Inflación, corrupción y confusión

La confianza puede ser traicionada y su efecto acumulativo suele dañar el “afecto societatis”. Los grandes desaciertos en materia de política económica y en otras políticas, siguen ese destino.

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Existen temas que se convierten en cotos de caza para oportunistas, por la sensibilidad que generan en la ciudadanía en campaña electoral. Un ejemplo fue la discusión sobre el papel del Estado, la gestión y los formatos de reclutamiento. Así aparece una nueva controversia dentro de la propia coalición, con la reciente propuesta constitucional para condicionar los nombramientos en las intendencias.

Opiniones incómodas

Hace 104 años, un diferendo en los medios entre el periodista Washington Beltrán y José Batlle y Ordóñez, por denuncias sobre eventuales irregularidades en dos artículos de prensa, terminó de la peor manera: el asesinato del primero a manos del segundo. Aquellas denuncias no eran más graves que hoy, pero, por ventura, tienen una resolución más civilizada. También hoy se enfrentan y enrostran la mezquindad, la desfachatez o la mala fe.

Algunos actores de la coalición han puesto proa en ciertos temas controversiales de campaña. ¿Es oportunismo? quizás, pero, también acciones en la dirección correcta. Tal el caso de la reforma de la constitución planteada por Robert Silva, sobre nombramientos en el interior del país antes referido. Es estratégico para sí mismo y es legítimo.

Por su parte la ley de financiamiento de los partidos, está todavía en una ensoñación. Debe, primero, incluir total transparencia; segundo, garantizar ecuanimidad de oportunidades; y tercero, evitar contaminación cruzada, intercambio de favores y cobro de peajes. Falta[1].

Consejos errados

El presidente fustigó a los gobiernos del Frente Amplio por “historias locas que se llevan el dinero de la gente”. Agregó que en los 350 días que quedan, hay que poner los recursos donde se necesitan.

Delgado, por su parte, se comprometió a la no suba de impuestos, lo que creemos es precipitado, dado los anuncios de campaña, que atenderían ciertas prioridades, incentivos a la producción, infraestructura, vulnerabilidades sociales, etc. Para todo ello se requieren recursos importantes, pero el marco interno y externo en el que va a tener que decidir, no lo conoce, y, aun cuando reciba las mismas condiciones, no podría asegurarlo, con tantos desafíos por delante.

Solo la eliminación de asentamientos a medio plazo, acelerando la cadencia actual, a la que el gobierno apuesta, basándose en sus “éxitos” de abordaje, requiere de un gran volumen de recursos y requeriría un estudio específico[2] [3].

Delgado además va a tener que lidiar en la interna del partido y de la coalición, con la resistencia ideológica de ciertos sectores, que soslayarán la importancia de sus prioridades. Deberá lidiar además con todas las denuncias que se le han atribuido al gobierno, que tendrán su impacto. Sortear estas amenazas, será el camino para generar expectativas para cautivar el apoyo del público, tal como lo logró Lacalle en 2019. No necesita auto maniatarse con tal restricción, aunque podría encontrar alguna salida inteligente para evitarla.

We are fantastic

A comienzos de los ´90 el trabajo nos llevó a Japón, el de los “buenos tiempos”, el de “Japon No.1”[4], una economía muy dinámica, con avances acelerados en productividad, gran inversión extranjera, en particular a partir de los ´60 y estabilizándose en los ´80-´90. Si bien el proceso había comenzado con costos relativamente bajos de producción (incluido mano de obra), la economía se fue convirtiendo en una de las más caras del mundo, para vivir, invertir y trabajar. A partir de allí y en las últimas dos décadas, fue perdiendo su vigor, creciendo a tasas de apenas 1-2%. Hace unos años volvimos, la situación había cambiado dramáticamente: la economía se había abaratado en términos relativos, pero se había perdido el dinamismo anterior. Según algunos expertos, las políticas monetarias contractivas tuvieron un impacto no positivo y luego su reversión “a medias tintas”, parece haber sido “insuficiente, cuando no tardía”[5].

