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Sobre datos e investigación en Economía

Los datos administrativos gubernamentales tienen un enorme potencial para generar resultados de investigación relevantes, que permitan avanzar el conocimiento económico y para mejorar las políticas públicas.

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Banco Central del Uruguay
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El País

En agosto pasado se llevaron a cabo las XXXVIII Jornadas Anuales de Economía del Banco Central de Uruguay. Este es el principal evento nacional donde quienes hacemos investigación presentamos nuestra producción. A lo largo de las décadas, el tipo de trabajos que se han presentado ha ido cambiando. En los primeros tiempos, la pura argumentación teórica tenía un peso mucho mayor al que tiene hoy. Esto es parte de una tendencia mundial. Según Daniel Hamermesh, la proporción de artículos teóricos publicados en las principales revistas académicas disminuyó de 51% en 1963 a 19% en 2011. Y la última década ha continuado profundizando esta dirección.

La investigación científica económica moderna es predominantemente empírica. Esto es el resultado de una confluencia de factores que incluyen, en primer lugar, el desarrollo de metodologías de estimación que superan la correlación para hablar de causalidad. Es la llamada revolución de la credibilidad que, en 2021, motivara el premio Nobel de Economía que recibieron David Card, Joshua Angrist y Guido Imbens. Todo esto, seguido del drástico incremento en la capacidad de procesamiento de las computadoras, y una mucho mayor disponibilidad de datos. En los últimos años, especialmente de datos administrativos.

Por datos administrativos se entiende cualquier registro que no fue recopilado originalmente con fines de investigación. Las oficinas gubernamentales almacenan en forma rutinaria grandes cantidades de información, como ser las declaraciones impositivas, el acceso a programas sociales, resultados educativos y aportes a la seguridad, dentro de muchos otros. Una de las ventajas de los datos administrativos sobre las encuestas tradicionales es que, a diferencia de ellas, no sufren de tamaños muestrales pequeños o bajas tasas de respuesta. Es por esto que los datos administrativos gubernamentales tienen un enorme potencial para generar resultados de investigación relevantes, que permitan avanzar el conocimiento económico y para mejorar las políticas públicas.

El otro lado de la moneda es que el acceso a los registros administrativos confidenciales podría poner en riesgo la privacidad de las personas o empresas sobre las que versan. Esto plantea una disyuntiva fundamental entre las bondades de brindar acceso a los microdatos para la investigación y el deber de proteger la reserva de la información con la que se cuenta.

Numerosos institutos de estadística internacionales han abordado este dilema ofreciendo acceso directo a microdatos administrativos sujeto a fuertes barreras de seguridad. Esto suele incluir la necesidad de preaprobar los proyectos de investigación y permitir solo la publicación de datos agregados y cuidadosamente escrutados. En Estados Unidos se requiere que los investigadores realicen sus estimaciones solamente desde instalaciones seguras diseñadas especialmente y no en la comodidad de sus oficinas. En Europa varias agencias están avanzando hacia brindar acceso por fuera de las propias oficinas estadísticas mediante computadoras portátiles remotas, también sujetos a estándares de seguridad.

En Instituto Nacional de Estadística recientemente ha comenzado a avanzar en sintonía con esta tendencia mundial. En 2022 el INE implementó un Laboratorio de Microdatos que procura brindar acceso a investigadores externos. Para ello firmó convenios con distintos centros de investigación para que el acceso a los datos se realice en un entorno seguro que salvaguarde el secreto estadístico. Esta es una línea de acción que merece ser reconocida y profundizada.

En un trabajo reciente, editado en junio de este año en el National Bureau of Economics Research, dos profesores de la Universidad de Berkeley (Abhishek Nagaraj y Matteo Tranchero) analizan el impacto que el acceso a datos confidenciales administrativos produjo en la investigación económica en Estados Unidos. Para ello consideraron la experiencia de la creación de 30 centros estadísticos dependientes del U.S. Census Bureau entre 1994 y 2019.

Encontraron que el acceso local es crítico. La apertura de uno de estos centros estadísticos en una ciudad duplica el uso local de datos. Esto repercute sobre la productividad de los investigadores quienes producen un 24% más de publicaciones en las mejores revistas académicas. Esto se debe tanto a quienes acceden directamente a los datos como a otros investigadores relacionados, lo que apunta a la existencia de efectos derrame relevantes sobre la academia económica. ¿Y qué es lo que se investiga? La evidencia sugiere que no son simplemente mejores datos aplicados a los mismos temas y metodologías que antes. Sino que la apertura de estos centros estadísticos para datos administrativos confidenciales genera efectos en la dirección y los diseños de investigación, así como un mayor énfasis en investigaciones relevantes para las políticas públicas.

En suma, el camino emprendido por el Laboratorio de Microdatos del INE es incipiente, pero es parte de una tendencia mundial de la que a Uruguay le conviene ser parte por su potencial de mejorar el conocimiento económico y su aplicación para el bienestar general.

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