JORGE REBELLA
La estrategia para diversificar la matriz energética de Uruguay debe basarse en un compromiso entre la eficiencia económica de la fuente, su seguridad de suministro y su impacto ambiental, expresó el ingeniero industrial uruguayo Ariel Joubanoba, ex director de la Administración del Mercado Eléctrico (ADME). En noviembre de 2008, el entrevistado publicó el libro titulado "Rumbo a la autonomía energética - Diversificación y generación electronuclear", en coautoría con el Lic. Walter Campanella. A continuación un resumen de la entrevista.
-¿Qué riesgos enfrenta la economía uruguaya en materia energética actualmente?
-En razón del sostenido crecimiento de la población mundial, junto a las aspiraciones de los habitantes de las naciones en vías de desarrollo de alcanzar el nivel de vida, la productividad agrícola y la industrialización características de los países desarrollados, así como al sostenido crecimiento de la demanda de energéticos y del ingreso per cápita de estos últimos, se verifica un aumento de la demanda mundial de energía, cuya tasa supera a la del crecimiento poblacional.
Se prevé que la demanda de electricidad a nivel mundial, de mantenerse la tendencia de los últimos quince años, se duplicará con respecto a los niveles actuales hacia el año 2030.
A partir de 2002, se incrementó el precio de los energéticos (petróleo, gas natural, carbón, uranio), lo cual, junto a las incertidumbres del abastecimiento regional y mundial, constituye una amenaza grave y creciente para la economía y la soberanía nacional. Uruguay, carente de recursos energéticos fósiles, está inmerso en esa realidad mundial.
-¿Cómo evalúa la situación de nuestro sistema energético?
-Se observa, entre sus fortalezas, un elevado grado de la población con acceso a la electricidad, un porcentaje de fuentes primarias de energía renovables en la matriz energética superior al de la media mundial y una cierta tendencia de disminución de la intensidad energética en los sectores industrial y transporte.
En cambio, las debilidades son muchas. Se destaca la alta dependencia del petróleo (52,5% del total en 2007), de las importaciones de energía eléctrica y de las condiciones hidrológicas, así como el incremento de precio y volatilidad de los energéticos importados. El aumento del precio del petróleo, sobre todo en 2008, significó una factura de US$ 2.367 millones, equivalente al 40% de las exportaciones, que impactó en la tasa de inflación, el déficit comercial y el balance de las cuentas públicas.
Si bien se ha registrado una recuperación sostenida del crecimiento de la demanda interna de energía a partir de 2003, el consumo nacional de energía per cápita está por debajo de la media mundial y regional, habiendo sido de 788 kilos equivalentes de petróleo en 2007, cuando la media de los países en desarrollo es de 910,1 kilos, con el agravante de que existen serias dificultades de aprovisionamiento eléctrico y gasífero en la región.
-¿Cuáles son los temas más preocupantes en el subsector eléctrico?
-Existen elevadas pérdidas, técnicas y no técnicas, en la red eléctrica nacional y aún están en funcionamiento antiguas unidades termoeléctricas. El costo de abastecimiento de la demanda eléctrica fue de US$ 925 millones en 2008 debido a los bajos aportes hidrológicos, con el consiguiente efecto en la factura petrolera nacional, las tarifas eléctricas y el balance de UTE. El ente eléctrico estatal registró pérdidas por US$ 339 millones en 2008 y US$ 113 millones en los primeros cinco meses de 2009, lo que implica un aumento de su endeudamiento.
Según el Informe de Garantía de Suministro de la Administración del Mercado Eléctrico (ADME), el faltante de potencia firme existente hasta mediados de 2011 sólo podrá ser cubierto por la importación. Será necesaria la incorporación de generación de base -o sea la que asegura un suministro permanente al menor costo- en el mediano plazo, con el tiempo de anticipo suficiente para su entrada en servicio en el momento previsto, y un plan de expansión hasta contar con una central de estas características. Es obvio que estas carencias obstaculizan el desarrollo de ciertas cadenas productivas industriales.
Política energética
-¿Cómo definiría la actual política energética de Uruguay?