En nuestro país, el presidente señaló que el peso es la moneda más apreciada después del franco suizo, aun en el medio de la controversia sobre la sobrevaloración de la moneda. Agregó, que algunas medidas se están tomando, con lo que implícitamente reconoce algo se podía, de otro modo no lo estarían haciendo. El presidente no tiene ese expertise y confía en sus expertos, muchas veces le aciertan, otras no[6]. Algunas fuentes señalaron que refería al índice que publica The Economist (Bic Mac Index), que, si bien no es un indicador robusto, es concreto, práctico y todo el mundo lo entiende. También se puede verlo como un “proxy” del encarecimiento del país. Muestra que México, Colombia, Perú, Corea del Sur, China y Qatar se abarataron en más de 30%, mientras Uruguay se encareció un 20%, como Noruega, y, menos que Suiza, un 30%.

En otra comparación (2000-23), Uruguay, se ubicó al tope de la tabla. Se encareció solo menos que Noruega y Suiza (26 y 44%). En el otro extremo México, Colombia, Australia, Nueza Zelanda y Singapure se abarataban 10% o más. Otras comparaciones muestran que el costo de vida de Uruguay en Sud-América es el más alto. Atrás vienen Chile, Brasil, Perú y Colombia y otros[7].

Inflaciones como las Venezuela o Argentina (superior al 200%), no redimen ninguna economía, pero, inflaciones muy bajas, generadas a partir de shocks restrictivos, monetario/cambiarios, ¿solucionaron los problemas de desequilibrios estructural y vulnerabilidades sociales que tienen todavía países como Ecuador y Bolivia?, no parece. Ni decir los casos de Brasil y Chile. Quizás Paraguay y Perú son los que han logrado convivir en un equilibrio más saludable. Finalmente, Uruguay en cuanto costo de vida se emparenta más con Norte América (sin México), con Europa y con Australia, lo que es cuanto menos, un raro privilegio.

También hay un ecosistema de políticas monetarias en el ámbito regional, que condicionan a que Uruguay solape sus desvíos. Recordar lo acontecido con la crisis brasilera en 1998-99, que culminó con una devaluación en enero de 1999 y se agravó por la crisis bancaria del 2001-02[8].

La confianza puede ser traicionada y su efecto acumulativo suele dañar el “afecto societatis”. Los grandes desaciertos en materia de política económica y en otras políticas, siguen ese destino. Cuando se pasan determinados límites, ya no hay razones y la realidad se impone. Los políticos pueden plantear lindos discursos, basados en ideología, teorías y una épica, pero si su “récord” refleja fallas desmesuradas, no hay discurso ni acciones paliativas que lo remedien.

[1] En febrero pasado la prensa consignó que el día anterior a comenzar el último año de gestión el presidente firmó resoluciones para contratar cerca de mil funcionarios. El Gobierno, como en otros temas, puede sostener que no es lo que parece y tener una justificación, pero ya nos hemos llevado sorpresas con decisiones que dejaron muchas dudas. Ejemplo: poco antes de su deceso el senador Peña sostuvo que, en las intendencias de cuarenta mil nombramientos, la mitad eran discrecionales y cuota política.
[2] Según estimaciones preliminares, el monto de recursos que implicarían estas acciones, prima facie, podría andar en una cantidad que largamente superaría los U$S 2.000 millones.
[3] No obstante, esto requerirá un estudio serio que abarque toda la problemática, todo el país y una aceleración de los mecanismos de realojo, configuración de servicios y apoyo integral a los grupos de población que es el foco del trabajo.
[4] Japón No.1 libro sobre el milagro japonés, que describe algunas de las principales aristas de la sociedad, economía y producción del Japón previo a los ´90.
[5] Ver reporte Consultora Ex Ante a En Perspectiva, Radio Mundo 16abr24
[6] Ver declaraciones del presidente Lacalle referidas en La Diaria, 14/mar/24 sobre la fortaleza del peso uruguayo y el franco suizo. Dichas declaraciones sería una referencia al BicMac Index (The Economist). Otra fuente: información de Morgan Stanley desde New York, que se manejó utilizó como referencia el aumento de costos en Uruguay
[7] Fuente: Ver Indice Global del costo de vida de Sudamerica, Diario El Pais, 14/mar/24 + Ver “Cost of Living” Numbeo, la base de datos colaborativa sobre países y ciudades más grande del Mundo
[8] En el caso de Japón, la política de caída de la inflación, cuando todavía experimentaba una dinámica de crecimiento del PIB de 5-7%, no logró contribuir a esa dinámica, sino más bien lo contrario, encareciendo costos. de producción, con el consiguiente desincentivo para mantener esa dinámica.

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