La Fed bajó su tasa: ¿qué significado tiene para Uruguay?

EE.UU. reanudó la baja de tasas de interés de referencia: efectos financieros, cambiarios y reales para Uruguay

Edificio de la Reserva Federal de Estados Unidos, en Washington DC
Edificio de la Reserva Federal de Estados Unidos, en Washington DC.
Foto: Shutterstock

En Estados Unidos, la Reserva Federal recortó recientemente su tasa de interés de referencia por primera vez en el año, en 25 puntos básicos, situándola en el rango de entre 4% y 4,25% anual. Si bien el recorte era anticipado por los mercados, marca un punto de inflexión tras un ciclo prolongado de endurecimiento monetario. Abre una nueva fase, con efectos potenciales para el resto del mundo. ¿Qué implicancias puede tener esta decisión p ara Uruguay, una economía pequeña, abierta y financieramente integrada al sistema global?

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La decisión de la FED: un giro esperado, pero no menor

El recorte de 25 puntos básicos reactivó un proceso de flexibilización que se había pausado, y era ampliamente anticipado por los mercados. Entre 2021 y 2023, la Fed aplicó una política contractiva para contener una inflación que superó el 9%, logrando bajarla a niveles cercanos al 3% sin provocar una recesión. Bajo el marco tradicional, cuando la inflación cede, la política monetaria se relaja para sostener la actividad, y hacia mediados de 2024 comenzaron los primeros recortes, pero el regreso de Trump, junto con expectativas de mayor gasto público y nuevas barreras comerciales, llevó a la Fed a hacer una pausa y revisar su diagnóstico antes de avanzar con nuevos ajustes.

Los motivos detrás del recorte, los datos de inflación y empleo

El recorte reciente se apoya en dos factores principales: el comportamiento de los precios y las señales de enfriamiento en el mercado laboral. En cuanto a inflación, los datos de agosto mostraron un incremento mensual de 0,4% y una variación interanual de 2,9%. Parte de las presiones provino de los nuevos aranceles aplicados por el gobierno de Trump, que encarecieron bienes importados y sumaron costos a rubros como autos, energía, vestimenta o mobiliario.

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El segundo factor clave que llevó a la Reserva Federal a recortar la tasa fue el deterioro observado en el mercado de trabajo. La creación de empleo mostró una clara desaceleración en los últimos meses: en agosto se generaron apenas 22.000 empleos no agrícolas, muy por debajo de los 75.000 esperados, y se revisaron a la baja las cifras de los meses previos. La tasa de desempleo aumentó 0,1 p.p., ubicándose en 4,3%, mientras que el crecimiento de los salarios también se moderó, pasando de 3,9% a 3,7% interanual. En paralelo, las solicitudes semanales de subsidio por desempleo alcanzaron su nivel más alto desde 2021, lo que sugiere un mercado laboral menos dinámico y más vulnerable ante nuevos shocks.

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Por su parte las proyecciones de crecimiento siguen siendo positivas —entre 1,5% y 2% para 2025 y 2026—, pero con un sesgo más moderado que al inicio del año. El recorte de tasas, en este sentido, busca adelantarse a un deterioro mayor de la actividad sin renunciar a la meta de estabilidad de precios.

Expectativas sobre la trayectoria de tasas

La Reserva Federal tendrá dos reuniones más este año. Junto con la decisión de septiembre, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) presentaron su tradicional “dot plot” —la trayectoria proyectada para la tasa de interés a futuro— que mostró una alta dispersión en las respuestas, reflejo de la incertidumbre actual. Sin embargo, la mediana de las proyecciones sugiere que la tasa cerraría 2025 en 3,6%, y se ubicaría en torno a 3,4% a fines de 2026. Esto implicaría dos recortes adicionales en lo que queda del año (50 puntos básicos en total) y un recorte más en 2026.

Pese a estas proyecciones, el repunte de la inflación en agosto podría llevar a la Fed a actuar con mayor cautela. El presidente Powell subrayó que las decisiones dependerán de la evolución de los datos, y dentro del comité hay posiciones divididas: siete de los 19 miembros no prevén más recortes este año.

Implicancias para Uruguay: cómo se transmiten los efectos

La política monetaria de Estados Unidos tiene efectos que trascienden sus fronteras y se transmiten hacia economías abiertas como la uruguaya a través de distintos canales.

1. Canal financiero: menor costo de financiamiento y mayor liquidez

La tasa de interés de la Fed es la referencia global para activos en dólares, por lo que incide directamente en el costo de financiamiento de países y empresas. Un escenario de tasas más bajas reduce el piso de referencia y mejora la liquidez internacional.

Para Uruguay, esto puede traducirse en menores costos para la colocación de deuda soberana, especialmente en un contexto de riesgo país históricamente bajo. Dado que el presupuesto nacional prevé una consolidación fiscal gradual, el acceso a financiamiento más barato podría aliviar presiones de corto plazo. También el sector privado —particularmente las empresas con acceso a mercados internacionales— puede beneficiarse si se mantienen los spreads comprimidos.

2. Canal de flujos de capital: atractivo relativo de los emergentes

Tasas más bajas en EE.UU. suelen incentivar la rotación de portafolios hacia activos emergentes en busca de mayor retorno. Uruguay, con estabilidad institucional, reglas claras y calificación crediticia sólida, podría captar parte de esos flujos, como ha ocurrido en episodios anteriores.

Esto puede traducirse en mayor inversión extranjera directa, mejor acceso al crédito y, en algunos casos, presión a la baja del tipo de cambio.

3. Canal cambiario: fortalecimiento del peso y efectos mixtos

Una Fed más expansiva tiende a debilitar al dólar a nivel global. Esto genera efectos sobre la apreciación de varias monedas, entre ellas el peso uruguayo. De hecho, la tasa de cambio comenzó a descender a partir del 15 de septiembre, anticipando la decisión de la Fed, en línea con lo observado en otras monedas regionales.

Por un lado, ello podría ayudar a moderar presiones inflacionarias, pero también implica riesgos para la competitividad de las exportaciones.

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4. Canal comercial: posible repunte de la demanda global

Si el recorte de tasas en EE.UU. logra sostener el consumo y la inversión, eso podría tener un efecto positivo sobre la demanda externa. Una economía estadounidense más dinámica suele impulsar también a otras economías avanzadas, generando un efecto en cadena que eleva la demanda global de alimentos, energía y materias primas.

Esto beneficiaría a Uruguay tanto en cantidades exportadas como en precios, especialmente si se combina con un dólar más débil que impulse las cotizaciones internacionales de los commodities. Productos como carne, celulosa, arroz o lácteos podrían verse favorecidos en este nuevo contexto.

Oportunidad externa, en un contexto de responsabilidad interna

El recorte de tasas por parte de la Reserva Federal abre una ventana de oportunidad para las economías emergentes, y Uruguay no es la excepción. Mejores condiciones financieras, mayor apetito por riesgo, posible impulso a las exportaciones y un dólar más débil configuran un escenario internacional algo más favorable que el del primer semestre.

Pero no hay garantías. La continuidad de los recortes dependerá de cómo evolucionen la inflación, el empleo y la política económica en EE. UU.

Para Uruguay, el desafío sigue siendo interno: aprovechar el contexto para fortalecer el perfil fiscal, mejorar la competitividad y sostener la confianza. El entorno internacional puede ayudar, pero, especialmente en tiempos de discusión presupuestal, el rumbo depende, más que nunca, de las decisiones que se tomen localmente.

- Sofía Harguindeguy. Gerente del Área de Consultoría Económica de Grant Thornton Uruguay y Paraguay

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