-Es incierta. No existe un plan energético de largo plazo en el que estén fijadas las fechas de entrada en servicio de los proyectos anunciados y su relación con el incremento de la demanda. Tampoco está en pleno funcionamiento la estructura institucional del subsector eléctrico. Además, la nucleoelectricidad, una de las fuentes primarias de energía, está prohibida por ley.
-¿Cuáles deberían ser los criterios básicos para diseñar una política energética en Uruguay?
-El sector energético y el subsector eléctrico en particular, son los más intensivos en capital de la economía, requieren un aporte de tecnología sofisticada y una planificación de largo plazo. Nuestro país tiene carencias en estos tres aspectos. Para el primero, es imprescindible el aporte del capital privado, ya que el Estado no posee los recursos de inversión para acompañar con agilidad el crecimiento sostenido de la demanda. Para el segundo, un esfuerzo de formación sustantivo y, para el último, perfeccionar la estructura institucional del sector energético, adoptando el modelo aconsejado por los organismos regionales energéticos: planificación indicativa, donde el Estado actúa de manera indirecta, alentando y motivando las decisiones, y aportes del sector privado, eventualmente en sociedad con el Estado.
-¿Hacia dónde debería apuntar específicamente la diversificación de nuestra matriz energética?
-La estrategia debe basarse en un compromiso entre la eficiencia económica de la fuente, su seguridad de suministro y su impacto ambiental. Los energéticos autóctonos, tales como hidroelectricidad, eólica, solar, etc., requieren el respaldo de fuentes primarias de origen fósil, importadas, y no suponen el menor costo o la necesaria incidencia en la matriz. En una economía globalizada, el costo de la energía es un factor vital para la competitividad.
-Entonces, ¿en base a qué energéticos debería desarrollarse la economía uruguaya?
-Considerando escenarios medios, será necesario contar a mediano plazo con generación termoeléctrica de base, que deberá despacharse prioritariamente junto con la hidroeléctrica fluente. Dentro de la generación termoeléctrica, la nucleoelectricidad es la más económica y provee una razonable seguridad de suministro.
Generación eléctrica
-¿En base a qué recursos prevé la generación futura de energía eléctrica?
-La Dirección Nacional de Energía y Tecnología Nuclear del Ministerio de Industria, Energía y Minería ha previsto un crecimiento de la demanda eléctrica de 3% acumulativo anual, mientras que el Informe de Garantía de Suministro de ADME lo estima en 3,5%, sin contar con la posible incidencia de proyectos industriales o agrícolas puntuales -como, por ejemplo, minería, papel, riego y transporte eléctrico, etc.- que deberían estar contabilizados e incrementarían la previsión.
Se deberá resolver pues la fuente primaria para la generación de base. La alternativa es de hierro: gas natural seguramente regasificado, ya que el suministro regional por cañería es poco confiable, carbón o nuclear. Se descarta la generación en base a derivados del petróleo debido a su elevado costo y al impacto ambiental. En el año 2005, sólo el 6,6% de la electricidad mundial provino de esta fuente. La decisión debe ser tomada con la suficiente anticipación para contar con los activos de generación necesarios en el momento adecuado.
-¿Qué rol va a desempeñar el sistema hidráulico uruguayo en la generación de electricidad en el futuro?
-Debido al crecimiento de la demanda, la hidroelectricidad dejará de ser la fuente predominante de suministro, aun cuando todavía existe potencial hidroeléctrico económica y ambientalmente viable a explotar. El sistema eléctrico nacional será un verdadero sistema hidrotérmico, donde se despachará a la par la hidrogeneración, proveniente de las represas, y la termoelectricidad, que se genera por la aplicación de calor proveniente de energéticos tales como petróleo, gas, carbón, biomasa, uranio, etc.
Recursos alternativos
-¿Qué opina de la posibilidad de generación eléctrica a partir del gas natural licuado dado que el GNL es un commodity?
