro del Estado (cometidos, tamaños, funciones en servicio civil, defensa, policía, empresas públicas y sociedades de propiedad del Estado). Nada sustantivo se ha encarado, salvo recortes al barrer.
Respetamos a la ministra, pero no coincidimos cuando desliza que el motivo de la caída del TCR sea la expansión del gasto. Solo a vía de ejemplo: mientras se daba una baja del Gasto Públicos/PIB desde un 30% (mediados de los ´90) a un 26% (a comienzos de la siguiente década), el TCR caía 15-20%, y, algo similar sucedió en 1980-90, dos ejemplos de que, en los últimos 30 años, la realidad no condice con esa teoría.
Expertos o nada
No vamos a discutir aquí la eficacia de las reglas fiscales, son todavía nuevas para Latinoamérica, y materia de análisis y revisión (4) (gobiernos, FMI, BID), pero, creemos, que, en países emergentes, deben adecuarse a los déficits estructurales acumulados en el suministro de bienes públicos (5).
Nuestra sociedad ha demostrado, que, en temas claves, en que se juegan el futuro, cuando los “especialistas” eligen un camino que no convence, toma iniciativa y acomete los correctivos necesarios (6).
Refrescando la Memoria
Luego de la crisis del 2002, ya superada y hacia el fin del período, la conducción económica tenía la opción de priorizar las cuentas públicas (7), pero también admitir los daños que la crisis había impuesto a grupos vulnerables y la necesidad de financiar la recuperación de la actividad y el apoyo a esos sectores. Coincidió, con la posibilidad de la introducción de cambios tributarios que planteó la oposición (creación del IRPF, SNIS), pero los desestimó.
Si el Gobierno no se hubiera apegado a tanta ortodoxia, flexibilizando su postura, podría haber evitado transferir esto a los gobiernos siguientes., y, podría haber logrado seguramente mejorar estas reformas, pero, prefirió amputarse ese camino. La opinión pública tomó otro camino y hoy el IRPF recauda U$S 2.500 millones y se sostiene el SNIS, ambos perfectibles, pero, a nadie le dio la cara para eliminarlos (8). Salvando las distancias, se repite aquella lógica de mantener ciertos equilibrios, pero, también, atender grandes déficits estructurales acumulados (9).
La opinión pública laudará este asunto, como entonces, será a favor de ciertos argumentos técnicos o no, los que, obviamente, también tienen fuertes sesgos ideológicos.
1) Información elaborada por Consultora ExAnte en base a información del MEF.
2) La comparación con 2019 dio 0% de crecimiento.
3) A pesar de lo que los colegas más vinculados al Gobierno y otros apegados a la “ortodoxia” sostienen, no todos los economistas opinamos similar, basta revisar la opinión de distinguidos colegas del FA, de consultoras o centros de investigación como CPA Ferrere, CINVE, Ex Ante y otros estimados colegas de este mismo medio y otros, menos aún, cuando de énfasis y opciones sobre políticas públicas se trata.
4 ) En el ámbito de estos organismos y de los gobiernos se analiza y revisan estos instrumentos para evitar rigideces, voluntarismo, facilitar su comprensión y aplicación, que aseguren eficaces mecanismos de una salida y entrada por excepción, que no complejicen a los actores con fórmulas improvisadas, que contemplen eventos extraordinarios.
5) Por último y dado lo remarcado por la ministra, se debe permitir correctivos que contemplen las oportunidades de financiamiento que se puedan dar a corto plazo, sea para programas prioritarios, sea inversiones, etc., como consecuencia de coyunturas que mejoran las condiciones de acceso al crédito y al mercado de capitales.
6) Son claros los casos de la Reforma Constitucional de 1989 y los agregados que se hicieron con el tiempo a la Reforma de la Seguridad Social de 1995, que la sociedad entendió que generaban inequidades, más allá del criterio adoptados por “los expertos”.
7) Es claro que no fueron el detonante ni origen de la crisis del 2002.
8) El IRPF aumentó 6,3% en términos reales en 2022 (US$ 2.500 mill.), 2o en importancia y casi 18% del total.
9) En educación, vivienda, agua, saneamiento, asentamientos, salud, seguridad, transporte y otros servicios, el manejo de los recursos naturales, etc.