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El cepo confirma que el Banco Central se está quedando sin reservas

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Foto: AFP
Policeman guard the main entrance of Argentina's Central Bank in Buenos Aires on January 25, 2010. Argentinian Central Bank president Martin Redrado, was stopped by the police when he tried to enter the building. Despite the bank's constitutional autonomy, President Cristina Fernandez de Kirchner had ordered the sacking of Redrado for refusing the government access to billions of dollars to pay down the national debt, but although her order was overturned by Argentina's courts, the government sees vice president Miguel Pesce as the provisional president. AFP PHOTO/Juan Mabromata. Vista de fachada del Banco Central de la Republica Argentina
JUAN MABROMATA/AFP

OPINIÓN

En Argentina hay cepo y crisis cambiaria y, posiblemente financiera, por un tiempo más.

La decisión del gobierno de endurecer el cepo no debería sorprender porque hace rato venimos advirtiendo que el BCRA se está quedando sin reservas propias.

Dos días antes de endurecer el cepo cambiario, el ministro de Economía Guzmán afirmaba: "Cerrar más el cepo sería una medida para aguantar y no vinimos a aguantar la economía". En 48 horas esa afirmación quedó pulverizada con nuevas restricciones a la compra de dólares, tanto de tipo de administrativas como con la aplicación de una devaluación encubierta aplicando una retención del 35% sobre el tipo de cambio para ahorrar.

Esta desafortunada afirmación sobre temas cambiarios se suma al largo historial que Argentina tiene al respecto. El que apuesta al dólar pierde. Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo y el que depositó dólares va a recibir dólares, son algunas de las tantas célebres frases que se formularon respecto a la política cambiaria y marcaron a fuego los groseros errores que comenten los gobiernos en materia económica.

Como era de prever, la mayor presión del cepo cambiario hizo saltar el dólar blue casi un 11% en un solo día, cuando el dólar marginal pasó de $ 131 el martes a $ 145 el miércoles.

La gran interrogante que se presenta ahora es, ¿qué puede ocurrir con el sistema financiero? Es que normalmente, cuando se produce una devaluación de esta envergadura, en particular con suba abrupta del mercado de cambios, lo sigue una corrida bancaria porque la gente, ante el temor que siga subiendo el tipo de cambio, retira el dinero de los bancos para comprar dólares. Si bien el comportamiento no es matemático y puede haber una baja transitoria del tipo de cambio marginal, si este continúa subiendo, hay retiro de depósitos de los bancos.

¿Qué ocurriría si, luego de esta decisión de endurecer el cepo cambiario, se produce una corrida bancaria? Los depósitos de la gente juegan contra los préstamos que hicieron los bancos, que no los van a recuperar inmediatamente y contra el stock de Leliq y Pases que tienen los bancos.

Los depósitos en pesos del sector privado suman $ 4,4 millones, siendo la mitad a la vista (cuentas corrientes y cajas de ahorro) y la otra mitad son depósitos a plazo fijo.

El stock de Lliq y Pases Netos suma, al momento de redactar esta nota, $ 2,57 millones. Dependiendo de la intensidad de la corrida, los bancos no tendrían la liquidez necesaria para hacer frente a los pagos en ventanilla, cuentan con solo $ 0,6 billones de pesos. Una corrida del 40% de los depósitos del sector privado implicaría un retiro de depósitos de $ 1,76 billones, con lo cual el BCRA tendría dos opciones: a) emitir $ 1,1 billones para cancelar las Leliq y darle el dinero a los bancos que tienen a los clientes en ventanilla o b) aplicar un plan Bonex confiscando parte de los depósitos que tiene la gente en los bancos.

Si se optara por la primera opción, emitir para que cancelar las Leliq con los bancos y suponiendo que los bancos utilizan todas sus reservas líquidas en pesos para hacer frente a los pagos en ventanilla, el BCRA tendría que emitir $ 1,1 billones aumentando la base monetaria en pocos días un 50%. Es decir, se estaría comprando una hiperinflación.

Al 15 de septiembre, últimos datos disponibles al momento de redactar esta nota, el BCRA tenía poco más de US$ 2.100 millones de reservas propias.. Descontando el Swap con China, los encajes en dólares que no son del BCRA, los DEGs que están en el FMI y el oro, disponía de US$ 2.157 millones.

Con este nivel de reservas, todo parece indicar que difícilmente el tipo de cambio oficial a $ 80 pueda sostenerse por mucho tiempo más. Hasta el productor de soja hoy está complicado. El sojero recibe $ 56 por cada dólar exportado y paga los insumos a $ 80 si es que los consigue a ese precio. Ya partimos de un problema de rentabilidad para el sojero. Si los insumos se cotizan al dólar Contado con Liquidación de $ 132 el problema se agrava. Puesto en otros términos, la brecha cambiaria para el complejo sojero hoy es del 160%.

Funcionarios del gobierno dijeron que estas medidas van a continuar hasta que ingresen dólares. ¿Quién va a ingresar dólares en un país en el cual hay un cepo cambiario y, por lo tanto, se puede entrar pero no se puede salir?

Por el lado del turismo, con la cuarentena y la pandemia no se pueden esperar grandes ingresos de divisas. Frenarán los viajes al exterior, pero no entrarán dólares por ese concepto.
Tampoco ingresarán dólares por inversiones. En los últimos días hemos visto cómo se van sumando las empresas que se van del país. Falabella se suma a las que ya se fueron como BASF a Brasil, LAN, Air New Zeland, Qatar, Emirates, Norwegian y otras tantas más.

Con la carga impositiva que tenemos, con la absurda legislación laboral que rige, con los controles de precios, la falta de insumos, el cepo cambiario y un país que va rumbo a los 10 años de estancamiento económico, no hay estímulos para esperar que las empresas inviertan.

De manera que tampoco podemos esperar ingresos de divisas por ese lado. Menos imaginar que el mercado le va a prestar dólares a un gobierno que no tiene un plan económico a la vista. De manera que, así nadie puede pensar que van a ingresar dólares. Por lo tanto tenemos cepo y crisis cambiaria y, posiblemente financiera, por un tiempo más.

Podemos afirmar que ya estamos en una seria crisis económica por la caída en el nivel de actividad, por las 19.000 empresas que cerraron, por los 300.000 puestos de trabajo en blanco que se perdieron y por el aumento de la pobreza. Vamos hacia una crisis social con derivaciones políticas que nadie imagina cómo terminará.

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