-El gas natural tiene una muy baja incidencia en la matriz energética nacional, participando con el 3% del total, y su red de distribución tiene una extensión limitada. Es el combustible fósil con menor impacto ambiental, pero está en duda la fortaleza del GNL en cuanto a la seguridad de suministro, lo que ha sido presentado por Ancap en algunos foros. Su costo está vinculado con el del crudo y requiere una infraestructura importante para su licuefacción en el país exportador y para la regasificación en territorio nacional, cuya amortización, junto con el transporte, incide en el costo final, encareciéndolo con respecto al gas por cañería. En cada cuenca marítima, la capacidad de las plantas de licuefacción debe ser acorde con las de regasificación. En caso que se optase por la generación electronuclear, podría ser una etapa intermedia hasta la entrada en servicio de una central de estas características. El posible desarrollo de la cuenca marítima de Santos (Brasil) mediante plantas de licuefacción, la eventual existencia de gas en nuestra plataforma continental y su utilización como combustible en las unidades generadoras existentes y en los motores a instalar, aconsejarían este paso intermedio.
-¿Es económicamente viable la construcción de una planta regasificadora en Uruguay?
-La costosa instalación de una regasificadora se justificaría en base a un proyecto regional donde Uruguay utilice el gas para la generación eléctrica o un gran proyecto industrial que lo requiriese. La provisión de GNL podría plantearse en forma provisional mediante un barco regasificador si se resuelven los problemas de atraque asociados, o la realización de swaps de gas regasificado chileno a través de la red argentina.
-¿Qué contribución podrán hacer los operadores privados en la generación de electricidad mediante proyectos de biomasa, eólicos, etc.?
-La Dirección Nacional de Energía y Tecnología Nuclear del MIEM está evaluando el volumen de residuos de biomasa existentes y su ubicación territorial, así como confeccionando un mapa eólico de acuerdo con la normativa de medición internacional. Dado que en el período previo a la puesta en servicio de la generación de base el costo marginal del sistema eléctrico será elevado, esta etapa puede utilizarse para que accedan al mercado la hidroelectricidad remanente, la cogeneración en base a residuos de biomasa y la eólica, mitigando el costo e impacto del elevado despacho térmico y de la importación.
-¿Es realista pensar que Uruguay pueda autoabastecerse de energía eléctrica en el mediano plazo?
-En este siglo XXI Uruguay afrontará el cambio de la matriz energética a nivel mundial, dada la inevitable sustitución de los combustibles fósiles por otras fuentes de energía primaria. Se deberá construir una infraestructura energética alternativa en base a recursos energéticos sustentables y a una demanda cuya estructura se adecue a esa oferta. El desafío en el subsector eléctrico es triple: en primer lugar, autoabastecerse, luego que el suministro sea en base a electricidad primaria (nuclear, hidroeléctrica, eólica, solar) y, finalmente, que la electricidad de este origen ocupe un mayor porcentaje en la matriz energética total.
La energía nuclear es la fuente más económica para generar electricidad
-¿Qué ventajas tendría la utilización de energía nuclear para alimentar el sistema eléctrico nacional?
-Se trata de la fuente de menor costo, con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, que permitiría un abastecimiento firme y continuo, independiente de las condiciones climáticas, y de un volumen compatible con la demanda proyectada. El costo del "combustible" incide poco, debido a su bajo consumo específico y su larga vida útil que alcanza los sesenta años. Y se trata de una fuente limpia. Como ejemplo, una persona que viviese contigua a la reja de una central nuclear recibiría una dosis anual de radioactividad equivalente a un vuelo de Montevideo a Europa.
-En ese caso, ¿no pasaría nuestro país a depender del abastecimiento de uranio, que es un elemento que no se encuentra en el territorio nacional?
-No se han determinado las reservas nacionales de uranio, a pesar de existir indicios favorables. La distribución de las reservas mundiales de uranio está geográficamente diversificada y proviene en su mayor parte de regiones políticamente estables. Además, nuestro país cuenta con reservas de torio en las arenas monoacíticas de su costa marítima, siendo un elemento que a mediano plazo podría utilizarse junto al uranio u otro material fisible, disminuyendo las necesidades de su importación. (N.del R.: Los materiales fisibles son capaces de experimentar una reacción nuclear con neutrones de cualquier energía.)
-Las centrales nucleares que funcionan en el mundo abastecen a países con una enorme demanda de energía. ¿Es viable la construcción de una central nucleoeléctrica, que en promedio genera 1.000 MW, para atender el relativamente pequeño consumo de Uruguay?
-Existen centrales nucleares en países pequeños en población o tamaño. La demanda energética total del Uruguay tenderá a aumentar, superando el bajo nivel per cápita actual, y la electricidad primaria debería ser la fuente a privilegiar. Sería conveniente instalar un reactor nuclear muy eficiente en el uso del uranio natural, tal como el Candu 6 mejorado, de 700 MWe, que es el más pequeño ofertado comercialmente. Este atendería alrededor de la mitad de la demanda eléctrica existente en el momento de su entrada en servicio, complementada por la hidroelectricidad
-¿Compensa el costo del MW de energía la gran inversión que se tendría que hacer para construir una planta electronuclear de acuerdo con las necesidades energéticas de Uruguay?
-La inversión es aproximadamente de US$ 2.500 millones, resultando en el menor costo de generación entre las fuentes de generación de base, más aún si se computan en el costo, las emisiones gaseosas producidas al utilizar gas natural o carbón.
-¿Cuánto tiempo insumiría la construcción de una central nuclear?
-Demoraría seis años en entrar en servicio a partir del comienzo de la construcción, a lo que debe agregarse el lapso previo para resolver factores legales, técnicos y financieros. Los recursos humanos necesarios se capacitarían durante todo ese plazo.
Costo de gestión de residuos nucleares está incluido en costo de generación
-El destino de los residuos de las plantas electronucleares es hoy motivo de intensos debates a nivel mundial. ¿Qué opina al respecto?
-Contrariamente a lo que se verifica en las centrales termoeléctricas convencionales, los residuos sólidos de las centrales nucleares se concentran y contabilizan. El combustible gastado en esas plantas es un residuo de alto nivel de actividad y larga vida, del orden de cientos de miles de años, pero su volumen, generado a lo largo de la vida útil del reactor, es pequeño en relación a la producción energética. Parte del combustible gastado puede ser considerado como un recurso y no como un desecho, dado que está constituido en su mayor parte por elementos valorizables -uranio y plutonio- que permiten fabricar nuevo combustible mediante el reprocesamiento, cerrando así el ciclo.
-¿Cuál sería el mecanismo más recomendable para reprocesar el combustible gastado?
-Luego de su estadía en una piscina situada en el predio del reactor durante seis años, el combustible gastado se almacena en seco en recipientes ad hoc situados en el área de la central nuclear. En el caso uruguayo, si finalmente se optase por la generación electronuclear, no sería razonable encarar el reprocesamiento en nuestro territorio, por la complejidad tecnológica, el alto costo, el bajo factor de escala con una o dos plantas nucleares, y los riesgos de seguridad y proliferación asociados.
El combustible gastado podría ser enviado a otros países, como Francia, que separaría los valiosos elementos fisibles de uso energético en reactores, devolviendo un volumen mucho menor de residuos vitrificados para su disposición final en un almacenamiento geológico profundo y, eventualmente, el nuevo combustible MOX (mezcla de óxidos de plutonio y uranio natural o empobrecido que se comporta en un reactor de forma similar al uranio enriquecido) en caso de que el reactor a instalarse pudiese utilizarlo.
Si se optase por descartar el combustible gastado, se está considerando la construcción de instalaciones de disposición final de residuos de alta actividad compartidas entre varios países o regiones, lo que podría ser aprovechado por nuestro país. A través de la Ley Nº 17.910 de 2005, se han incorporado a nuestra legislación las disposiciones de la Convención Conjunta de Seguridad del Combustible Gastado y Seguridad de la Gestión de los Desechos Radiactivos.
-¿Qué costos supone la disposición de esos residuos radioactivos?
-El costo de gestión de los residuos, incluidos los resultantes de la desactivación del reactor, y de su disposición final, está considerado en el costo de generación, ya que se originarían ingresos que, por mandato legal, deberían constituir un fondo capitalizable para atender esas actividades. El grueso de ese fondo financiero debería comenzar a aplicarse a fines del siglo XXI, luego de finalizada la vida útil del reactor, estimada en sesenta años. Su monto será suficiente para atender las estrategias que se determinen oportunamente.